DEUDA MORTAL [OMEGAVERSE] ©

27.

ACTUALIZACIÓN 2/3

Con una pequeña
dedicación. Gracias por
tu apoyo🍓☺️.

—Claro, estos papeles de aquí.

—Sí, exacto, esos papeles. Sé que todos cuando llegamos a un lugar nuevo nos cuesta tomar el ritmo de ciertas cosas, pero la verdad es que, ahora mismo, lo que menos necesito son errores.

Saemi asintió.

Dejó de escucharlo un poco por ver que su oficina era grande y que las ventanas eran mucho más. La vista era más que genial e imagino que, estando ahí en la noche, todo se iba a ver muy bonito. Quiso mirar todo lo que había porque siempre le había provocado curiosidad y estaba alegre de poder tachar un punto de su lista. De las citas aún no podía tacharlo, pues recién llevaban dos y, en la noche, iban a ir al cine donde se iban a cumplir tres.

—Saemi.

—Lo siento, estaba mirando, pero entiendo. Cuando los tenga listos, ¿qué hago? —preguntó sentándose en el asiento que Kraven siempre ocupaba.

—Espérame aquí. Tengo que ir a una reunión y luego regreso.

Lo vio salir y no pudo evitar ponerse de pie para acercarse a las ventanas. Quedó asombrado porque era muy alto y también todo se veía más que hermoso. Nunca había visto la ciudad desde una altura como esa. Luego, comenzó a caminar por la oficina. Eran grande, tenía dos sillones cómodos, también una repisa con algunos tragos caros. Una televisión y todo olía bien.

Destapó una de las botellas para olerlas sintiendo demasiado fuerte el aroma. Se sentó en ambos sillones dándose cuenta que eran muy suaves. Quiso encender la televisión para ver que estaban dando de entretenido, pero, por más que buscó el control remoto, no pudo encontrarlo. Vio algunas revistas sobre la mesita pequeña de centro y eran viejas, así que no habían cosas nuevas o entretenidas que ver.

Al regresar al escritorio, tomó asiento mirando justo a la puerta. Supuso que Kraven sentado ahí se consideraba un rey y que nadie se iba atrever a desafiarlo, a menos que existiera alguien que siempre le tuviera envidia o algo peor que eso.

Tragó saliva y comenzó a ver los papales. Kraven le había dejado la mayoría de las cosas marcadas, por ende, le fue sencillo irse guiando por eso. No tenía mucho conocimiento de contabilidad o administración de empresas, pero era inteligente y, cuando se era inteligente, muchas cosas se podían lograr. Tecleó en el computador para ir sacando algunas cuentas.

Se fue divirtiendo un poco porque su mente se estaba despejando de muchas cosas y se estaba sintiendo tranquilo.

Tomó otros que la secretaria le había llevado a Kraven. Fue leyendo un poco y fue notando que, de alguna manera, algo estaba mal. Fue haciendo algunos cálculos tomando una calculadora. Al ir tomando otros más la duda le fue creciendo porque no coincidía con nada de lo que Kraven tenía en su computador. Sabía que estaba ocupado el moreno, pero quiso ir donde él para poder comentarle sobre el error que había encontrado.