Garp desaparece por 2 meses y un día vuelve con un niño en brazos, pero aquel azabache estaba marcado con un extraño símbolo en su espalda.
Sabo recuerda haberlo visto en alguna parte y a Ace no le interesa saber.
Esta historia tiene contenido altam...
Había pasado una semana y Luffy aún no aparecía, la nieve estaba cesando, en poco tiempo terminaría el invierno, Sabo se notaba nervioso y cada que iban a cazar, miraba para todos lados, Ace no lo demostraba y mucho menos lo admitía, pero estaba igual o peor que su hermano, pero sabía que el menor podía lidiárselas solo o al menos eso quería creer. El rubio fue corriendo a donde el pecoso, algo alterado. –¿Que pasa?–pregunto un poco asustado al ver al contrario así, pensando que le habría podido pasar algo al Monkey. Sabo tomó un poco de aire, antes de decirle que sucedía. –¡El abuelo vino! ¡Su buque se acerca a la isla! –¿¡Que!? ¡Hay que escondernos! ¡Me niego a que ese viejo me encuentre! –¿¡Y nuestro hermano!? ¡Seguramente él lo encontrará! –¡Sobrevivirá! ¡Vámonos a casa!
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Al llegar, Ace se sentó con su espalda apoyada en la pared y la cabeza baja, al contrario de Sabo que comenzó a caminar en círculos, ansioso. –Me pregunto que estará haciendo Luffy ahora, tal ves ni se haya enterado de que Garp viene–dijo el rubio, para empezar una conversación, pero el contrario no hablo–Ya tiene una semana desde que se fue, después de la visita del abuelo, deberíamos empezar a buscarlo–nuevamente sin respuesta–Su entrenamiento debe de ser duro, conociéndolo debe de estar llorando y gritando "quiero ir a casa"–silencio por parte de su hermano–¡No! ¡Tal ves ya este muerto!–nada.
Sabo detuvo su paso y lo miró fijamente, haciéndolo levantar la vista. –¿Que?–pregunto el pecoso. –¿Acaso no te preocupas por Luffy? ¡Es tu hermano menor!–le grito, frunciendo el ceño. –¡Callate! ¡No me interesa si esta llorando o está muerto!–le informó mientras cruzaba los brazos. –¡Maldición! ¡Deja de ser tan arrogante y orgulloso! –¿Y por que debería de hacerte caso? –Porque el te quiere, Ace y sería bueno que le dieras aunque sea unas palmadas en la cabeza de ves en cuando. –No le veo el objetivo a eso. –¿En serio el no te importa? Si un día salimos y vemos su cadáver tirado en el suelo, ¿tu solo seguirías caminando como si nada?–el pecoso se quedó callado por unos momentos–Y...¿si volvieran a abusa–no logró terminar la pregunta, ya que Ace se levantó y lo agarró del cuello de la camisa. –Con eso no juegues, Sabo–hablo con seriedad y el contrario asintió, luego de unos segundos el azabache lo soltó. –Luffy para mi no es más que una simple molestia, no me interesa su bienestar y aunque lo asesinaran en frente de mi, yo no haría nada.
El rubio se vio visiblemente enojado por las palabras de su hermano y no lo pensó mucho para empujarlo con fuerza, haciendo que este cayera al piso. –Eres cruel, Ace.
Dicho esto, el de azul se sentó en el piso del lado contrario al del Portgas y este volvió al lugar en donde estaba, ninguno de los dos quería continuar la discusión y solo se quedaron en silencio. Después de 2 horas de estar encerrados, escucharon a lo lejos la voz de su abuelo y tuvieron que tomar una decisión, quedarse y que descubriera su escondite o salir y rendirse, lo pensaron por unos pocos minutos, sabiendo que los terminaría encontrando de todas formas, pero querían alargar su paz lo maximo que pudieran. Terminaron cediendo e ir al encuentro con su abuelo, este al verlos, antes de siquiera saludar, les pegó un gran golpe en la cabeza. –¡AU!–se quejaron los dos al mismo tiempo. –¡Idiotas! ¿Como se les ocurre escapar al bosque? Ace, tu eres el mayor, debes de ser responsable, Sabo, tu eres el inteligente, tienes que ayudar a este a no ser un idiota y Luf–se calló al momento de notar la ausencia del menor–¿Donde está Luffy?
Los dos niños se miraron, sin saber si mentir o decir la verdad, su abuelo los mataría de todas formas. –El...está cazando en el bosque–excusó el rubio. –Vaya ¿ya puede hacerlo solo? –Si, de echo su primera presa fue un Danpa–le comentó el pecoso, con orgullo de su hermanito. –Está creciendo muy rápido, cumplirá 8 años en cuanto termine este invierno. –¿Ah? ¿Cuando es su cumpleaños?–pregunto el de azul, intrigado. –El 5 de Mayo–los dos hermanos sonrieron divertidos, su pequeño e idiota sol, cumplía el Día del niño–¿El se ha adaptado bien? No quiero decir mucho, pero ha tenido un pasado complicado, sean amables. –Ya lo sabemos, fue esclavo–soltó el pecoso. –¿Se los dijo?–los dos asintieron y el mayor esbozo una sonrisa–Ustedes 3 se han convertido en toda una familia, me alegro que se hayan aceptado como hermanos.
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Habían cazado algo para comer y lo estaban cocinando en una fogata mientras charlaban. –¿Cuanto creen que tarde Luffy en volver? –Ah...pronto, no se debe de tardar mucho–mintió el Portgas. –No hay dejarlo solo mucho tiempo, ese chiquillo es un imán de problemas, después de comer hay que salir a buscarlo. –Ayer le contamos sobre el padre de Ace–reveló el rubio en un intento de desviar el tema de conversación, claro que quería buscar y encontrar al menor, pero si lo hacían, él los delataría. –¿De verdad? –Y hace ya bastante también le dijimos sobre el padre de Sabo–dijo el pecoso. –Ustedes sí que tienen malos genes. –Podría decirse, pero por lo menos, Lu se salva–comentó el Portgas. –Sus padres están muertos–siguió el ex noble, a lo que recibieron una carcajada que no entendieron, por parte de su abuelo. –¿El les dijo eso? –No, pero lo asumimos. –Ellos no estaba muertos, por lo menos su padre no. –¿¡Que!? ¿¡De verdad!?–gritaron ambos, muy intrigados. –Escúchenme, si quieren que les diga, tendrán que prometer guardar el secreto y no decirle nada a Luffy–ambos asintieron, atentos a las palabras de Garp–Su padre es...–antes de lograr terminar de hablar, un gran tronco de árbol comenzó a caer hacia ellos.
Garp tomó rápidamente a sus nietos y corrió de allí, esquivando el fuerte golpe que este dio contra el suelo, los tres voltearon a ver a las raíces, para ver que había provocado su caída y grande fue su sorpresa al ver al menor corriendo hacia ellos con un hacha en la mano. –¡Perdón! ¿¡Están bien!?–les grito para que lograran oírlo.
Sabo y Ace se bajaron de los brazos de su abuelo y corrieron hacia su hermanito, tirándose encima para abrazarlo con fuerza, haciendo que suelte el hacha. –¡Luffy! ¡Estás vivo!–dijeron ambos, aliviados. –¿Por que no lo estaría? Solo me fui una semana–recalcó el menor con una gran sonrisa, contento por el afecto de sus hermanos.
Los dos mayores cruzaron miradas y sonrieron, en silencio perdonaron la discusión que tuvieron, porque ya no importaba, ahora estaban completos con su hermanito entre sus brazos. Garp cuando llegó a su lado, los levantó a los tres sin mucho esfuerzo, para también ser partícipe del abrazo, aunque no entendía muy bien del por qué se dio. Toda aquella familia improvisada poseía una gran sonrisa en sus rostros.