Ya ha pasado una semana desde que Akaza inició su pasantía en la Academia Kimetsu, y nuevamente era lunes. El pelirrosa se había levantado temprano para ir a “trabajar”. Como siempre, inició con su rutina de ejercicios para mantenerse en forma.
Luego de sudar, se dió una ducha, y después se vistió con su camiseta blanca y pantalones negros; preparó un pan tostado con mermelada como desayuno, al terminar, guardó su material de trabajo en su maletín, se acercó a la puerta para ponerse los zapatos y así salir de su apartamento y dirigirse a la parada del autobús, al que siempre debía esperar con tiempo.
Akaza tomó el autobús y después de un rato por fin llegó a la academia. A lo lejos, a un lado de la entrada, se podía visualizar a la persona con quien ha estado pasando el rato. El pelirrosa caminó hasta alcanzarlo por detrás y así rodear con su brazo el cuello de aquél profesor; lo reconocería de inmediato en donde fuera.
—¡Buenos días Giyuu!— el azabache que estaba anotando cosas en su bitácora, apartó su vista de ella por un momento para ver a quien le llamaba y que también le había atrapado.
—Ah, Akaza, buenos días— regresó de nuevo su vista a la tabla.
—¿Qué haces tan temprano?— el chico curioso, bajó la mirada para ver lo que el otro escribía.
—Estoy tomando nota de los estudiantes que rompen las normas de disciplina, así después puedo hacer un reporte de eso— le enseñó al contrario. Ellos aún permanecían pegados el uno al otro. Algo peculiar, siendo que no tienen mucho de conocerse.
—Geeeeh en verdad que eres un fanático de la disciplina—
—Son las normas y es mi trabajo—
—Que dedicado, te estoy empezando a admirar Giyuu~— dijo con tono burlón.
—Bueno, tu no me caes tan mal— el azabache le dedicó una pequeña sonrisa que apenas y se mostraba por la comisura de sus labios. Por muy imperceptible que fuera, Akaza logró verla.
—Deberías sonreír más a menudo, cambia totalmente tu cara de póker— sugirió, al mismo tiempo que quitaba su brazo del cuello del contrario.
—No eres quien para decirlo— tenía razón, aunque Akaza se mostrara muy ameno con él porque ganaron confianza muy rápido, sabía que con los estudiantes su cara siempre era la misma; seria.Luego, Tomioka devuelve su vista al frente. En eso, mira a alguien en la distancia y su expresión cambia totalmente, haciendo que incluso sus ojos se abrieran de golpe.
—¿Qué pasa?— el ojiámbar al notar su cambio, miró hacía donde él también veía. Se podían observar caminando a tres jóvenes amigos… Akaza ya sabía quienes eran. No se sabe de donde, pero Tomioka sacó un abanico blanco y los detuvo con el mismo antes de que llegaran a la entrada.
—¡Kamado! ¡Agatsuma! ¡Hashibira! ¡Deténganse ahí!—cuando el pelirrosa se percató que el azabache ya no estaba a su lado, él ya se encontraba frente a esos tres.
—¿Qué les he dicho de su vestimenta? Kamado, están prohibidos los pendientes—
—Pero Tomioka-sensei ¡ya le dije que son herencia familiar!— Tanjiro trató de explicarle.
—No quiero la misma excusa, entregalos— Tomioka le extendió la mano y el pelirrojo no tuvo de otra que quitárselos y dárselos.
—Agatsuma, no debe teñir su cabello. El color debe ser negro—
—Pero sensei, ¡ya le dije mil veces que mi cabello es natural!— siempre que pasaba esto, Zenitsu terminaba asustado.
—Y usted Hashibira, no debe traer así la camiseta del uniforme, debe estar totalmente abotonada y fajada— le señaló al menor, pues éste siempre tenía la camiseta abierta mostrando su abdomen
—¡Hace mucho calor para eso!— solo respondió desafiando al mayor. Aunque en realidad era enero, y el fresco aire aún amenazaba, eso a él no le afectaba.
—¡Sin excusas! Sigan las normas sino quieren más reportes en sus expedientes—
—Sí profesor—los tres respondieron al mismo tiempo, dos con un tono de disculpa, y uno solamente lo dijo con fastidio. Y así Tomioka los dejó ir. Akaza que contemplaba toda la escena se aproximó al pelinegro, quien otra vez estaba anotando cosas en su bitácora.
—Vaya, si que eres estricto Giyuu, te veías muy sereno hace un momento; eso fue… inesperado—
—Cuando se trata de jóvenes que siempre rompen las normas, te cansas de decirles lo mismo todo el tiempo— su seño estaba un poco fruncido de molestia.
—Pues entonces déjalo pasar, además no son malos estudiantes, Kamado-kun es el mejor de su clase, Agatsuma-kun si bien no es tan bueno para la escuela trata de siempre aprobar las materias y Hashibira-kun…— el pelirrosa no sabía que decir sobre él.
—…bueno es Hashibira-kun—
Escuchar eso, puso a pensar al pelinegro.
—Lo tendré en cuenta— le dijo por último para seguir en lo suyo. El otro sólo se despidió y se adentró en la escuela.
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Amor entre Profesores / Renkaza
Fiksi PenggemarSINOPSIS: Rengoku Kyojuro está intrigado de conocer a su nuevo compañero docente, quien será el sustituto de uno de los maestros en la Academia Kimetsu donde imparte clases. Al principio tratará de acercarse a él con la sana intención de ser amigos...