Capítulo 32 - Confesiones

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Por primera vez en mucho tiempo, desde que se divorció Kira fue a visitar a Richard.

Ni siquiera había vuelto a interesarse en los chicos y mucho menos en el sexo.

No la atraía la idea. Y solo de pensar en estar desnuda en enfrente de una persona hacía que la entraran ganas de vomitar.

¿Pero no la asquearía tanto si fuera...?

Miró su reloj. Eran las siete de la noche; estaba empezando a anochecer.

Le había dicho a su madre que saldría por ahí con unas amigas que había conocido en la ciudad y que no la esperara despierta.

Pero la había mentido. No iba a salir por ahí y mucho menos con un grupo de chicas.

Ni siquiera sabía por qué no había dicho la verdad. Pero prefería mentir antes que ser sincera.

Desde esa conversación que tuvieron no habían vuelto a hablar sobre Richard ni a mencionarle.

Parecía que no sospechaba que en verdad había decidido ir a verle.

Al menos, por boca de Hellen, supo que al antiguo matrimonio Brown les habían dado la custodia compartida de su hijo, alternándose las semanas entre una casa y otra.

Richard se había podido quedar con su casa y Lauren se mudó a vivir con su hermana, al otro lado de la ciudad.

Al acercarse la puerta vio como la luz del salón estaba encendida. También pudo oír el sonido de la televisión.

No le parecía raro todo eso. Cuando no estaba solo, prefería estar a solas con sus pensamientos, viendo la televisión.

Llamó al timbre, sintiendo como su corazón se aceleraba al oír pasos acercarse a la puerta.

Sus sentimientos estaban volviendo a renacer.

—¡Kira!—exclamó el hombre con una gran sonrisa, dándola un fuerte abrazo—¡Que alegría volver a verte!

—Si...—murmuró entre dientes—¿Puedo pasar?

—¡Claro que si! ¡Siempre es un placer verte y tenerte por aquí!

Se mordió la parte interior de las mejillas. Le había gustado la manera en la que pronunció la palabra "placer".

—¿Quieres algo?
—¡Si! ¡Un vaso de agua, por favor!

Se sentó en uno de los sofás, viendo con curiosidad lo que había puesto en el televisor. Era una serie que dedujo que sería de los años 80 o por ahí, pero no logró identificar cual era.

—¿Qué estás viendo?—le preguntó cuando volvió de la cocina con un vaso de agua en la mano.

—No tengo ni idea. Estaba viendo una película cuando me quedé dormido. Eso es lo que había cuando dormido cuando me desperté...

Sonrió.
—¿Qué tal todo?

—¿Eh? Ah, bien, bien...Al menos Harry se está tomando con mucha calma y filosofía la separación. Tenia miedo de que le afectara demasiado pero al menos está bien. Y eso es lo único que me importa, que mi hijo esté bien...¿Y tú, Kira? ¿Qué es de ti? ¿Hay algún chico en tu vida?

Tragó saliva con pesadez.

—Yo-Yo...—comenzó a tartamudear, con evidente incomodidad.

—Oye, si no quieres hablar de eso no pasa nada, ¿vale? No quiero que te sientas forzada a contarme

esa clase de cosas tan personales si no quieres o te incomoda....

Sintió mariposas en el estomago. También cómo su temperatura corporal aumentaba considerablemente. No quería que se le sonrojaran las mejillas y Richard notara eso.

Love Me TenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora