CAP 34: Compensación

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Después de darle tremenda humillación al tipo que se creía todopoderoso Hantengu, el pelirrosa buscó de inmediato a su amado bicolor.

-¡Akaza!- llamó al menor, aún estando a un par de metros alejado; venía hacia él con prisa.
-Ah, Kyojuro, ¿ya ves? Te dije que solo tenías- no terminó de hablar, porque el rubio lo atrapó en un abrazo.
-¿Kyo...juro?- dijo, extrañado de su actitud.
Luego, el mayor se separó con algo de brusquedad.
-¡No vuelvas a hacer algo como eso!- al parecer, había llegado a regañarlo.
-¡Eso fue demasiado arriesgado! ¡Yo no hubiera podido soportar si ese tipo realmente te alejaba de mí y...!- estaba hablando alterado, pero el menor lo calmó posando su mano en su mejilla.
-Tranquilo~ Todo está bien, Kyojuro... No pasó nada~- acarició su rostro con su pulgar para darle algo de calidez, y después, el rubio soltó un suspiro.
-¿Por qué lo hiciste?- Rengoku quería saber la razón del porqué Akaza había aceptado el desafío de antes.
-Ese tipo te insultó y te llamó perdedor; no iba a dejar que siguiera diciéndote así. Además, ¿qué le hace pensar que puede decidir alguien sobre mí? Prácticamente me llamó "objeto". Lo hice para que aprendiera la lección, de que no puede llegar e intentar tomarme como algo suyo, y porque no soy el tipo de persona que huye de un enfrentamiento- explicó con un tono algo malhumorado; realmente no le gustó para nada el cómo se comportó.

El rubio se sorprendió ante su respuesta.
Había pensado en él... a pesar de todos los riesgos que conllevaba aceptar y lo que pasaría si hubiera perdido, Akaza no dudó en dar la cara por él.

-En verdad que cada día me sorprendes~-
-Yo también puedo defenderte de vez en cuando, ¿no?- desvío su mirada al sentir algo de vergüenza cuando Kyojuro lo miró con aquellos tiernos ojos.
-Realmente no te merezco~- tomó la cintura del contrario y terminó de acercarlo hacia él.
-Tonto...- lo llamó.

Ambos se metieron de nuevo en aquella burbuja, en donde se olvidaban de todo a su alrededor...
-¡MPH, MPH!- hasta que un albino los interrumpió, carraspeando su garganta.
-No es por molestar, pero, si quieren darse "cariñitos" vayan a un lugar privado ustedes dos-
No hicieron caso omiso, y ambos se fueron de ahí.

En seguida...
-¿Qué fue todo eso?- llegó un pelinegro, preguntando.
-¡WOAH! ¿¡Y TODO ESE DINERO, TOMIOKA?- se impresionó que el ojiazul había aparecido con una montaña de billetes.
-Lo gané en los tragamonedas; lo intercambié por billetes en la recepción-
-No perdiste tu tiempo, eh...-

Giyuu no miró el show, estuvo más ocupado haciéndose rico.

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La pareja llegó a la recámara en donde se hospedaban, cerrando la puerta para que nadie más pudiera entrar o curiosear.

-Aaaaah... Gracias al cielo... los tacones ya me estaban matando. No entiendo porque las mujeres los usan, son simplemente una tortura- el pelirrosa se sentó en la cama, soltando su cabello y quitándose los zapatos; acabó mostrando la piel de sus pies.

Luego de que Kyojuro dejara su saco en el aparador, volteó, y lo primero que pudo notar, fueron unas marcas rojas que estaban alrededor de los dedos del ajeno; resultado de que se esforzó mucho para tratar de aparentar, y a pesar de eso, con lo que pasó, incluso lo defendió a su manera.
Pensó que debía agradecerle de alguna forma.

Entonces, el rubio caminó hacia él, se arrodilló tomando sus pies con cuidado, y como si se tratase de la cosa más delicada, los besó, justamente en las marcas.
-¡¿Q-qué haces Kyojuro?!- el menor sorprendió por su repentina acción.
Tras darle múltiples y sutiles besos...
-No tengo manera suficiente para agradecerte por lo que hiciste por mí; déjame recompensarte~- le dijo mirándolo a los ojos.

Amor entre Profesores / RenkazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora