|039| Aun que...

102 9 2
                                    

11:43 p.m. Marcaba el reloj en la barra del teléfono del cual me guiaba para transcribir el plan de trabajo a la libreta. Era esas horas de la noche y el paradero de Jungkook me es desconocido todavía.

¿Qué tanto hace afuera?

Luego de ocultar el test de embarazo y el sobre con la fotografía dentro de mi mochila, me había resignado a comer en plena soledad, como acostumbro, y para hacer tiempo, gracias a mi falta de sueño, trate de mantener la mente centrada en los proyectos e investigaciones que se aproximarían como avalanchas lo que queda de semana.

Y así estaba, sentada en el frío suelo usando de soporte la mesa central de la sala con mis pertenencias esparcida sobre ella. La mente estaba activa, pero mi cuerpo se sentía pisoteado, altamente agotado. La mirada se me distrajo y conecto con el frasco de píldoras que titule como 'las motivadoras', ya que no tenían una etiqueta o algo del cual pueda identificarlas. Sin embargo, una nueva interrogante germinó... ¿Como es que siempre permanecía repleto? Llevo rato que no voy por provisiones a casa y menos si es por pastillas.

Sin rodeos le destape y trague dos píldoras con un sorbo largo de jugo de naranja. Chequee de vuelta la hora y ya eran las doce y tres minutos. Debía irme a la cama sino quería repetir el suceso de hoy. Recogí todo llevándolo dentro del bolso, que dejé en uno de los muebles.

[--]

Sentía una mirada insistente encima, mis sentidos me indicaban que alguien estaba presente en la habitación, observándome con detenimiento. Abrí lentamente los ojos y lo primero que revise fue la hora en el teléfono, las tres de la madrugada, asustada gire al otro lado y me encontré con Junghyun.

¿Qué hace despierto a estas horas y, aquí?

Estaba parado frente a mí observándome con sus firmes ojos dominantes, aquellos que tanto detesto.

―Jung... ―pronuncie aturdida―. ¿Cómo entraste?

Una sonrisa se apodero de sus labios.

―Tengo llaves ―me las enseño agitándolas con descaro, había olvidado por completo que él podía entrar y salir del apartamento, como le diere la gana. También es propiedad de los Jeon.

―Cierto, pero... ¿Qué haces aquí? ―murmure mientras trataba de sentarme en la cama.

―Estaba preocupado, te llamé un par de veces, pero no tuve respuestas. No sabía cómo seguías y pensé lo peor, entonces reaccioné y vine a ver si no habías cometido una estupidez —confeso siendo insolente.

―Estoy bien ―aclaré.

―Ahora lo creo... ¿Por qué no respondiste a mis llamadas? ¿Acaso querías preocuparte para que viniese a ti? ―dijo con un tono... ¿seductor?. Obviamente no quería contestar a esa pregunta.

No pude reprimir una carcajada burlona.

―¿Acaso no estas consiente de la hora? —apunté con cinismo el reloj de pared—. Y si no te pudiste dar cuenta.... Estaba muy profunda durmiendo, como para importarme si me llamabas o no.

Se carcajeo de vuelta como si le hubiese dicho el mejor chiste de su vida.

―¿Tanto te urge una chispa de mi atención? —preguntó siento tan prepotente.

¿Este como que se cayo de la cama y le afecto más el cerebro? A estas alturas no se quien está más trastornado, este con su aire de supremacía o yo, por aguantármelo a estas horas de la madrugada.

—¿Qué hierba te fumaste? —resoplé y le arrojé una almohada—. ¡Vete!

—Que desconsiderada puedes llegar a ser... —dijo, recogiendo la almohada sacudiéndola un poco para lanzarla de vuelta a la cama—. No cualquiera tiene esta franquicia de verme es sus casas a altas horas...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 06, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SÉ QUIÉN FUE |Gemelos| JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora