Penas y verdades

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Aquel hombre lo siguió golpeando, una y otra ves, Grender ya no se movía y aún así no paraba.
Por primera ves en mucho tiempo sintió una desesperación y rabia inexplicable, era cierto que se había acostumbrado a todo aquel maltrato en ese lugar, pero la violencia que sucedía ahora...no era contra él y por alguna extraña razón, eso lo enfurecía.
Los guardias seguían sujetándolo con fuerza, hasta llegar a lastimarlo y el esclavo seguía golpeando a su ahora inmóvil compañero.
–T-Tu...¡Hijo de puta!...¡P-Para!–siguió gritando groserías mientras sentía su corazón latir contra su pecho, apretó los puños mientras su ritmo cardiaco aceleraba para luego soltar un fuerte grito–¡M-Maldito! ¡DETENTE!

Su voz se escuchó por cada rincón de todas las celdas, las palabras que dijo estaban cargadas de una sensación que no comprendía, luego observó como poco a poco todos caían al suelo, incluyendo a los sujetos que lo retenían.
Se levantó y fue corriendo a donde Grender estaba tirado, arrodillándose a su lado, su rostro y partes de su cuerpo estaban visiblemente destrozados.
–T-Tranquiló, estarás b-bien–le dijo mientras tomaba su mano, en busca de mayormente consolarse a sí mismo que al contrario.
–Servus...escúchame, t-tu eres un buen n-niño, saldrás de aquí.
–No hables c-como si te fueras a m-morir, imbecil–la voz del pequeño se quebró, mientras veía la gran cantidad de sangre correr por el suelo.
–Lograrás grandes cosas, tu...eres verdaderamente capaz de encontrar el One Piece, se libre.
–P-Pero tu eras el que tenía que i-irse, tu eres quien tiene a alguien haya afuera–el Monkey no lo aguanto más y rompió en llanto cuando el hombre con múltiples heridas profundas en todo su cuerpo, dejó de respirar y la mano que sujetaba dejó de hacer fuerza, había muerto.

El azabache hace mucho que no lloraba, se había acostumbrado al dolor de sus huesos resquebrajarse, de su piel siendo abierta o quemada, pero no a esto, aquella incesante tortura al sentir su pecho contraerse, jamás había sentido la pérdida o el cariño hacia alguien y ahora que sabía como era, quería morir, ahorcarse con sus cadenas o rendirse con tratar de curar sus heridas, su mundo se apagó por completo.
No reacciono cuando los guardias lo llevaron a un cuarto aún más oscuro que las celdas, no reaccionó cuando fue azotado con sus muñecas atadas a cadenas, no reaccionó cuando fue severamente castigado por intentar salvar a su amigo.
Con el tiempo todo volvió a la normalidad, pero jamás hablo con otro esclavo, después de todo la muerte de Grender le enseñó algo, todos lo que estaban allí van a morir, sea tarde o temprano su cuerpo se pudrirá en las celdas y cuando no quede ninguno de ellos, simplemente serán remplazados, no valían nada para nadie.

Con el tiempo todo volvió a la normalidad, pero jamás hablo con otro esclavo, después de todo la muerte de Grender le enseñó algo, todos lo que estaban allí van a morir, sea tarde o temprano su cuerpo se pudrirá en las celdas y cuando no quede nin...

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Por las mejillas de Naguri corrían gruesas lágrimas, después de todo, Grender había sido su mejor amigo.
–Vaya...debió de ser difícil ser un esclavo, lamento que tú también hayas pasado por eso.
–Está bien, no importa, perdón por no salvar a Grender.
–No era tu responsabilidad y mucho menos es tu culpa, él siempre peleaba por cosas insignificantes, es una pena que tú también hayas salido afectado–comunico el anciano, mientras secaba las gotas de agua en su rostro y ahora el menor volvió a hablar con intención de cambiar el tema.
–Oye anciano ¿tú odias a Roger? El hizo que tu tripulación se separara después de todo.

Los dos hermanos pusieron especial atención a esa pregunta, se habían acostumbrado a mantener silencio cuando su hermano contaba ese tipo de cosas, así que no habían pronunciado palabra, después de todo ambos tenían cierto respeto al pasado de Luffy, no les agradaba y no veían al azabache como alguien necesitado, pero aquel suceso era parte de quien era y ellos lo entendían.
–No, no lo odio, el era un gran hombre.
–Destruyó tu tripulación–hablo el pecoso.
–Nos dejó vivir, eso es mucho para un pirata.
–¿Y como fue su combate?–pregunto el más pequeño con mucha curiosidad, Grender jamás le narro a detalle la batalla.
–No fue muy interesante, nos ganó con facilidad.

Naguri y Luffy comenzaron a hablar sobre los viejos tiempos del mayor y también él como había sido el ex Vice Capitán cuando era libre, el azabache estaba principalmente interesado en el Rey De Los Piratas, haciendo que el Portgas se levantara y se fuera sin decir nada.
–¿Ah? Sabo ¿a donde va Ace?
–No le gusta el tema de Roger, lo odia.
–¿Por que?

El rubio suspiró y ya por fin les contó, el Portgas era el hijo del hombre más importante de la historia, les pidió a ambos que no mencionaran nada frente a él y se lo recalcó especialmente al menor.
Luego de terminar de comer, se despidieron del ex pirata y regresaron a su escondite, en el camino el de azul, le estuvo advirtiendo de que debía de mantener el secreto. Entraron y vieron a su hermano.
–Vaya Ace, así que te adelantaste a casa–le comentó el de azul.
–Vaya Ace, así que tu padre es Roger–planteo el pequeño con una gran sonrisa y su otro hermano lo miro en pánico.
–¡Idiota! ¡Te dije que no lo mencionarás!
–Luffy–llamó el pecoso–¿Quien te dijo eso?
–Fue Sabo–respondió sin pensar mucho–Oye, Ace, ¿como era Roger?
–¡Detente! ¡Imbecil! ¡Debías de actuar normalmente!–le reprochó el de azul.

Ambos comenzaron a tener una pequeña discusión, que se detuvo al momento de recibir un fuerte golpe en la cabeza por el azabache mayor.
–¡No quiero que vuelvan a mencionar ese nombre mientras yo esté cerca!
–¿Por que me golpeas? No seas egoísta ¡cuéntame!–se quejó el de sombrero de paja, ahora con un chichón.
–No golpees a las personas antes de escuchar su explicación–reprochó el tercero.
–¡Silencio!–les grito enojado mientras volvía a pegarles.
–¡Cuéntame como era! ¡Egoísta!
–¡Es verdad! ¡No pueden haber secretos entre hermanos!–dijo, apoyando al menor.
–¡No me importa que sean mis hermanos!

Aquella noche fue más que enredada, Luffy provocaba a Ace, Sabo detenía al menor y el mayor de los tres perseguía a ambos, luego de darles unos buenos golpes más, terminaron acostados juntos entremedio de un gran desastre.
–¡A partir de hoy dejamos de ser hermanos!–declaró enojado el Portgas.
–¡Estoy de acuerdo!–dijeron los otros dos al mismo tiempo.

Al día siguiente, los más grandes se levantaron y vieron como el Monkey no estaba con ellos

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Al día siguiente, los más grandes se levantaron y vieron como el Monkey no estaba con ellos.
–¿Y ahora ese mocoso donde se metió?–pregunto Ace para sí mismo, con claro enojo.
–Seguramente salió al bosque, hay que ir a buscarlo.
–No, hoy no.
–¿Que?
–Luffy es más fuerte que la última ves que desapareció, estará bien, por lo menos no morirá con el primer animal que se encuentre.
–¿En serio lo dejaremos a su suerte?
–No siempre podemos estar para el, ademas, solo deambulará por el bosque un rato y luego volverá.

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