CAPITULO 18

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Nunca he sido un tipo impulsivo. Antes de llevar acabo algo, por más mínimo que sea, tengo que analizarlo con anticipación. Incluso cuando decidí proponerle matrimonio a Stephanie, analice la situación, como si el matrimonio fuera un proyecto de inversión, y no un acto que se lleva acabo, cuando dos persona se aman, y se juran estar juntos hasta la eternidad.

Es por eso que me sorprendió anoche, el fuerte impulso que sentí por besar a Novalee. Y lo hubiera hecho, si no fuera porque la pantalla de mi laptop, se iluminó en la mesa, indicándome que se suspendería por inactividad.

Regrese a mi cuarto, con mi corazón latiendo errático, y el recuerdo del dulce aroma de Novalee, que me invadió durante toda la noche.

Parecía no ser yo cuando estaba con Novalee. Me convertía en este hombre indefenso, que no habla con mucha lógica. No se de donde salen tantas palabras y sentimientos desconocidos para mi.

Quizá Novalee tenga razón, y la noche nos convierte a todos en poetas, en una versión diferente a lo que somos a la luz del día.

El ascensor abre sus puertas en la piso de la oficina.

Saludo fugazmente a Nora, la recepcionista, que me mira con diversión, al ver que soy un desastre esta mañana.

Mi cabello esta despeinado, mi corbata no combina con mi traje, y me olvide de ponerme cincho.

Como suelen decir los ancianos, las colchas se me pegaron esta mañana. Me desperte al escuchar fuera de mi cuarto, la risa escandalosa de alguno de los huéspedes vecinos. Mire la hora en mi celular, y pasaban de las ocho de la mañana. Me levante a toda prisa de la cama, me meti al baño, me di una ducha fugaz, me cambie rápido de ropa, y sali disparado a mi auto.

Para rematar el dia, o se podria decir, la cereza del pastel, habia un trafico interminable, que me hacia suspirar cada cinco minutos.

Todos en la oficina se sorprenden al verme llegar tarde, pero creo que mas que todo es mi aspecto. Este es un dia importante, era cuando mas temprano y presentable, debia acudir a la empresa, ya que uno de nuestros posible arredatarios llegaria a una reunión conmigo.

-¿Tienes el imforme?- le pregunot a Ernesto, el asistente de contabilidad, mientras verifico que la corbata no este chueca.

-Claro que si señor- me entrega los papeles.

-¿El señor Villalta, ya esta aqui?- pregunto apresuradamente, mientras le doy una ojeada al informe.

-Aun no- respiro mas tranquilo.

Me llevo los papeles a mi oficina, caminado distraído sin mirar al frente, lo que casi me hace colisionar con la persona que me quito el sueño.

-Bueno días- dice ella con una sonrisa, mientras se agacha a tomar unos papeles que dejo caer al suelo.

-Buenos- es todo lo que digo, antes de comenzar a hiperventilar como un adolescente nervioso.

Cierro la puerta de mi oficina, y no pienso en nada mas, que en leer los informes que me entrego Ernesto, empaparme de la presentación, y corregir los erros. Siempre hay errores, mínimos, pero los hay.

Media hora después, hay un toque en mi puerta, seguido por la grave voz del señor Villalta.


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Toda la mañana se me pasa en la reunión, mientras le expongo nuestra idea de negocio al señor Villalta. Al final de la reunion, estoy cien por ciento seguro, que el sera nuestro primer arrendatario en el nuevo centro comercial. Lo elegi al principicalmente, porque en la zona occidental del pais, el tiene una gran influencia sobre las personas, y su supermercado es el mas grande de la zona, lo que atraerá a mas clientes al centro comercial. Un supermercado, siempre es un gancho para atraer clientes potenciales. Todos ser humano tiene la necesdida de comer, no hay dia que un supermercado no tenga ventas. Por lo tanto, es uno de los comercios principales que debemos tener en nuestro centro comercial.

El teorema de las posibilidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora