SÉ QUIÉN FUE |Gemelos| JungKook

|010| La apuesta sigue en pie

Lamento que los capítulos sean muy extensos, pero son 

necesarios para desarrollar más rápido la historia. 

Si les aburre, las entiendo. 

El timbre notificó la hora de salida del instituto. Salí del salón, dirigí el paso en conjunto con mis compañeros de clases, principalmente; Kate y Nathan, en todas las clases convivimos con él, es realmente gracioso. Nos desviamos en dirección al amplio campus para relajarnos un poco en el gran jardín.

Mis ojos dieron una mala jugada, intercambie una sutil mirada a la silueta del bastado gruño, camino con velocidad hacia el aparcado donde se que tomará su auto para huir del lugar como acostumbra. ¿Por qué? pues, anteriormente hubo una discutido con Vicky sin razón en particular o bueno, eso fue lo que comento ella.

Si, ya se. Parece extraño, pero así fue en una hora libre me buscó para 'desahogarse' conmigo.

Nuestros cuerpos se apoderaron de una mesa solitaria cerca del campus de fútbol americano, lejos del sol radiante. Distinguí a Adams jugar junto a su equipo.

—¿Qué harán hoy? —apareció TaeHyung de la nada junto a Jhope. Ello me alertó, miré enseguida a Kate quien ya me observaba con los ojos un tanto abierto consiente de la situación.

Respira, tranquila. Actúa natural, no actúes como si lo estuviese evitando a toda costa.

—Hasta ahora nada — contesto Kate fingiendo tener la atención en su teléfono.

—No tengo planes –dije, hice un gesto y me removí en el asiento inquieta.

El giró su cabeza a mi dirección como la chica del exorcista, aterrándome un poco. Me ojeó con impresión.

—¡Estas viva! —fue sarcástico. Doble un poco la cabeza echándole un vistazo inocente—. ¿Dónde estuviste todo este tiempo? —me preguntó y viro hacia Kate—. ¡Traidora!.

—Pero...

—Eh —le señaló advertido.

—Ella...

—Nada —negó con la cabeza.

—TaeHyung, pero ella... —dijo en forma de suplica.

—¿Yo qué? —le reprendí con la mirada.

—Déjenla hablar —exigió Nathan riendo.

Kate se cruzo de brazos como niña caprichosa, soltó un fuerte suspiro con fatiga, nos fulmino con la mirada a ambos molesta y cerro el pico.

—Tú... —se refirió a mí con el entrecejo activado—. Me escribes que debemos hablar y luego te desapareces del mapamundi. ¿Qué sucede contigo? —deposito una breve caricia en mi mejilla que me descontrolo internamente.

No hagas eso, pofavo.

—¿A qué se debe tanta felicidad? —entrecerré lo ojos, le ignore.

—Las cosas al parecer están saliendo a mi favor.

Jhope accedió con la cabeza aprobando sus  palabras y, en su rostro una leve sonrisa sin mostrar los dientes, me atemorizo. Escuchar eso no me agrado.

La sospecha despertó en mí.

Lo supo.

—¿Cómo así?

—¿Oyeron lo que sucedió en nuestra fraternidad en la celebración de anoche? —manifestó Jhope.

Ello me alivio. Salté el aire acaparado en los pulmones.