DEUDA MORTAL [OMEGAVERSE] ©

39.

ACTUALIZACIÓN 2/3

La universidad siempre había sido demasiado grande para Saemi.

Recordaba bien lo feliz que se había sentido la primera vez que la había visitado. Recordaba bien la primera clase que había tenido, lo alegre que se sentía por todo lo que estaba logrando y por lo orgulloso que se sentían sus padres por la beca que había obtenido.

Soltó un suspiro para cerrar sus ojos y dio unos pasos. No tenía muy claro lo que iba a lograr, pero esperaba poder tener algo bueno, alguna buena noticia después de todo lo ocurrido y después de todo el tiempo que llevaba desaparecido de muchos lugares. No le cabía duda que el año estaba posiblemente perdido, aunque no quería darse por vencido o desanimarse. Después de todo lo ocurrido, había llamado nuevamente para que le dieran una nueva cita y era el momento de tenerla.

Krenie caminó a su lado mientras le decía algunas cosas sobre que estuviera tranquilo.

Tragó saliva caminando por los pasillos. El estar rodeado de tantas personas aún no le gustaba mucho, así que ir acompañado por el hermano del Alfa, era más que bueno. Miraba para todos lados manteniendo su respiración calmada y recordándose una y otra vez que estaba en la universidad, que era un lugar seguro y que, el villano de la historia, ya no estaba.

Llegó a la oficina del director y era primera vez que la visitaba. Inhaló profundo un par de veces para tocarla y esperar la invitación a pasar.

Al hacerlo, vio todo demasiado ordenado, demasiado limpio, todo en su debido lugar y a un hombre con un rostro bastante amable que le dio más tranquilidad. Cerró la puerta con cuidado para tomar asiento.

No esperaba en que el hombre no supiera nada cuando, incluso en las noticias, se había hablado de todo lo ocurrido y se habían mostrado fotos suyas y de toda su familia. Así que, el hecho de que muchos lo hubieran estado mirando mientras caminaba por el pasillo lo encontraba normal después de todo el escándalo. Nunca pensó en que todas esas cosas iban a ocurrir o que su foto y nombre iba a estar por tantos días en la televisión o canales informativos como el único sobreviviente de un psicópata.

Fue oyendo lo que el hombre le comentaba.

No eran cosas muy buenas, pero estaba dispuesto a oír lo que fuera y a hacer lo que fuera. Tenía mentalizado el hecho de que, si tenía una oportunidad para no perder el año e intentar ponerse al día con los meses que había perdido, entonces lo iba a hacer.

No quería quedarse sin nada, no quería dejar todo tirado sabiendo que aquello no es lo que su familia habría deseado para él.

El último sueño que había tenido con Jael, su hermano, lo tenía más que presente y estaba sanando y quería seguir sanando todo lo posible. No pensaba en que todo lo fuera a olvidar, pero le bastaba con poder recordarlos sin llorar, sin sentir dolor por saber que ellos estaban en un lugar mejor.