La Gran Mansión Smash

Diente de León (simb. Eosfora)

— Saludos, Gran árbol Deku. — dijo Revali dandole una muestra de respeto al guardián del bosque.

El árbol se despertó y movió sus ramas en símbolo de respeto. — Heredero del trono de hyrule y del cielo, Revali.

Linksito y Master solo miraban a ambos hablar. La plática se había vuelto una gran clase sobre la evolución de los kokiri.

— Sin embargo... — dijo el árbol Deku apesarado — no cuento con tal piedra... el pasar del tiempo ha hecho que se pierda.

Revali añadió — Linksito ha tenido visiones sobre las piedras y un instrumento capaz de activar las piedras, la ocarina del tiempo.

Linksito dijo — Los kokiri, Los Goron, y los Zora, las tres tribus que custodian las piedras para abrir las puertas del templo del tiempo.

— Que es lo que haz visto? — preguntó el árbol.

Linksito respondió al árbol todas sus preguntas, pero estas respuestas no hacían más que dar más incógnitas a Revali y a Master.

— Tendrás que hablar con la tribu goron y zora primero. — dijo el árbol. — el hecho que sigan tal como lo eran desde el tiempo de las leyendas es una ventaja que tienen a su favor.

Los tres asintieron y al primer lugar que fueron fue al reino de los Zora. El rey los atendió y después de una larga y muy estructurada charla entraron a la gruta de la cascada que alimentaba el manantial.

— Debe estar en lo más profundo de aquí — dijo Linksito.

Justo donde la luz ya no entraba lograron dislumbrar un tenue color azul. Al acercarse la piedra de los zora estaba frente a ellos. Revali la tomo y la guardo en su alforja.

— Solo faltan dos. — dijo el niño.

Linksito después añadió — ahora debemos ir donde los goron, siento que será más fácil con ellos que con los ya extintos kokiri.

Hicieron todos los preparativos y se fueron rumbo a la montaña de la muerte. Para aguantar, habían tomado un elixir ignífugo y también habían llevado varios extra para el camino.

— Dime máster. — preguntó Revali en el Camino — he viajado tanto en el tiempo que ya no se ni siquiera si al menos sigo en la misma dimensión.

Máster consoló a su amigo y le dijo — No te rindas Revali, se que estás cansado ya, pero yo te ayudaré de aquí en adelante! Cuando tengamos las tres piedras, podremos ir al templo del tiempo y entrar al reino sagrado. Después de eso estaremos listos!

Siguieron avanzando hasta que llegaron a la ciudad goron. Al estar ahí, Revali habló con el líder. La plática estuvo igualmente de estructurada que con el rey de los zora. Al terminar, se reunieron en la plaza central de la ciudad goron.

—debemos ir al volcán. — dijo Revali.

Máster se preocupó — nunca he sido bueno aguantando climas calientes...

Todos se fueron al cráter del volcán y tomaron otro elixir. Dentro del volcán una serpiente envuelta en lava se les puso enfrente e intentó atacarlos. Con un reflejo Máster los cubrió con uno de sus escudos y todos se armaron para defenderse.

— Linksito! Distráelo con flechas! — ordenó Revali.

Linksito lo distrajo mientras máster atacaba de todas maneras posibles. La serpiente sufrió bastante daño y ya se miraba débil. Revali también atacaba junto a máster y después de una batalla improvisada, lograron matar a la serpiente. Al morir, la lava que la cubría se secó, y les sirvió a modo de puente para cruzar un lago de lava.

— Debe estar cerca — dijo Linksito.

Siguieron avanzando y encontraron como un pequeño santuario. Estaba lleno con mosaicos de goron y la imagen de la trifuerza.

— En esa época la importancia de la trifuerza era mucho mayor comparada con ahora. — Dijo Revali.

Justo en medio de la trifuerza reposaba la piedra de los goron. El rubí goron.

Revali también lo tomo y lo puso en su alforja. — Ya solo faltan dos — dijo el niño.

Salieron del volcán y regresaron a la ciudad goron, ya tenían pocos elixires restantes así que decidieron primero salir de la ciudad y regresar a los campos donde la temperatura era más baja.

— Bueno, ahora tenemos que ir a los kokiri. Será difícil... — dijo Revali.

Regresaron al bosque y el árbol deku los volvió a recibir. — Revali, heredero del trono de Hyrule y del cielo.

— Siempre es demasiado formal — pensó Linksito pero no dijo nada.

— Árbol deku, le ruego que haga su mayor esfuerzo para ayudarnos con la piedra espiritual del bosque. — dijo Revali.

El árbol respondió — Revali, cuando la piedra salió del bosque hace tanto tiempo, no se supo de nuevo de ella, tengo entendido que regresó al bosque, pero todos los registros de los kokiri se perdieron con el tiempo.

— Existe alguna manera? — añadió Linksito.

— Las piedras espirituales tienen una conexión directa con el mundo espiritual, si logran entrar a ese mundo, el mismo mundo donde se celebran las hypneas, podrán seguir el rastro de toda la vida de las piedras. Será como un hilo de humo el cual podrán seguir.

Revali pregunto — Gran árbol deku, cómo seremos capaces de entrar a ese mundo.

— Yo puedo ayudar, pero debe ser alguien con una voluntad de acero. Dicho mundo sirve para madurar el espíritu, si no es suficientemente maduro será realmente difícil.

Linksito dijo — Yo lo haré! Las visiones y los sentimientos de esa vida pasada me están atormentado demasiado. Necesito personalmente hacerme cargo!

Linksito se acercó al árbol y este le dijo — Entonces que así sea, reencarnación del héroe de las leyendas. — abriendo su boca el árbol siguió hablando — entra a mi interior, y donde el umbral de luz te indique, ahí debes acostarte.

El niño entró al árbol y la boca del árbol se cerró.

— Estará bien? — preguntó Revali al árbol.

Un kolog le dijo — mientras el árbol este guiando al joven en el mundo espiritual, no te escuchará nada de lo que digas.

Máster y Revali se sentaron a la par del pedestal de la espada maestra.

— Sabes máster? — dijo Revali con una pequeña sonrisa en su cara. — por todos aquellos a quienes amo, daré una última batalla!

Esta historia continuará!!!