Kira estaba empezando a quedarse dormida hasta que oyó un seco y estridente sonido provenir de la cocina.
Frotando los ojos por el cansancio, comenzó a ver que en la mesa de la cocina estaba su padre dormido sobre la mesa y alrededor de él tres hombres que no paraban de sacudirlo y de moverse a un lado a otro sin saber que hacer.
Al fijarse mejor en uno de ellos sonrió y se acercó más a la puerta de la cocina.
—¿Kira?—preguntó Richard. Lars y Robert giraron la cabeza al mismo tiempo para verla—Lars, Robert, ¿podéis llevar a Lawrence a su habitación? Yo me encargo de ella...—asintieron con la cabeza y cada uno, cogiendo por un lado al guitarrista, se lo llevaron a rastras a su habitación. De vez en cuando se quejaban porque era más alto que ellos y pesaba demasiado. Richard se arrodilló para quedar a la altura de la niña—Princesa, ¿que haces aquí? Creía que estabas en casa de tu madre...
Richard, por su parte, no había vuelto a ver a Charlotte Jones en persona desde que su embarazo estaba muy avanzado, casi a punto de dar a luz.
—Mamá está de gira en Europa...—respondió la niña un poco nerviosa al verlo directamente a los ojos. Esos ojos que si por ella fuera estaría toda la vida mirándolos—Y Seth se ha ido con ella...
Aún sin saber quién era Seth, Richard dedujo que debía de ser la pareja de Charlotte.
—Kira, es la una de la mañana, ¿no deberías de estar dormida?—cuestionó con una pequeña sonrisa. La pequeña también sonrió.
—No tenía sueño...—respondió, encogiéndose de hombros.
Sacudió la cabeza.
—Vámonos, te acompañaré a la cama...
—Pero no tengo sueño...
Pensó por unos segundos, sintiéndose observado por unos pequeños ojos que lo miraban fijamente, con mucha admiración.
—¿Qué tal una canción para ayudarte a dormir?—sugirió, sin dejar de sonreír. Los ojos de Kira se iluminaron con mucha emoción y asintió muchas veces con la cabeza. Se sentía muy emocionado pues iba a cantar y tocar algo para ella—Vamos pequeña, ve a la cama, que yo voy enseguida...
Obedeció y corrió por las escaleras, sin poder ocultar su más que evidente emoción.
Richard cogió una de las guitarras que había en la cocina y cuándo entró a la habitación, no pudo evitar sonreír cuando la vio, tumbada en la cama, arropada hasta el cuello y mirándolo con mucha admiración, sin poder evitar soltar pequeñas risas. Cogió una silla y se sentó muy cerca de la cama.
—¿Quieres alguna canción de cuna o algo así?—preguntó, torciendo la boca un poco pues no sabía tocar canciones de cuna con la guitarra.
—No me gustan. Quiero alguna de Elvis Presley.
—¿En serio?—cuestionó el cantante, sorprendido y divertido a la vez de la petición.
—Mamá se pasa todo el día escuchando y cantando canciones de Elvis. Y me gustan. Tócame alguna de él, porfi. La que quieras.—volvió a pedir Kira con mas impaciencia que antes.
—Vale, vale. Está bien. Bueno, empezamos...—anunció el joven Richard apoyando la guitarra en su pierna para estar más cómodo y, con lentitud, tocó los primeros acordes.
Empezó a cantar en voz baja "Love Me Tender", su canción favorita del Rey del Rock N' Roll desde que era un niño y la primera canción que aprendió a tocar en la guitarra.
A medida que la canción avanzaba y por mucho que tratara de luchar contra el sueño, a Kira cada vez le costaba mantener los ojos cerrados.
Cuando la canción llegó a su fin, se dio cuenta de que Kira ya estaba dormida profundamente, con la cabeza para un lado y apoyada en la cabeza.
Se acercó a ella, sigilosamente, y la dio un beso de buenas noches en la frente. Salió de la habitación en completo silencio para no despertarla.
Cuando bajó a la planta de abajo se dio cuenta de que tanto Lars como Robert ya se habían ido a sus casas, por lo que decidió que ya era momento de irse a la suya.
Pero ninguno de los dos sabría lo significativa que sería esa canción en sus vidas, y que, de alguna manera u otra, formaría parte de su vida y de su destino.
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Love Me Tender
RomanceKira, hija de la superestrella del rock Lawrence Morgan y la icónica cantante de pop Charlotte Jones, regresa a casa después de estar años en un internado de Reino Unido al alcanzar la mayoría de edad. Su regreso desencadena una búsqueda desesperada...