|030| Nunca hubo |Par.1|

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Hay un vacío en mi mente y, siento que estoy dejando cosas por hacer.

Sin duda alguna, esto es una locura infantil, dónde nadie parece salvarse.


Me di una ducha rápida, para quitar el café seco en mi ropa y cabello. Cerré la puerta de mi habitación a mis espaldas por haber entrado tan deprisa y obstinada, y me quede en silencio por unos minutos sujetando fuertemente mi toalla como si el sonido del motor de un vehículo apagarse muy cerca la pudiese desprender. Camine hacia la ventana ya abierta que daba vista a las aceras envuelta en sospechas que se hicieron certeras.

Ay, no.

A la velocidad del rayo y la lentitud que se tomaría Drew atenderle, me coloque la ropa ya previamente seleccionada y tirada sobre la cama. Me puse los zapatos, cogí mi teléfono poniéndolo en el bolsillo trasero y procedí hasta la ventana.

Ni siquiera logre alcanzar cepillar mi cabello, así que significa que está hecho un desastre. Pero antes de poner un pie fuera de la ventana, recapacite.

¿Por qué tengo yo que huir? ¿Por qué debo correr como cobarde cuando es él quien actuó mal?

—No lo llamaría cobardía, se llama dignidad —pensé en voz alta.

¿Y dónde quedó la supuesta Carly vengativa y todos esos cuentos chinos que no se lo cree nadie?

—Huira por la ventana —le confesé a mi otro yo.

Y como si el debatir contra mi voz interior no fuese un problema, mi teléfono timbro notificando una llamada de Nathan. Le atendí entrando en un nerviosismo pasajero.

—¿Ahora qué hago? —pregunté sin dejarle hablar.

Mordí la uña de mi pulgar mirando el suelo esperando su respuesta.

—¿Ahora qué haces de qué?

—¡Esta aquí! ¡Jeon! —susurré.

Transite de un lado a otro con desespero.

—Pues, conversa con él. Su presencia debe poseer un valor y una razón por detrás, descúbrela —dijo con sencillez.

Aleje un poco mi teléfono de la oreja y le di una mirada matadora como si eso exactamente era lo que no quería escuchar.

Respire hondo y conteste.

—¿En serio tengo que hacer esto? —rasqué mi nuca, dudosa.

—Por supuesto.

—Nath, no.

—Ah, sí. Nath si —contesto con rapidez.

Bufé y sacudí mi cabello de forma desesperada.

—Detesto esto —me quejé.

A lo lejos oí los murmullos de los chicos en la sala. Mi nerviosismo aumento, mordí mi debo pulgar tratando de controlarme. No conseguía estar quieta.

—Ya lo hablamos. Pero ajá, a lo que venía... —pausó unos segundos y prosiguió—. Acepto. Te esperamos en la cafetería a medio noche para perfeccionarlo ¿puedes?

Oír eso me agito. ¿Cómo se le da todo tan fácil? ¿Por qué razón Kim habrá aceptado?

—Hasta el momento, sí.

—Perfecto. Ahora coge algo y hazte la interesante

—¿Cómo qué? —inspeccione mi habitación con la vista, desorientada.

SÉ QUIÉN FUE |Gemelos| JungKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora