DEUDA MORTAL [OMEGAVERSE] ©

16.

El día que Kraven perdió a sus padres nada raro demostraba el acontecimiento que iba a ocurrir.

Acababan de ir a dejar a su hermano menor al aeropuerto para que se fuera a Italia a estudiar. Todos estaban felices por ese logro suyo. Esperaban que pudiera lograr su sueño sobre ser un gran pintor porque el potencial que tenía para dibujar lo que fuera era enorme. Había ganado muchos concursos de pinturas de paisajes e incluso retratos, así que eso era motivo para solo seguirse esforzando.

Kraven iba al volante. Al lado iba su padre, Alfa, y atrás iba su madre, un Omega masculino junto a Kristen. La música que se oía, por primera vez, no era clásica. A su padre le gustaba oír a Ricky Martin siempre, así que iban escuchando: Livin' la vida loca.

En esos tiempos, Kristen era diferente, Kraven era diferente. Todo era diferente porque estaban juntos. Su familia estaba intacta y no había algo por lo que tuvieran que preocuparse jamás.

La carretera estaba un tanto oscura, pero a ninguno le preocupó demasiado porque Kraven manejaba bien. Solo iban felices por estar en familia y por saber que todo estaba bien. Ninguno imaginó lo que estaba próximo a suceder. Ninguno pensó en la muerte ni un solo segundo porque dieron por hecho que, para que la muerte los alcance, faltaba demasiado.

Cuando llegó la parte del coro, todos se sabían la canción porque eran temas que su padre siempre escuchaba, así que todos fueron cantando:

Upside, inside out

She's livin' la vida loca

She'll push and pull you down

Livin la vida loca

Her lips are devil red

And her skins the color moca

She will wear you out

Livin la vida loca

Livin la vida loca

She's livin' la vida loca

Por un instante todo fue felicidad, risas, cantar. Todos pensaban en solo vivir la vida.

Y el choque llegó.

El impacto por detrás provocó que el auto se levante con potencia. Nadie tuvo tiempo de sostenerse de algo y cayó al suelo dado vuelta siendo golpeado de nuevo por el auto que los impactó. Dio otra vuelta donde solo el ruido de vidrios romperse retumbó en el lugar y la música dejó de sonar. Solo se pudo escuchar el motor del otro auto que los iba empujando sin parar mientras iba acelerando.

Nadie pasó por el lugar. La noche estaba oscura y la lluvia comenzaba a caer. Primero fueron gotas pequeñas, para ir aumentando su intensidad conforme los segundos avanzaban.

El estruendo se escuchó por todo el lugar mientras el auto seguía siendo empujado hasta que cayó por una bajada a la orilla de la calle. Las ruedas quedaron girando sin parar y el auto estaba destruido casi por completo. Nadie dijo algo. Nadie habló. El silencio fue tan potente que solo se pudo escuchar la lluvia caer sin cesar seguido de unos truenos que se iban acercando.