Debajo de mi piel

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Al día siguiente los 3 volvieron a su escondite, pasó el tiempo, el más pequeño ya podía volver a salir junto con los mayores y jugar con ellos.

Los hermanos caminaban por el Reino Goa, robando a algunos distraídos y de paso ver lo que ofrecían las lujosas tiendas que habían por todas partes.
Algunos nobles los veían con asco por su desordenado aspecto, pero no había nada que les importara menos que eso, solo se enfocaban en pasarla bien, pero mientras Sabo y Ace veían una fuente de una plaza, Luffy se iba detrás de un grupo de 5 chicos entre 16 y 17 años que le llamaban la atención, por las vestimentas tan coloridas que estos poseían.
En el momento de que el rubio le hablara al menor, se dio cuenta que no estaba a su lado, miró para todas partes y no lo vio, solo su tubería tirada a un lado de donde antes estaba.

En el momento de que el rubio le hablara al menor, se dio cuenta que no estaba a su lado, miró para todas partes y no lo vio, solo su tubería tirada a un lado de donde antes estaba

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El Monkey seguía a unos de adolescentes con extrañas ropas a un callejón, estos al percatarse de su presencia, lo miraron de arriba a abajo.
–¿Y tu que?–pregunto con burla, el chico más alto.
–¿Por que se visten así? Parecen payasos, se ven divertidos–les indicó el de 7, acompañando su voz con una risita.
Aquel comentario hizo que todos los mayores fruncieran el ceño.
–Y tu te ves como si te sacaran de la basura, déjame adivinar, eres de las asquerosas personas de afuera.
–Sigo sin entender porque dejan pasar a tales delincuentes a nuestro reino.
–¡Oye! ¡No todos son ladrones!–les grito con cierto enojo.
–Ya callate mocoso–le ordenó mientras lo pateaba lejos, sin interesarle el seguir charlando con el.

El azabache chocó contra una pared, gracias a sus habilidades, los golpes no le dolieron, decidió que era mejor irse rápido, así que se levantó, dispuesto a correr, pero uno de los adolescentes lo sujetó de la muñeca, haciendo que su brazo se estirara.
–¡Pero que carajo! ¿¡Que clase de monstruo eres!?
–¡Suelta mi brazo!–el chico tiro de Luffy, haciendo que este vuelva a estar a su lado–¡No soy ningún monstruo! Para tu información me comí la Fruta Del Diablo Gomu Gomu No-Mi, soy un hombre de goma.
–¿Hombre de goma? Eso suena divertido para jugar.

Los 5 se miraron entre sí con una sonrisa, y el que sujetaba su muñeca ahora lo hacía de los brazos, levantándolo del suelo mientras este pataleaba.
Uno lo golpeó en el estómago, pero su puño rebotó, otro en la cara, pero pasó lo mismo que el anterior, sabía que ellos por su cuenta no podían hacerle nada, pero quería irse con sus hermanos lo antes posible.
Se asustó cuando notó que uno de ellos sacaba una navaja mientras poseía una sonrisa arrogante y burlona en su rostro.
–Mejor intentemos con esto–les dijo a sus amigos mientras tomaba la mano de Luffy y sin mucha duda, le atravesaba la palma con el filo, haciendo que este grite de dolor.
–¡Imbecil! ¿¡Que te pasa!?–les grito mientras seguía intentado zafare.

Los adolescentes solo reían mientras el de la navaja comenzaba a realizarle varios cortes, dejando un camino de sangre a través de su brazo derecho.
Logró patear al chico que estaba detrás de el, pudiendo soltarse y comenzar a correr, pero por detrás lo agarraron del cuello de su camiseta, él sabía que era más fuerte que ellos, pero el problema es que lo superaban en número y tenían ese estupido filo.
Decidió levantar los brazos, haciendo que su camiseta se deslizara, sacándosela para empezar a correr y buscar a sus hermanos.

Ace y Sabo recorrían todas las calles principales, sin importarles a quien llegaban a empujar, hasta que vieron a su hermano salir sin su camisa de un callejón, se acercaron lo más rápido que pudieron y lo abrazaron

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Ace y Sabo recorrían todas las calles principales, sin importarles a quien llegaban a empujar, hasta que vieron a su hermano salir sin su camisa de un callejón, se acercaron lo más rápido que pudieron y lo abrazaron.
–¡Luffy! ¿¡Qué pasó!? ¿¡Donde estabas!?–pregunto un muy preocupado rubio, el cual pensaba lo peor.
–¿Y esos cortes? ¿Como te los hiciste?–cuestionó esta ves el pecoso al percatarse de la sangre que corría del brazo derecho del menor.
–Seguí a un grupo de chicos que tenían ropa rara y comenzaron a molestarme, ellos me hicieron esto, para escapar tuve que renunciar a mi camiseta.
–Toma Lu, cubre tus cicatrices–le indicó Sabo mientras le pasaba su chaqueta azul.
–Gracias–dijo mientras se tapaba.

El menor reflexionó la situación en su mente, recordando cómo había escapado y recién cayó en cuenta de algo, cuando corrió lejos sin su camiseta, aquellos idiotas vieron su espalda y con ello, su marca, su rostro palideció.
–Oigan...será mejor irnos–les pidió el pequeño, con miedo de haber revelado su secreto.

Pero sus hermanos no estaban enfocados en el, su vista se fijaba en el callejón del cual anteriormente había salido el Monkey, donde ahora estaba caminando un grupo de 5 chicos y uno con una navaja.
–Sabo, ve con Luffy al escondite.
–Estas loco, si estamos pensando en lo mismo, más nos vale hacerlo juntos–hablo el dúo de 10 mientras que el de 7 estaba atrapado entre sus propios pensamientos.

Después de todo ahora cabía la posibilidad de que esos adolescentes le contaran algo a alguien y lo vinieran a buscar para llevarlo de nuevo a donde pertenece, una celda junto con los Tenryuubitos.
–Oye, necesitamos que vayas lo más rápido que puedas a nuestro hogar, Ace y yo necesitamos encargarnos de algo, cuando llegues lava los cortes y cuando yo esté, te los vendaré–le dijo el de azul con una sonrisa amable.

El menor había obedecido y ahora solo quedaban ellos dos, que tenían la vista fija por donde aquel grupo se había ido, comenzaron a avanzar por las calles en esa dirección, hasta que después de 20 minutos por fin los vieron, algunos se veían enoja...

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El menor había obedecido y ahora solo quedaban ellos dos, que tenían la vista fija por donde aquel grupo se había ido, comenzaron a avanzar por las calles en esa dirección, hasta que después de 20 minutos por fin los vieron, algunos se veían enojados y otros riendo, 3 de ellos con gotas de sangre en las mangas.
Sabo y Ace tomaron con fuerza sus tuberías antes de acercarse, estaban más que enojados  por la enorme estupidez que poseían los chicos delante suyo.
–Oigan miren, otros mocosos de Terminal Gray, ¿acaso quieren limosna?–pregunto con burla uno de ellos, pero el rostro de furia en sus caras persistía.
–¿Por que tan molestos? ¿Acaso vienen a vengar al esclavo de antes?
–El no es un esclavo–respondió con un tono seguro y bastante fuerte el pecoso.
–Vimos su marca, estábamos pensando en avisarle a los Tenryubitos para que vengan a buscar a uno de sus perros.

Ninguno de los 2 hermanos planeaba soportar un minuto más de conversación, así que golpearon con fuerza la cara del adolescente que se burlaba.
Los otros tardaron en reaccionar, pero lo hicieron y se abalanzaron sobre los niños, igualmente para ninguno fue un problema, la pelea hubiera durado bastante poco, de no ser del deseo de los menores de alargar la paliza.
Cuando todo terminó, solo uno quedaba en pie, bastante golpeado y tal ves con algunos huesos rotos.
–¡Bastardos! ¡Aquel puto monstruo por más que finja ser alguien normal...es un esclavo! ¡Siempre lo será! ¡Debajo de su piel no hay más que un sometido!–hubiera seguido gritando de no ser del fuerte golpe que el Portgas le dio en la cabeza.

MarcadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora