Capítulo 14 - Deseos ocultos

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Padre e hijo volvieron a casa. Harry al día siguiente tenía colegio y Richard pretendía pasar todo el tiempo posible con él antes de que tuviera que irse de nuevo. 

Mientras se lavaba los dientes en el baño, oyó cómo alguien abría la puerta.

—¡Hola chicos!—saludó Lauren con mucha alegría. 

—Hola...—saludó, saliendo del baño.

—¿Qué tal estáis?—preguntó, muy contenta—Os echaba mucho de menos y no he podido evitar venir a veros. Mañana me iré otra vez a casa de mi hermana...

—Bien, bien...—respondió en medio de un murmuro pues no quería despertar a Harry, pues ya estaba profundamente dormido en su habitación. Subió las escaleras, sin añadir nada más. No tenía ganas de hablar con su mujer, solo quería irse a la cama y dormir el mayor tiempo posible.

—Deberíamos aprovechar este tiempo, ¿no crees?— propuso Lauren de forma coqueta, abrazándole por la espalda.

—No creo que a Sandy le guste que llegues muy tarde a su casa. Se preocupará...—se excusó, apartándose de su lado.

—No creo que la importe. Sabe que llevo mucho tiempo sin ver a mi marido...—insistió con una sonrisa pícara. 

Richard estaba agotado. No se le ocurrió otra excusa. Podría decirle que no, con el muy posible riesgo de pelea, pero no estaba de humor para eso. Prefería mil veces tener un poco de intimidad antes que discutir fuertemente y despertar a su hijo.

Al menos podría distraerse un poco de sus pensamientos.

Kira tenía problemas para dormir esa noche. No pedia parar de pensar en lo que pasó en ese sofá. La voz de Richard se repetía una y otra vez en su cabeza, cómo un disco rallado. 

Pero cuando podía dormir un poco, se le aparecía en sus sueños, llamándola una y otra vez, con esa misma voz. Incluso podía jurar sentir su respiración. 

Se despertaba agitada, empapada de sudor y sin parar de temblar. Comenzó a ser invadida por una clase de pensamientos y deseos que hacían que la culpa la carcomiera por dentro. 

Comenzó a rezar en voz baja, casi al borde del llanto, rogándole a Dios que la librara de sus pensamientos impuros, llenos de pecado.

Quería gritar de la desesperación, por sentirse así por el amigo de su padre, un hombre que la doblaba la edad y que técnicamente era su tío.

No sabía si estaba asustada por ella misma, por fallarle a su padre de esa manera, o porque se estaba metiendo en medio de un matrimonio, con un niño pequeño. No sabía si podría seguir viviendo sabiendo que los separó o les dañó de alguna manera.

Después de rezar un par de veces y de respirar profundamente, apoyó la cabeza en la almohada, soltando un gran suspiro.

—R-Richard...—murmuró, casi gimiendo, antes de volver a quedarse dormida.

Mientras tanto, a esas horas de la noche, Richard también se encontraba agitado, pero por un motivo muy diferente al de Kira.

Respiró pesadamente, sintiendo cómo Lauren le besaba el cuello y la cara, satisfecha por haberla dado lo que quería. Cuando creía que por fin podría estar tranquilo, ella se acomodó en su pecho, acurrucándose, para dormir abrazados.

Estaban juntos, pegado el uno al otro, pero en la mente del cantante, la que estaba con él no era su mujer, al contrario, no podía parar de pensar en una chica de pelo negro, incluso podía imaginar que estaba allí, con él.

Ardía en deseos de tenerla, incluso estando con su mujer, no podía parar de pensar en Kira.

Love Me TenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora