Capítulo 38 - Una dolorosa despedida

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En casa de Richard las cosas no eran ni mucho menos mejor que la de Kira.

Le dolía demasiado la cabeza. Caminaba por la casa cómo si fuera un zombie que en cualquier momento iba a despertarse de un sueño profundo.

No podía creerse que Lawrence, su mejor amigo, el que había sido prácticamente como un hermano estuviera muerto.

Se negaba a creer que no estuviera. Tenía la esperanza de que en cualquier momento apareciera por la puerta y le ofreciera unos tragos, contando las mismas anécdotas graciosas de siempre.

Todo era por su culpa.

Si se hubiera alejado de Kira, nada de eso hubiera pasado.

No había hecho caso a su sexto sentido y, a partir de ahora, tendría que convivir con la culpa para siempre.

Cuando miraba las fotos en las que salían los dos, no podía evitar sentirse más culpable y miserable de lo que ya se sentía.

Se sentía un pésimo amigo que lo había traicionado de tal manera que dudaba que pudiera volver a dormir por las noches.

Siren se había disuelto. Para siempre.

Ni él, ni Robert ni Lars eran incapaces de seguir sin Lawrence.

Pensaban que no había nadie como él y que nunca lo habría. Tampoco lo sustituirían por otra persona con todo lo que les había aportado a ellos y al grupo.

Con todo el dolor que había en sus corazones, anunciaron en todas las redes sociales de Siren que el grupo ya nunca mas se volvería a subir a un escenario.

Algunos fans se habían quedado en estado de shock, pues apenas estaban procesando la muerte del guitarrista cómo para tener que aceptar que Siren ya no volvería a tocar nunca más; otros entendían perfectamente la decisión y la apoyaban, y solo unos pocos creían que todo se trataba de una broma pesada.

Pero esa era la realidad.

Y la decisión estaba más que tomada.

Ninguno tenía fuerzas para seguir con el grupo.

Lars había decidido tomarse un año sabático para decidir que haría con su futuro, Robert había decidido convertirse en productor musical pues su pasión por la musica era tan grande que no se veía capaz de alejarse completamente de ella y Richard aun no sabia muy bien lo que haría, pues había muchas ideas en su mente.

Somnoliento, dejando el café que se estaba preparando, se dirigió a la entrada para abrir la puerta.

Quién había llamado era Kira, un poco ojerosa, agarrando una maleta con una mano.

—¿Kira?—preguntó, sin poder evitarlo. No la había vuelto a ver desde el funeral y prefería no hacerlo.

—Hola...—saludó pesadamente, sin apenas mirarle a los ojos —¿Puedo pasar?—Sacudió la cabeza y la invitó que pasara. La preguntó qué hacía con esa maleta. Suspiró y cuando llegó al salón, se dio la vuelta, mirándole fijamente a los ojos y, si pudiera un poco más, su alma—¿Y Harry?

—Con su madre. Esta semana tiene ella la custodia. Después del funeral volvieron a casa de Sandy...— respondió, sin mucha emoción. La chica se limito a asentir con la cabeza, murmurando algo que no pudo entender.

Sabía lo que necesitaba. Cuando la abrazó, Kira suspiró y dejo caer su cabeza en el pecho. En el fondo, lo que más necesitaba era un abrazo, sin importar de quién fuera.

—He venido aquí para decirte que...—comenzó a decir, mientras se apartaba de él—Que la decisión que he tomado no ha sido fácil pero creo que es lo mejor para ambos...—frunció el ceño. No sabía de que estaba hablando—He estado reflexionando mucho y siento que necesito alejarme de esta relación...O bueno, de todo esto que hemos tenido tú y yo...

—¿Alejarnos? ¿Por que? No lo entiendo... Chasqueó la lengua.

—Créeme cuando te digo que esta decisión no la he tomado a la ligera...

—Pero quieres alejarte...—replicó, sintiéndose un poco ofendido, sin saber muy bien por qué.

—Lo sé, lo sé. Estábamos bien juntos Pero...Después de lo de papá me he dado cuenta de que necesito estar un tiempo alejada de todos para saber lo que quiero en mi vida y que voy a hacer con ella...

—¿Es por mi culpa? ¿Es porque nos pilló...?

—No, no, no...No es por eso...Es solo que siento que hago daño a la gente que quiero...

—¿Te vas? ¿A dónde? ¿Así sin más? ¿Qué es de tus hermanos, de tu madre, de todos nosotros?

Kira suspiró, tratando de no llorar. No pretendía hacerlo pero la despedida estaba siendo más dura de lo que se había imaginado.

—Solo estaré unos meses fuera. Me iré a Londres. A casa de mi amiga Emma. Mi madre lo sabe y lo acepta. Dice que es lo mejor para mí. Con respecto a Johnny y Amanda acabo de pasarme por su casa para decirle a Hellen que no podré seguir con ella. Ella lo aceptó pero se derrumbó enfrente mía y no tuve más remedio que quedarme a consolarla. Me dijo lo mucho de menos que echa a mi padre y que todas las noches llora en silencio para que los niños no la oigan llorar. En fin, a lo que quiero llegar es que mi decisión es firme y que ya no hay vuelta atrás...

—¿No habría alguna manera de arreglar todo esto sin que te vayas? A lo mejor podríamos solucionarlo juntos...

—Richard, no se trata solo de arreglar algo, es más sobre abrir la mente y darme cuenta de lo que necesito. No quiero que por mi culpa alguien sufra o...Muera...

—¿Por qué tienes que irte tan lejos? No tienes porque hacerlo. Podemos apoyarnos mutuamente...

Kira se acerco a él y le dio un pequeño abrazo, apoyando su cabeza en su pecho.

—Lo sé, pero es lo mejor que puedo hacer. Siento que esto es necesario para mi propio crecimiento y para

que podamos ser más felices y estar bien con nosotros mismos.

La dio un pequeño beso en la cabeza. Sentía que los ojos se llenaban de lágrimas.

Su mayor temor es que esos meses se convirtieran en años, luego en décadas, y, que finalmente nunca más la volviera a ver.

También, otro temor suyo, era que se fuera porque le guardara rencor u odio porque sintiera que la culpa de la muerte de Lawrence era suya.

—Dime una cosa...¿Ya no me quieres? Su pregunta se convirtió en un sollozo.

Kira se alejó un poco y, con una triste sonrisa, le limpio las lágrimas que se estaban formando en sus ojos.

—Claro que te quiero. Y siempre me llevaré conmigo todos los momentos tan bonitos y especiales que hemos vivido. Esta decisión que he tomado no quiere decir que no te haya querido o que no haya valorado todo eso. Simplemente necesito salir de mi zona de confort, expandir mis horizontes y conocerme más a fondo...

Intentó sonreír. Pero no pudo. Hizo una extraña mueca que simulaba ser una sonrisa.

—Supongo que no puedo obligarte a quedarte si sientes que no es lo mejor para ti. Espero que todos estos meses te sirvan. Quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites...

No estaba muy convencido de sus palabras pero trató de sonar firme y convincente.

La chica sonrió tiernamente, haciendo que los hoyuelos de sus mejillas aparecieran de nuevo.

El coche estaba afuera y no quería hacer esperar al Seth más tiempo del que ya le había hecho esperar. Además, quería llegar con tiempo al aeropuerto y no perder el vuelo.

Antes de irse por la puerta, se acercó a Richard, se puso de puntillas y le dio un fugaz y tierno beso en los labios.

—Gracias por entender. Sé que no es fácil ni para mí ni para ti que yo me vaya. Siempre valoraré todo lo que hemos vivido y compartido...

Ya tenía la cabeza hecha un lio.

Pues, con su simple visita se la había dejado más enrevesada.

Love Me TenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora