Después del perturbador trató con el gemelo vengador. Decidí centrarme en solamente buscar las verdades y ponerlas en tela de juicio.
Paseé por la casa solitaria buscando un espacio donde transportar aquella información como si estuviese dentro de una enredada investigación, para averiguar de un suelto asesino en serie, pero en realidad es para anotar los sucesos y así no olvidarlos.
El sótano. No lo pensé dos veces, es el lugar correcto. No es expuesto, ni utilizado con frecuencia. Estaba lleno de una que otra cosa antigua que mamá despojó en el. Allí emprendí con la información recolectada y con la ayuda de la impresora fue el proyecto más factible. La pobre pared a poco pintar, estaba siendo cubierta por fotos de los chicos, con notitas escritas, y uno que otros hilos de estambres rojos que los enlazaba uno con otro.
Había creado una cartelera de investigación como toda una psicópata en acción. No sé a cuantos santos les rece para que mamá nunca encuentra esto, o me mandaría a un psiquiatra con urgencia.
Al siguiente día...
Papá siempre me sugirió que viera la vida como figuras geométricas, en las cuales debo evitar tres de ellas si quiero tener éxito: los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas. Sin embargo, el recordarlo no me salvo de este círculo vicioso.
—Probemos —repetí para mí.
Teniendo las palabras de JungHyun en mi cabeza. Las pocas imágenes se cuelan en mi mente, como una película muda. Pero no hay tiempo para pensar. La reacción de un animal acorralado debatía en mi interior después de ayer. Y muy por debajo de la ansiedad un espasmo involuntario de algo inequívocamente placentero.
El castaño sentado frente a mí, resopló fatigado y tiró el bolígrafo.
—¿Puedes centrar la mente en lo que te digo? —JungKook reclamó.
—Sí, sí. Lo siento —baje la vista al libro de notas.
Por más que el nombrar su apellido me remueva el estomago, JungKook ha sincero conmigo como también una irritante espinilla en el culo. En una oportunidad me contó sobre su vida pasada, aunque no fue relevante la información, tuvo la iniciativa de plantar confianza en mí. Además de otra cosa.
No me imaginó seduciendo a JungKook en ningún aspecto. Primero me mandaría a la mismísima mierda, segundo me escupiría un ojo y por último, aplicaría la ley del hielo.
Esto me está volviendo loca. No permitiré que su desquiciado hermano me manipule.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Si es en referencia al proyecto si, de resto no —incliné la cabeza, en gesto de suplica. Resopló hastiado—. ¿Qué?
—Eres un pastelito —sonreí victoriosa.
Viró los ojos, apático.
—¿Eso es todo? —niego rápido—. Habla.
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SÉ QUIÉN FUE |Gemelos| JungKook
FanfictionDos caras completamente idénticas, ideales totalmente distintas. Las mismísimos obras de Satanás, con cuerpos envidiables casi exagerados como su capacidad de nivel superior en el Instituto, llegando a un punto de ser ídolos de muchos y rivales de o...