CAP 8: El apartamento del rubio

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Días últimos de marzo; queda muy poco para que comiencen los exámenes de evaluación trimestral. Los alumnos sólo tienen una semana para estudiar, antes de que sean aplicados; y no únicamente ellos, sino que los maestros de igual manera tienen esa semana para prepararse. Debían elaborar los tests desde 0, pues cada quien está encargado de evaluar su materia.
Eso estaba siendo complicado para Akaza, ya que era su primera vez creando las preguntas para un examen. Por eso, había decidido ir con Kyojuro y ver si de casualidad podría ayudarle. Había escuchado que el rubio siempre elabora sus exámenes con anticipación, así que estaba más libre que otros profesores.

El pelirrosa acababa de llegar a la sala de maestros, y cuando entró, vio solamente al bicolor, quien se encontraba sentado en su escritorio.
-Kyojuro- llamó de forma vacilante al otro antes de acercarse.
-¿Akaza?... ¡Hola!- saludo con impresión.
-¿Estás ocupado?-
-¡No para ti!, ¿necesitas algo?- le respondió con una gran sonrisa, cosa que puso al menor nervioso; llevaban un tiempo sin hablarse directamente.
-Ammm... es que... necesito ayuda con esto- mostró las hojas que llevaba consigo; eran borradores de preguntas que antes había hecho.
-¿El examen de tu materia?-
-Sí, lo que pasa es... no estoy muy seguro de cómo acomodarlo, así que pensé en pedir tu opinión y ver cuál sería la mejor manera de hacerlo, digo, ya que tú tienes más experiencia en esto que yo-
-¡Claro! No hay problema. Siéntate, te ayudaré con eso- el rubio estaba encantado de ayudar, y más feliz de que el pelirrosa recurriera a él; han pasado días sin pasar tiempo a solas. Aquello último hizo que su corazón se contentara.

Y si se preguntan porque Kyojuro no trató de hablarle a Akaza entre esos días al igual que antes, cuando solía ser muy insistente, fue gracias a lo que dijo Tengen. Sus suposiciones le hicieron pensar: "debería darle su espacio". Lo que menos quería era incomodarlo o presionarlo, así que se la llevó tranquilo.
-¿Cuál crees que sea la mejor para poner como primera?- el menor buscaba entre las opciones que tenía para enseñarselas al rubio.
-Mmm... déjame ver- tomó los papeles y luego se colocó unos lentes para poder leer. Mientras lo hacía, éste era observado por el pelirrosa a su lado.

Como supuso, tener su compañía siempre le era relajante. No habían estado tan cerca desde ese acontecimiento el día de San Valentín, que le hizo darse cuenta de sus sentimientos.
Akaza admiraba cada gesto, cada movimiento del contrario... y se perdía en su mirada.
-"Yo... no sabía que usaba lentes..."- pensó fugazmente. No conocía aquél dato.
-Yo creo que es mejor poner ésta, es una pregunta teórica acerca de cómo funciona el teorema de Pitágoras...- el hablar del rubio hizo que saliera de sus pensamientos, rápidamente se concentró y puso atención a su explicación.
-¿Tú también lo crees? Es acerca del primer tema que expliqué-
-Sí, me parece que está bien poner primero una pregunta teórica y después un problema de resolución, así sucesivamente podrás acaparar la mayoría de temas que hayan visto- expuso con total pulcro, como siempre suele hacerlo, o quizás sea porque le era fácil; estar con Akaza lo mantenía tranquilo.
-Eso suena bien, ¿podría tal vez agregar una teórica y dos de resolución para los temas extensos?...-
La fluidez salió en la conversación y ambos trabajaron mutuamente en eso. Fue tanto el tiempo, que no tuvieron en cuenta la percepción del mismo. Ya pasaba la noche de aquél día, y solamente quedaban ellos dos en esa sala.
-¡Oh no!- exclamó Akaza en preocupación.
-¿¡Qué sucede!?- el rubio preguntó en consecuencia.
-¡Ya es tarde y he perdido el último autobús!- dijo mirando la hora en su celular. Ahora no tenía manera de volver a su casa.
-Es verdad, eso es un problema...-

En realidad, Kyojuro no le tomó mucha importancia. Se había emocionado por pasar tanto tiempo con el otro, e internamente deseaba que aquél momento no tuviera que acabarse. Pero ver la cara de frustración del pelirrosa, le hizo darse cuenta de la gravedad del asunto.
Aquello que vio el otro como un desafortunado suceso, para él fue una oportunidad, pues a su cabeza vino una idea...
-¡Ya sé! ¿Por qué no te quedas a dormir en mi casa por hoy? Ya es noche para que te vayas caminando- la excusa perfecta para que aceptara.
-Eh ¡¿En serio?!- cuestionó algo impresionado por tal ofrecimiento.
-¡Pues claro! ¡No hay ningún problema!-
-Gracias Kyojuro, me salvaste. Ah, pero no tengo un cambio de ropa-
-De eso no te apures, te puedo prestar la mía-
-O-Okey... Entonces, vámonos, si te soy sincero, estoy algo cansado- el pelirrosa se dio un estirón para relajar un poco los músculos; había pasado mucho tiempo sentado.
-Toma, adelántate, me encargaré de cerrar- dijo entregándole las llaves de su coche al menor.
-Está bien- las tomó, guardó sus cosas en el maletín, y luego salió del lugar hacia el estacionamiento.
-El auto de Kyojuro...- dijo viendo al único que había en el lugar, impresionado por el modelo que era.... Le picó al botón del llavero para poder quitar el seguro, se subió y ahí se quedó en espera del rubio.

Amor entre Profesores / RenkazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora