Garp desaparece por 2 meses y un día vuelve con un niño en brazos, pero aquel azabache estaba marcado con un extraño símbolo en su espalda.
Sabo recuerda haberlo visto en alguna parte y a Ace no le interesa saber.
Esta historia tiene contenido altam...
Ambos hermanos seguían en aquel callejón, aprovechando de quitar las pertenencias de cada uno de los imbeciles, justo cuando estaban por irse, Ace nota algo sobresaliendo en el bolsillo del que llamó a su sol "sometido". Se acercó y al sacarlo se dio cuenta de que era una navaja manchada de sangre, pero no era de él, era el filo que habían ocupado para cortar a Luffy. Sabo se acercó y al ver que tenía en la mano, sintió lo mismo que su hermano, rabia. –¿Crees que fue suficiente?–pregunto el de azul viendo los cuerpos visiblemente maltratados de los adolescentes. –Me importan una mierda los demás, el idiota que me interesa es este. –¿Que vas a hacer? –Amenazo con ver la marca de Luffy. –Lo se, ¿que tienes en mente? –Hacer que no vuelva a ver ni su marca, ni nada más–declaró el pecoso mientras colocaba la navaja sobre los párpados del muchacho. –Ace, ¿no crees que te estás pasando un poco? –¿Y ellos no se pasaron al llenar de cortes el brazo de un niño de 7 malditos años?
Toda aquella compasión en Sabo, se desvaneció al recordar eso, ellos no fueron justos y el Portgas tenía razón, debían pagar. El azabache hundió el filo, haciendo que la sangre comenzara a brotar, lo hizo en los dos ojos, manchando sus manos de rojo. El rubio por otra parte estaba cortando la cara de cada uno, dejándoles un chirlo de por vida. Ambos al terminar se marcharon, cubiertos de carmín, no los mataron, hicieron algo peor, marcarlos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando llegaron a su escondite, vieron al más pequeño con su brazo aún sangrando, pero no tanto como antes. Este al notar su presencia, se notó espantado al verlos casi totalmente teñidos de rojo, pensando que aquel color provendría de heridas propias. –¡Ace! ¡Sabo! ¿¡Que les pasó!? –Tranquilo Lu, no es nuestra–respondió el rubio con una sonrisa amable para lograr tranquilizarlo.
Los dos mayores fueron a limpiarse y cambiarse de ropa para volver con el menor, y vendarle el brazo. –Esos imbeciles atravesaron tu mano...–murmuró el de azul bastante enojado. –No te preocupes, tal ves en un mes ya sane–le dijo el Monkey, sin rencor en su voz. –¿Como es posible que no estés enojado?–pregunto el Portgas. –Las heridas en algún momento sanarán...lo que me preocupa es que ellos vieron mi espalda, tengo algo de miedo de que le digan a alguien. –Tranquilo, créeme que esos hijos de puta no se atreverán a hablar–declaró Ace sin pizca de duda en su voz. –¿Seguro? –Créenos, Lu–afirmó esta ves el rubio. –Está bien...oh por cierto, perdón Sabo, manche toda la manga derecha de tu chaqueta con sangre–le informó apenado. –No te preocupes por eso, se como limpiarla.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron varios días y ahora los 2 mayores perseguían a un Danpa, hasta llevarlo a los pies de un acantilado, donde el de cicatriz los esperaba arriba. –¡LUFFY! ¡AHORA!–le grito el rubio para que este pudiera escuchar.
El pequeño tenía la intención de saltar, pero resbaló y terminó rodando hacia abajo, por pura suerte logró caer encima del animal y noquearlo por completo. Al momento de darse cuenta, una gran felicidad le invadió, esbozó una gran sonrisa al igual que sus hermanos mientras saltaba al rededor de Danpa. –¡Si! ¡Lo hice! –Eso fue genial–alago el rubio. –Bien echo–lo felicitó el pecoso. –¡Es la primera ves que atrapó uno yo solo!
Los hermanos desviaron la mirada de su hermanito, al darse cuenta de la bestia que que se acercaba por detrás de él. –¡Luffy! ¡Cuidado! ¡Detrás de ti!–le grito el de azul. –¿Detrás? El pequeño volteó y su sonrisa se desvaneció cuando vio al tigre gigante, que soltó un estruendoso rugido, llegando a despeinar al de sombrero. –¡Corre, idiota! –¡E-Está es mi presa! ¡No permitiré q-que tu me la quites!–le grito el menor a la bestia delante suyo, con una voz temblorosa.
Al animal no le costó nada tirarlo lejos, pero aún así el más pequeño se levantó y comenzó a tratar de vencer al tigre, pero obviamente no estaba logrando nada, aparte de hacerse daño. Él en momento que el animal se distrajo, Ace y Sabo cargaron a Luffy entre los 2, para salir corriendo, mientras el de cicatrices trataba de zafarse. –¡Suéltenme! –¿¡Estas loco!? ¡No tienes oportunidad con ese tigre!–le recalcó el pecoso.
Lograron huir y en lo poco que quedaba de día, cazaron alguna que otra presa. Cruzaban el puente habitual de camino a su hogar, cuando el Monkey notó lo mucho que este se movía, con una sonrisa comenzó a balancearse y a saltar, sin importarle las reprimendas de sus hermanos, hasta que en uno de sus brincos, la madera se rompió, haciendo que el pequeño caiga hacia las fuertes corriente que se encontraban abajo. Ace no lo pensó 2 veces y saltó para poder tomar a Luffy, todo pasó muy rápido, pero Sabo logró sujetar al pecoso para que no cayera, logrando salvar a su hermano menor, pero la cacería que había echo ese día, cayó.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los tres ya se estaban acomodando para dormir y como era habitual, el pequeño era el que estaba al medio de ambos. –¿Por que no me dejaron pelear con ese tigre? –Porque aún eres muy joven para morir–dijo el Portgas. –Yo no hubiera muerto. –No mientras nosotros estuviéramos contigo–indicó el rubio. –Si no te hubiéramos sacado, en ves de estar hablando, ahora tendríamos que cavar una tumba. –Siempre dicen que son más fuertes que yo, ¿por que no pelearon contra el? ¿O es que no se creen capaces de vencerlo?–les pregunto el de sombrero, atinándole al clavo, su orgullo. –Claro que podemos derrotarlo, pero no tendríamos el por qué de hacerlo–le dijo el azabache mayor. –Hagamos un trato, el que logre ganarle al tigre, será el capitán de nuestra tripulación–sugirió el de cicatriz sabiendo lo mucho que se habían peleado por el mando y los otros 2 terminaron aceptando.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al día siguiente los tres estaban con un pescado atado a la espalda, buscando a lo que sería su nueva caza, el tigre gigante de la montaña Colubo. Al momento de que lo divisaran a lo lejos, Ace fue el primero en ir a donde el, para momentos después ser rápidamente tirado lejos por la bestia, luego fue Sabo que tampoco pudo ser rival.
Ahora solo quedaba Luffy, que apretaba su tubería sin ser capaz de avanzar, la sangre del pequeño se heló cuando el animal se fijó en el, comenzando a correr a donde el menor estaba. Cuando sus dos hermanos se dieron cuenta de esto, ya era muy tarde como para detener las fauces del gigantesco monstruo que estaba por devorar a su sol.