Desde ese momento la canción "Love Me Tender" se convirtió en la favorita de Kira. La reproducía una y otra vez, cantándola sin parar.
Nadie, a excepción de ella, sabía cuál era el significado tan especial que tenía esa canción en su corazón.
Cumplió diez años y aún su padre debía seguir encargándose de ella, muy a su pesar, ya que Charlotte Jones tenía una gira especial en Las Vegas, y cómo es obvio, la niña no podía entrar con ella a los casinos.
Al menos con su madre, que era muy amable y cariñosa, se sentía más querida que cuando estaba con su padre.
A pesar de los años no había podido olvidarse del que consideraba que era su ángel de la guarda, caído del cielo que tanto la había ayudado ese día.
—¿Lista, Kira?—preguntó Lawrence, sin poder ocultar su más que evidente emoción pues sentía que al fin podría quitarse un gran peso de encima.
Sin embargo, Kira asintió la cabeza, con gran melancolía. No estaba contenta. Ir a un internado que estaba en otro país muy lejos del suyo no la hacía mucha ilusión, y la dolía mucho que su padre no pudiera ocultar lo contento que estaba al mandarla tan lejos.
El último disco de su madre había sido un sorprendente éxito a nivel mundial por lo que tendría que hacer una gira por varios países pero el guitarrista se había negado en lo absoluto a tener a Kira varios meses en su casa. Hablando entre los dos habían acordado mandarla a un internado, no porque fuera problemática o algo así, sino para que recibiera una buena educación que estaba claro que con sus padres no iba a recibir.
Averiguando había descubierto que el internado estaba en Londres, pero que era uno de los más prestigiosos de Inglaterra y que muchos hijos de clases altas o de famosos como lo era ella, iban allí. Estaba tranquila de saber que al menos su madre iría a verla siempre que pudiera. De su padre lo dudaba pero tampoco esperaba más de él.
El guitarrista estuvo tentado de hacer una gran fiesta en su casa. Para él, Kira era una niña caprichosa y consentida que lo único que hacía ers robarla la energía y el poco tiempo que tenía.
—¿Qué tal, Lawrence? ¿Te apetece ir a tomar algo?—sugirió Richard mientras entraba en su casa. Eran tan cercanos y unidos que ambos tenían las llaves de la casa del otro, por si pasaba algo.
Nadie, a excepción del manager, miembros de Siren y gente muy cercana a Lawrence sabían que era padre. Y era mejor que las cosas siguieran así, sin que la presa ni el resto del mundo supieran de la existencia de Kira.
—Me gustaría. Pero no puedo...—respondió, con gran pesar y señalando con la cabeza las maletas—Tengo que llevar a Kira al aeropuerto...
La niña sintió cómo su corazón se volvía del tamaño de un puño. Se quedó paralizada nada más escuchar esa bella pero firme voz. Enrojeció al instante de sentir su mirada sobre ella. Estaba agradecida con Dios de que al menos le pudiera volver a ver una vez más antes de irse.
—¿Kira, eres tú?—preguntó Richard con tono de alegría, sonriendo tiernamente. No la había vuelto a ver desde que los acompañó en una gira por Canadá. Kira no pudo musitar palabra alguna y sólo se limitó a asentir con la cabeza—¡Vaya! ¡Qué guapa estás!
¡Hacía tanto tiempo que no te veía!Lawrence no lo notó pero ambos estaban felices por volver a verse, aunque por desgracia, eso no duraría mucho tiempo.
—Bueno, basta de cháchara. Tenemos que irnos y no quiero que te retrases y pierdas el vuelo.—interrumpió, secamente y con un tono de seriedad.
—¡Os acompaño!—se ofreció el vocalista con una pequeña sonrisa.
A pesar de que él no tenía hijos sentía una extraña conexión con la niña, que él identificaba como preocupación paternal.
Kira viajaría sola en el avión y, al llegar a Londres, la recibirían la directora y la de jefa de estudios para llevarla al internado.
—Bueno...Cuídate, y pórtate bien, sé buena y no hagas alguna travesura...No quiero que te expulsen...—se despidió el guitarrista con un tono monótono y aburrido, cómo si de la que se estuviera despidiendo no fuera su propia hija.
—Si papá...Adiós...—murmuró Kira dándole un abrazo que por supuesto fue breve y sin emoción alguna. Después del abrazo se giró para ver a Richard—Fue breve y por supuesto, sin emocion alguna. Después del abrazo, Kira se giró para ver a Richard—A-Adiós t-tío Richard...
Dibujó una tímida sonrisa en sus labios que la pequeña recordaría por siempre.
—Adiós preciosa, pásatelo muy bien...—dijo, dándola un abrazo lleno de amor y de ternura.
Sintió la necesidad de evitar por todos los medios que subiera a ese avión y de mantenerla a salvo. Quería cuidar de ella y brindarla el cariño paternal que su propio padre fue incapaz de darla desde que nació.
Pero sabia que eso seria imposible. Si no cogía ese vuelo, Lawrence ya se aseguraría de que cogiera otro, incluso seria capaz de llevarla él mismo a Londres aunque fuera en una canoa.
Pero había algo que jamás se perdería a pesar del tiempo y la distancia que hubiera.
La conexión espontánea que ellos tuvieron y sintieron desde el primer momento en que se vieron.
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Love Me Tender
RomanceKira, hija de la superestrella del rock Lawrence Morgan y la icónica cantante de pop Charlotte Jones, regresa a casa después de estar años en un internado de Reino Unido al alcanzar la mayoría de edad. Su regreso desencadena una búsqueda desesperada...