DEUDA MORTAL [OMEGAVERSE] ©

24.

ACTUALIZACIÓN 1/2

—Hola, Saemi —dijo la psicóloga con una sonrisa igual que siempre.

Él solo entró para tomar asiento. Le pareció demasiado tiempo desde que la había visto, pero se seguía sintiendo bien de poder escucharla y saber que ella estaba ahí con la misma disposición.

—Han sido días difíciles, ¿verdad?

Él sabía que sí. No podía negarlo. Asintió un par de veces viendo sus manos. Era la primera vez que iba después de todo lo ocurrido y le asombraba saber que, en ocasiones, una pequeña cosa podía desencadenar grandes problemas.

—¿Quieres que hablemos de algo en específico? —preguntó ella con amabilidad.

Era un tono amable sin una presión alguna.

Ella lo notó diferente, aunque no dijo nada, pues esperaba que él se lo dijera todo. Mantuvo silencio mientras sostenía su lápiz y cuaderno para ir anotando todo lo necesario. Ya iba una semana de todo lo ocurrido y, los medios o la prensa, no hablaban de nada más que Kraven. Él aún no hablaba con nadie y se estaba conteniendo de hacerlo. Aunque era complicado cuando los periodistas lo estaban siguiendo a todos lados.

Saemi los podía escuchar más que a la perfección afuera del edificio. Habían estado como locos esperando y, el poder entrar, les había tomado esfuerzo.

—¿Usted...? —se detuvo porque no supo muy bien como ejecutar la pregunta, pero nada más lo hizo —. ¿Usted sabía que Kraven es impulsivo y agresivo?

La miró y, en sus ojos verdes, obtuvo la respuesta de inmediato.

—Sí, lo sabía.

—¿También sabía que tiene problemas con el alcohol?

—Escucha, Saemi, de la misma manera que no le he dicho nada de lo que aquí hablamos a Kraven, tampoco puedo contarte lo que él me ha contado. La lealtad siempre estará con mis pacientes.

—Entonces él también se estuvo tratando con usted.

Ella asintió.

—Se supone que todo eso estaba controlado, pero, si me lo estás preguntando es porque ya lo viste en aquellas condiciones. ¿Te ha tratado mal?

—No, él no me ha hecho nada.

—Las pérdidas hacen que las personas reaccionen de diferentes maneras y que piensen de diferentes maneras. Tú, tras la pérdida de tu familia, te sumiste en la tristeza. Kraven, al perder a sus padres, se perdió en el alcohol.

No dijo nada, aunque quería contarle muchas cosas. Quería contarle desde la desesperación que había sentido al saber que Kraven había caído al mar. Sobre el miedo por el que fue dominado al imaginar que nunca más lo iba a ver. Sobre la tranquilidad y paz que le recorrió el cuerpo al enterarse de que lo habían encontrado. Las sensaciones que le recorrieron el cuerpo al sentir su calor nuevamente y oír su voz. De lo mucho que su corazón se aceleró cuando Kraven lo besó. De todas las miles de sensaciones diferentes a la tristeza y agonía que no sabía que podían existir.