Amor entre Profesores / Renkaza

CAP 42: El admirador secreto "Perturbación"

Las vacaciones llegaron a su fin; tanto alumnos como maestros volvieron a sus deberes escolares.
Sólo transcurrió la última semana de abril y se dio inicio al nuevo mes, mayo; y con ello, las clases siguieron su curso habitual; tareas, proyectos, convivencia entre compañeros…

Sin embargo, ocurrió algo que perturbó su “normalidad”...
—¿Y éstas flores?— preguntó Akaza.
Apenas y llegó a la sala de maestros, vio que sobre su escritorio había un enorme ramo de rosas rojas.
—No lo sé; llegó un repartidor y dijo que eran para ti; no te encontró, así que le dije que las podía dejar en tu lugar— comentó Uzui, quien era el único dentro de la sala.
—¿No hubiera sido mejor si Kyojuro me las daba en persona?— dando por hecho de que su pareja fue quien se las regaló, se aproximó a su mesa para tomar el ramo y verlo con más detalle; y luego lo acercó a su nariz para oler su aroma.
—Amigo, estoy seguro de que eso no lo envío Rengoku; de ser así, te hubiera traído la florería entera—
—“Que raro...”— dijo para sí mismo.
Lo revisó bien, y se percató que el ramo tenía una nota encima.

Aquella decía…
—“Para la persona más hermosa que he conocido♡”— y no tenía remitente.
—“Es anónimo… ¿quién pudo ser?”— se preguntaba.

En eso, llega el rubio profesor a la sala…
—¡Buenos días!—  saludando muy alegre.
—Buenos días, Kyojuro— le devolvió el saludo, al mismo tiempo que se volteaba con el ramo en brazos.
De inmediato,el bicolor lo notó y le entró la curiosidad.
—¿Y eso?—
—No lo sé; cuando llegué ya estaban aquí; Uzui dijo que me las mandaron—
—¿Quién las envió?— de la nada, su tono de voz alegre cambió a uno más grave.
Aquello fue un reflejo de molestia, a pesar de que él aún tenía marcada la sonrisa en el rostro.
—No viene el nombre— le mostró la nota al mayor; este leyó lo que venía escrito y su desagrado se vio reflejado al momento en que arrugó el entrecejo.
—¿Cómo por qué alguien te enviaría rosas?—
—No lo sé; quizás sea alguna especie de malentendido— su respuesta apaciguó un poco la irritación que Kyojuro comenzaba a sentir; tal vez tenía razón y se lo enviaron a la persona equivocada.
—Y… ¿qué piensas hacer con ellas?—
—Pienso devolverlas; en la tarjeta viene el nombre de la florería de donde fueron enviadas; sé dónde queda, así que iré al terminar el día—
—Entonces yo te llevo—

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No mucho después de acabarse las clases, el rubio y el pelirrosa fueron a ese lugar a devolverlas.

Pero cuando trataron de hacerlo… les dijeron algo que no esperaban.
—Usted es Soyama Akaza-san, ¿verdad?— preguntó la empleada, estando al otro lado del mostrador.
—Amm… sí, soy yo—
—No hay ningún error; usted es a quien le mandaron las flores— declaró.
—Pero... ¿quién fue?—
—Lamento no poder darle más información; la persona dijo que no podíamos revelar su identidad en caso de que vinieran a preguntar por ella—
—Ya veo... entonces, si la vuelve a ver, dele las gracias de mi parte— acto seguido, hizo una reverencia; y junto al bicolor, salió del lugar.

A Akaza no le quedó otra opción más que aceptar el obsequio. Sin embargo, a pesar de que Kyojuro no demostraba ninguna expresión de descontento, el menor pudo percibir su mal humor.

Mientras caminaban de regreso al coche, trató de conversar con él.
—No tienes que molestarte con tan poca cosa, Kyojuro—
—...Dijiste que las devolverías—
—Lo dije, pero es la primera vez que alguien me regala flores; ¿no te parece que tirarlas sería un desperdicio?— aquella respuesta, hizo que el mayor se detuviera en seco.
—¿Qué?— pensó haber escuchado mal.
—Que es la primera vez que alguien me regala flores—
—...¿Por qué no me lo dijiste?—
—Porque no me lo preguntaste.
El silencio se apoderó del ambiente; y Rengoku se le quedó mirando con una cara seria.
—...Podría yo haberte dado unas primero… aunque no sabía que te gustaran las flores—
—Para tu información, mi querido Kyojuro... AMO las flores; yo entiendo su lenguaje; estudié sobre botánica en la universidad—
—Oooh…— soltó en tono soso; ese comentario no mejoró la situación.
—Mmh... pero como dije antes, no debes molestarte con tan poca cosa; seguramente fue por agradecimiento de alguien que ayudé recientemente; además… he recibido mejores obsequios de ti~— recargó su mano en el pecho del contrario.
—Pero nunca flores—
—Algo mejor que flores~— dijo, esbozando una coqueta sonrisa.