Amor entre Profesores / Renkaza

CAP 40: El perdón

Caminaron unos cuantos metros, tomados de la mano, mientras buscaban ir de regreso al dojo; y cuando llegaron, sólo había una persona dentro.

—M-madre...— 

Aquella persona era Ruka, quien estaba de espaldas y justo se volteó cuando su hijo la llamó; lo vio entrar por la puerta acompañado de su pareja; se quedó parada donde mismo, esperando; el bicolor algo inquieto, se acercó a su madre y se paró frente a ella con un metro de distancia; se miraron; la mujer permanecía con su rostro apacible, mientras que el rubio, muy apenas y mostraba su ceño fruncido.

No parecía haber ningún sentimiento de rencor de por medio.

Cuando por fin tomó el valor para hablar, Kyojuro separó los labios, pero en ese instante...

—Sé lo que vas a preguntar...— la pelinegra lo interrumpió.

—...que por qué no dije nada cuando tu padre te dijo aquellas cosas—

Así que estaba consciente de ello.

—...¿Por qué no me defendiste, madre?...—

—...Mi niño...— notando su desánimo, cortó la distancia que los separaba, y terminó acariciando su mejilla.

—...Yo sería incapaz de hacer algo que te lastimara sino tuviera una razón válida—

—...¿Y cuál es?—

Necesitaba saberla ya. 

—... Tú probablemente no te diste cuenta...— apartó la mirada y la enfocó en el ajeno detrás de ellos.

El rubio la imitó, girando su rostro y mirando por encima de su hombro al mismo.

—...pero Aka-chan... estaba muy emocionado al verte...—

Ninguno de los dos entendió a lo que se refería.

—...mientras tú y tu padre se enfrentaban... él parecía casi casi como venerándote~—

—¿¡Eh!?... ¿¡Yo!?— el pelirrosa se apuntó a sí mismo.

—...¿En serio?...— el bicolor también se mostró confundido.

—Sii~ debiste ver su cara, hasta parecía que le brillaban los ojos~

—¡Ay no! ¡¿Ruka-san, me miraste en ese momento!? Qué vergüenza...— tapó su rostro, ocultando su timidez.

Akaza no se percató, pero tiempo atrás, durante el combate en el dojo, Ruka lo miró por curiosidad y fue cuando él estaba enfocado viendo pelear a Kyojuro; sumamente animado, por cierto.

—Pero... ¿eso qué tiene que ver con que mi papá me haya dicho esas cosas?—

—Kyojuro, te conozco; y sé que sino es por una buena causa, no darías todo en un enfrentamiento tan trivial, teniendo en cuenta que el Kendo no es tu pasión; y pues ni modo que mi hijo no se luciera ante su querido novio—

—Y dejaste que mi padre me dijera esas cosas para que...—

—Quizás... ¿para que te enojaras un poquito y sacarás más de tu fuerza por el coraje?—

—¡Mamá!— 

La pelinegra ante su reacción soltó una pequeña risita. 

—Perdóname, cariño~ tengo parte de la culpa; cuando le estaba ayudando a poner el traje a tu padre, le dije que lo hiciera... aunque no esperé que de esa forma... pero a él ya lo regañé por eso—

—Madre... ¿en serio sólo lo hiciste por eso?—

—Sí, mi vida~—

—...Y yo que pensé que opinabas lo mismo que él... y que en realidad... te molestaba que yo consiguiera una pareja hombre—