Marcado

Negación de una luz

Al momento de abrir los ojos, sintió su cuerpo arder, las heridas resientes junto con la gran quemadura en su pecho, se levantó, desconectándose de todas las máquinas a las cuales estaba atado, vio la puerta en frente de sí y no dudó en darle un fuerte golpe, a pesar de que esta estuviera echa de metal, se rompió y salió caminando a paso lento.
Volteó a su al rededor y no veía más que rostros desconocidos, siguió avanzando, sin realmente escuchar el pánico que empezaban a sonar a su al rededor, ni siquiera reconocía sus propios gritos mientras llegaba a afuera, debía de encontrar a su hermano, debía de reunirse con él y celebrar que logró salvarlo, pero no lo veía por ninguna parte.

Golpeaba a cualquiera que se interpusiera en su camino, no importaba quiénes o cuántos eran, solo podía pensar en una cosa, una imagen borrosa, pero a la ves tan clara, el puño de magma atravesando a alguien, un torso masculino, el rostro desdibujado, había sangre, mucha sangre, un rojo carmesí cubría aquel recuerdo ¿o tal ves sueño? Era tan confuso, la cara de aquel chico estaba borrada, por mucho que lo intentara, no lograba ver quien era, quien era quien lo había salvado, debía de encontrarlo, encontrar a su hermano. Sus pensamientos se acumulaban, nublaban su mente, una presión yacía latente en su pecho, pero no podía, no quería saber el por qué.
–¡¿DONDE ESTÁ MI HERMANO?! ¡¿DONDE ESTA ACE?!–grito, aunque su propia voz seguía siendo no más que un eco en su mente colapsada.

Sus sentidos estaban alborotados y comenzó a destruir todo aquello que se le planteaba enfrente, árboles, rocas, montañas, todo, sus puños bañados en su propia sangre, pero no le importaba, el dolor que sentía no era relevante.
Su vista logró enfocarse en Jinbe, que se acercaba hacia él y se detenía a pocos metros.
–Luffy–lo llamó y este, con la respiración agitada, le prestó la poca atención que podría ofrecer en esos momentos, así que el gyojin prosiguió–Escúchame, Ace está muerto, murió en Marine Ford.

Aquellas palabras derribaron la mínima conciencia que le quedaba, su mundo se resquebrajó por completo, callo de rodillas.
–¡MIENTES! ¡NO ES CIERTO!–gritaba histérico, cegado por un inmenso pánico–¡N-No puede ser c-cierto..!

Se mentía a sí mismo, sabía perfectamente que era verdad, la imagen borrosa se aclaró, el rostro de su hermano estaba allí, el Portgas se interpuso, había muerto para salvarlo.
Comenzó a llorar, hipaba en busca de de aguantar las lágrimas, pero se le hacía casi imposible, no lo soporto más y se derrumbó por completo, gritaba, soltando sus lamentos, rasgando el suelo, quería desahogarse, sin importarle el hacerse daño.

Se sentía pequeño e inútil, ¿ser el rey de los piratas? Ahora no era más que una tontería, recordaba el antiguo símbolo de su espalda y su pasado, que supuestamente había enterrado hace mucho, él jamás debió de haber salido de esa celda, no habría tenido que conocer a Shanks, nunca hubiera intentado seguir un estupido sueño, el era un esclavo, aunque no estuviera encadenado, aunque su piel ya no tuviera una marca, el no era más que un objeto para el cual mandar, si hubiera seguido siendo así, no se habrían llevado a Sabo y no hubieran asesinado a Ace, él debió de quedarse encadenado, lejos de lastimar a más personas, debía de regresar, de ese modo podría ser útil para algo, jamás debió de escapar, el pelirrojo se había equivocado al llevarlo consigo.
Nuevamente estaba solo.

El Portgas no comprendía nada, cuando sus ojos por fin se acostumbraron a la luz, lo vio completamente, era Sabo, era su hermano, no lograba respirar, estaba tan sorprendido, el gran dolor que sentía no le impidió levantarse y acercarse, el rubio lo abrazó fuertemente y ambos no parecían parar de llorar.
–¿S-Sabo? ¿Eres tú?
–¿Quien mas sería? Idiota–regaño, con una gran sonrisa y aún sin soltarse de él.
–Pero...¿como? ¿Estoy muerto?
–No, escúchame, tengo muchas cosas que explicar y necesito que me prestes atención, ahora estás en una de las bases ocultas de los revolucionarios, estuviste a la nada de morir, pero llegamos a tiempo y logramos salvarte.

Pasaron un largo rato así, hasta que el pecoso, atinó a darle un gran golpe, sorprendiendo al revolucionario.
–¡Maldito imbecil! ¡¿Como se te ocurre hacernos esto?! ¡Pensábamos que el puto Tenryuubito te había asesinado!
–¡Au! ¡Perdón! ¡Pero te juro que tengo una excusa!
–¡¿Y cual se supone que es?!
–Tuve un período de amnesia y me olvide de ustedes, Dragon me salvó del accidente con mi intento de escape.
–¿Dragon?
–Monkey D. Dragon, el padre de Lu–el enojo fue remplazado por sorpresa en el rostro del Portgas y luego de preocupación al recordar algo.
–Espera ¿donde esta Luffy? Él está aquí ¿verdad? Lo vi muy herido en batalla–el contrario se quedó callado–Sabo ¿donde esta nuestro hermano–pregunto con seriedad.
–Ace, luego de que fuiste atacado por Akainu, Jinbe intentó cargar a Lu a un lugar seguro, pero fueron perseguidos por los 3 almirantes, Sakazuki alcanzó a golpearlo con magma en el pecho, terminaron yéndose en el navío de Trafalgar Law.
–¿El cirujano de la muerte? ¿Como permitiste eso? El no está a salvo con ese pirata, no le gustaría ser curado por el, tu sabes lo mucho que odia que vean sus cicatrices.
–No pude detenerlo, llegue justo cuando se habían ido, Akagami No Shanks me ayudó a parar la guerra.
–Maldita sea, por lo menos está vivo–el de azul bajo la cabeza, haciendo que el pánico lo invadiera–Sabo, él está vivo ¿cierto?–el contrario suspiró pesadamente, estresado.
–Cuando se sumergieron, recibieron ataques de los 3 almirante, lluvia de magma, filos de hielo y balas de luz, las posibilidades de que haya sobrevivido...son casi nulas–el silencio reino por varios momentos, ninguno de los dos se atrevía a decir nada.
–¡¿Y por que mierda no lo estamos buscando?! ¡El debe de estar en alguna parte!
–Eso es lo que he estado haciendo por todos estos días, pero no han habido avistamiento de él.
–Entonces yo lo encontraré.
–No puedes, estás aún muy herido, apenas puede salvarte y me sorprende que hayas despertado.
–Sabo, escúchame, siempre tuvimos la misma idea, ¿o acaso también lo olvidaste? Nosotros se lo prometimos.
–Pero contigo así, eso no aplica.
–Claro que aplica, en toda circunstancia ambos seguíamos la regla, Luffy siempre irá primero.
–Lo se, lo acordamos, créeme que estoy igual de preocupado que tú.
–Entonces vamos y busquemos por todo el puto mundo hasta encontrarlo.
–Sigues siendo igual de terco que antes.
–Tal ves, pero ambos necesitamos verlo, porque ahora, él cree que estamos muertos, ahí que reunirnos lo antes posible.
–Lo se, pero si quieres acompañarme en esto, tendrás que prometer no pelear, no servirá de nada verlo, si es que tú estás en ataúd.
–Me he metido en cosas peores antes para salvar a ese pequeño idiota.
–Ace, hablando de eso...¿como fue todo después de que me fui?