Sobreprotectores

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Sabo y Ace estaban más que furiosos, ¿como era posible que una situación tan inhumana le hubiera sucedido a Luffy? No comprendían como era que el de cicatriz lograra sobrellevarlo tan bien. Querían quemar al mundo y a los Tenryuubitos en el.

Los 2 mayores seguían bastante shockeados, pero ya dejaron al más pequeño irse a dormir por su evidente sueño, ellos se acostaron a su lado y el de sombrero como ya acostumbraba, los abrazo, pero esta ves ninguno de los 2 lo apartó y grande fue su sorpresa al ver cómo tanto Sabo y Ace le correspondían abrazándolo a él también que se encontraba al medio.
A los pocos minutos el Monkey ya estaba totalmente dormido y los dos chicos a su lado no podían ni cerrar los ojos.

–Oye Ace.
–¿Mh?
–¿Crees que Luffy se haya merecido eso?
–¿De que mierda hablas, Sabo? Es obvio que lo qué pasó fue totalmente injusto, es cierto que él puede llegar a ser molesto, pero castigarlo de una forma tan...cruel, simplemente no me cabe en la cabeza.
–El no es capaz de defenderse por si solo y no tiene amigos ni famil–el pecoso lo interrumpió antes de que pudiera de terminar de hablar.
–Nosotros lo protegeremos–hablo con determinación y sin cabida de duda–Somos su familia y desde ahora en adelante no dejaremos que nada ni nadie vuelva a dañarlo, Lu no está solo porque tú y yo estamos con el ¿entendido?

Sabo asintió y entendió perfectamente, ambos sabían lo difícil que podía ser tratar con ellos por su carácter distante, aunque el rubio sea amable, jamás era alguien cariñoso o atento, Ace simplemente mandaba a la mierda a todo el mundo, por eso la mayoría se rendían muy fácilmente con ellos, en cambio Luffy, el de alguna forma era la única persona que podía amarlos de forma incondicional, aunque aún no llevaran tanto tiempo juntos, los 2 se dieron cuenta de esto, el pequeño Monkey era aquel sol que iluminaba la vida de sus hermanos y al saber cómo fue maltratado, ambos aquella noche juraron que mientras el de sombrero esté a su lado, se encargarían de hacerlo feliz, no importaba cuanto les costara. No cambiarán su carácter, no querían hacerle sentir que tenían lástima hacia el, solo modificarían su forma de tratarlo a una más positiva.

 No cambiarán su carácter, no querían hacerle sentir que tenían lástima hacia el, solo modificarían su forma de tratarlo a una más positiva

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Como siempre, los 3 niños y los bandidos desayunaban de forma salvaje, corriendo hacia donde Dadan había puesto la carne.
Ace, Sabo y Luffy comían de su comida en su rincón de siempre cuando un bandido entre todo el desastre que se formaba, por inercia golpeó al más pequeño de los niños para arrebatarle su carne, siendo que todos estaban conscientes del cuerpo de goma que este poseía. Grave fue su error al no darse cuenta del anillo que tenía puesto, haciéndole un leve, casi imperceptible rasguño.

Los dos niños mayores habían presenciado todo esto y aunque antes no les hubiera importado, las cosas habían cambiado.
Antes de que el hombre pudiera lograr quitarle su desayuno al de sombrero, Ace y Sabo lo detuvieron, ambos se le lanzaron encima dándole unos buenos golpes mientras su hermano pequeño terminaba de comer mientras observaba la pelea, sin comprender exactamente que la había provocado.

Antes de que el hombre pudiera lograr quitarle su desayuno al de sombrero, Ace y Sabo lo detuvieron, ambos se le lanzaron encima dándole unos buenos golpes mientras su hermano pequeño terminaba de comer mientras observaba la pelea, sin comprender ...

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Los hermanos corrían por el bosque en busca de una nueva presa y como comúnmente era, Ace y Sabo dejaban al más pequeño atrás, pero sin dejar de vigilarlo.
No tardaron mucho en cazar a lo que sería su almuerzo y llevarlo entre todos a donde Dadan, pero al llegar se percataron de algo bastante peculiar, una señorita de cabello negro y un anciano estaban hablando con la jefa de los bandidos, a los mayores no les interesó, pero el menor inmediatamente soltó lo que traían y fue a donde ellos.

Los dos adultos al percatarse de su presencia, trataron de acercársele también, pero tanto Ace como Sabo se colocaron delante del pequeño con el objetivo de protegerlo.

–Luffy no te puedes acercar así a personas desconocidas–le regaño el rubio sin sacar la vista de los dos adultos delante suyo.
–Ellos no son desconocidos, son el alcalde y Makino–les explicó el de sombrero, pero aún así ninguno de sus hermanos lo dejó pasar.
–Ustedes deben de ser Ace y Sabo, es un gusto conocerlos, me llamo Makino–saludo la de cabello verde con una sonrisa amable.
–Ellos me cuidaron cuando el abuelo recién me dejó en esta isla, fue poco tiempo, pero les juro que son buenos–hablo Luffy tratando de convencer a sus hermanos.

Pasó un rato y tanto el rubio como el pecoso cedieron, pero sin parar de observarlos, Makino se encargó de hacerle nueva ropa al azabache meno, pero no solo a él, si no que también a sus dos hermanos.
Los bandidos los invitaron a cenar y la de cabello verde preparó todo, la mayoría estaba fascinada con lo delicioso que estaba todo.

–Y Lu, ¿te has adaptado bien?–le pregunto la camarera.
–¡Claro que si! Ace, Sabo y yo nos convertimos en hermanos, ¡ellos son las personas más asombrosas que he conocido!–le respondió con gran emoción a lo que los mencionados sonrieron–¡Y los tres planeamos salir al mar! Seremos grandes piratas y nuestra fama se esparcirá por todo el mundo.

Después de iniciar ese tema, los tres hermanos se encargaron de no callarse mientras les explicaban a todos él como serían piratas mundialmente reconocidos y sumamente fuertes. La alegría en los rostros de los bandidos se desvaneció al percatarse de cómo una figura amenazante se cernía detrás de los niños mientras estos no paraban de hablar.

–¿¡QUE VAN A SER QUE!?

Hubo un silencio y los hermanos lentamente se voltearon sintiendo su sangre helar, su abuelo estaba allí y lucia más que enojado.
Tanto Luffy, Ace, Sabo y Dadan, fueron víctimas de los ya famosos "Puños De Amor".
La cena para los pequeños terminó allí porque Garp los llevó a entrenar sin importarle mucho la hora.

–Hay que largarnos de aquí–les propuso el pecoso mientras estaba acostado al lado de sus hermanos mirando el techo de su habitación

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–Hay que largarnos de aquí–les propuso el pecoso mientras estaba acostado al lado de sus hermanos mirando el techo de su habitación.
–¿Y a donde iríamos?–pregunto el de azul.
–A cualquier lugar, hoy el viejo nos destrozo.
–¿Y si creamos nuestro propio escondite en el bosque?–hablo esta ves el pequeño Monkey ganándose la atención de los dos a su lado.
–Construyámoslo con la madera abandonada de Terminal Gray–dijo Sabo siguiendo con la idea.

Aquella noche se durmieron bastante tarde planeando todo, como conseguirán los materiales, donde estaría ubicado su escondite y él como sería.
Los 3 se durmieron con una gran sonrisa sin poder esperar al día de mañana para poner en marcha lo que sería su nuevo hogar, solo para ellos.

MarcadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora