SÉ QUIÉN FUE |Gemelos| JungKook

|027| ¿Por qué?

Lo siento mucho, pero a el es quien me inspiro en el personaje de Nathan.

Visualicen la imagen en multimedia.

*-.-.-*

Quince minutos más tarde empapada en sudor salí de mi escondite aun con el libro en mano al ya estar completamente sola. Quite los mechones de cabello pegados a mi frente sudorosa y arranqué una mochila de viaje en mala gana guindada a unos ganchos, metiendo el libro.

Por lo anterior, JungHyun no alcanzó a llevarse nada, al parecer no consiguió lo que tan atareadamente buscaba. Y... su acompañante me dejo anonadada.

Tengo que terminar con ellos ahora.

Y aun me pregunto ¿por qué yo debo hacerlo?. Todos los días, me lo pregunto, trato de adivinarlo y de nuevo se repite como un ciclo. Nada va a cambiar, si es lo que quiero. Así que... No lo dejo ahí, no se acabara hasta que lo requiera.

Memorizo reiteradamente la táctica y el orden.

Prosigue.

Adquirí algunos objetos que tienen suma importancia y sin más, me retire. No antes de llegar a casa deje pasar algo por alto; saque una copia a las llaves de la propiedad con intensión de volver a ingresar a la casa por pistas.

Ya todo listo, escondido, arreglado, ropa despojada, pertenencias ajenas a su lugar..., volví a su lado en la cama como si nada hubiese ocurrido.

No pude omitir una sonrisa de maldad en el rostro. En mi estomago un intenso cosquilleo me inundo. Un cosquilleo de ansiedad.

Finalicemos todas las cosas que tenemos en juego, cariño.

***

Al día siguiente...

Desperté primero y cogí un bus a la universidad, la maldad de anoche ceso y la vergüenza fluyo. Por supuesto, tengo muy presente que ahora más que nunca estará como un cachorro faldero. Pero no todo muere allí, por decima vez el auto blanco volvió cuando permanecí en la parada de bus y me lo tope de nuevo a las afuera del Instituto. Ello arruino un poco mi avergonzada mañana.

Crucé de pasillo a pasillo, a las áreas verdes, de las áreas verdes a la cafetería, de la cafetería a la biblioteca y así sucesivamente hasta dar con el paradero de Nath.

Mientras deambulaba sin descanso me quede perdida en una pareja de novios que se besaban frente al mural Institucional junto a una bien diseñada fuente de agua. Aquel lugar era conocido como "la fuente del honor" y por lo que oí, la creencia popular decía que un beso frente a ella, dándole la espalda y lanzando una moneda desde las manos de ambos enamorados se perpetuaba su amor para siempre —que verdadera bobada y pérdida de tiempo—. Y eso era exactamente lo que ellos estaban haciendo. Seguí el ritual ceremonioso de la pareja como una verdadera chismosa y con el entrecejo bien marcado.

Era algo difícil de explicar y que me costaba incluso llegar a creer, quienes eran las personas haciendo el ridículo ritual.

No me equivoque a fin de cuentas.

Me oculté en una de las columnas para continuar admirando la escena. Por un instante, voló por mi mente algo descabellado. Di una risa nasal pensando en una sola persona de unos maravillosos ojos oscuros y lo tonto que nos veríamos copiándoles, hasta que por obra y gracia del destino mi teléfono comenzó a emitir el particular sonido de un mensaje de WhatsApp que acababa de llegar.