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El Omega se movió en la cama por no poder dormir

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El Omega se movió en la cama por no poder dormir.

No supo qué hora era en realidad, pero sabía que era demasiado tarde como para que Kraven no llegara a casa. Dejó a Dino ahí en la cama para caminar fuera e ir a beber un poco de agua. El silencio de la casa era más que enorme. Sofía ya debía estar durmiendo, así que no pensó que la iba a encontrar.

Entró a la cocina cuando escuchó un ruido.

Se detuvo agudizando su oído y, por un segundo, sintió miedo. La casa era tan grande que no le sorprendía el que de pronto entrara algún ladrón para robar algo de valor. Kraven no tenía cosas de segunda mano ni compradas en un mercado cualquiera, sino que eran cosas caras y originales. Cada cuadro de pintura se notaba original.

Dio pasos lentos oyendo que el ruido venía del baño que estaba en el primer piso. Un escalofrío le recorrió la espalda cuando vio gotas de sangre en el suelo.

La puerta no estaba completamente cerrada, así que vio la luz encendida y, conforme se fue acercando, pudo ver que Kraven estaba dentro.

Lo pudo ver sin camisa y su espalda era ancha. El color de su piel destacaba en cualquier lado y tragó saliva. No supo si seguirse acercando o no y fue cuando vio el reflejo del espejo. Pudo ver, más que bien, como intentaba sacarse algo del pecho y la sangre que brotaba de la herida.

El moreno estaba concentrado intentando sacar la bala cuando vio su cabello morado y miró sobre su hombro. No lo había sentido llegar ni tampoco lo había olido por estar concentrado en lo que estaba intentando quitarse. No supo qué decir porque ya daba igual si lo había visto.

—No deberías estar despierto a esta hora.

Dirigió su mirada al espejo nuevamente y Saemi pudo escuchar el ruido de la bala al caer. Sus brazos grandes estaban apoyados en el lavamanos y pudo notar que se sentía aliviado de haberse quitado aquello por soltar un suspiro largo.

—¿Qué te pasó?

No pensaba contarle lo que le había ocurrido ni de chiste. Intentó pensar en alguna buena mentira porque sabía que estúpido no era. Movió sus manos tomando un pedazo de gasa para echarle alcohol y limpió la herida. Le dolió y ardió, aunque en su rostro no se mostró ninguna de esas emociones.

—Nada importante. Es mejor que te vayas a dormir.

Quiso irse a dormir porque no le importaba, pero una parte de él no se lo permitió. Encontraba todo extraño porque ni siquiera el auto se había escuchado. Solo estaba Kraven ahí y herido. Lo vio salir del baño para pasar por su lado caminando como si no tuviera una herida abierta en su pecho. Pestañeó un par de veces y lo vio regresar con algo. Sintió que estaba ahí parado como un simple estúpido. Pensó que podía hacer algo para ayudarlo, que él le había dado su ayuda, así que podía hacer lo mismo. Muchas cosas pasaron por su cabeza.

Dio un paso y luego otro.

—Déjame ayudarte.

—No tienes que hacer nada. Hay mucha sangre y es desagradable. Vete a dormir.

DEUDA MORTAL [OMEGAVERSE] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora