Capítulo 33 - Amor ardiente

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Envolvió sus brazos alrededor de su cuello.

Las manos de Richard se deslizaron lentamente por su cuerpo y comenzaron a recorrer debajo de su camiseta.

Estaba nerviosa pero quería continuar.

Sin embargo, cuando sintió sus manos muy cerca de su sujetador, echó la cabeza para atrás, rompiendo el beso.

Se detuvo para mirarla con un poco de preocupación. —Lo siento, ¿estoy siendo muy directo?

—No, que va...Es solo que...Estoy un poco asustada y...

No dejó que continuara pues la puso un dedo en los labios.

—Shhh, tranquila. No pasa nada, ¿de qué tienes miedo exactamente? Te prometo que seré cuidadoso y que trataré de no hacerte daño.

Kira asintió con la cabeza.

Esta vez fue ella la que se puso de puntillas para besarlo.

Continuaron besándose apasionadamente hasta que llegaron a la habitación de Richard.

Se sintió un poco extraña al estar en la misma habitación en la que el antiguo matrimonio Brown solía dormir y hacer sus cosas, pero la excitación y la adrenalina eran más fuertes que la incomodidad.

Al darse la vuelta, Richard volvió a besarla.

El beso, que en un principio era tierno, poco a poco comenzó a volverse intenso y lascivo.

Con un movimiento rápido, la sentó en su regazo y una vez que estaba a horcajadas sobre él, puso ambas manos en su cuello.

Él tomaba el control de la situación. Movía la lengua con suavidad pero con determinación.

La humedad de sus labios, la aspereza de su barba de pocos días y el tacto de su lengua al exigirle que abriese más la boca, provocaron que jadeara, sintiéndose completamente entregada a él.

Se estremeció al sentir sus dedos sobre su columna vertebral y su mirada observándola atentamente hizo que sintiera cómo si millones de agujas diminutas recorrieran todos los nervios de su piel.

La tumbó en la cama, preparándola para lo que se avecinaba.

Lo primero que la quito fue la camiseta y después el sujetador. Sus ojos se perdieron en aquellos pequeños pero firmes pechos que estaban totalmente expuestos ante él.

Continuó desnudándola, haciendo que gimiera. Ya ni siquiera le llamaba tío. Ya no le importaba nada ni la diferencia de edad o que fuera el mejor amigo de su padre.

Solo quería que la hiciera suya y que la demostrara cuánto la deseaba.

—¿Qué quieres, pequeña? Dime, ¿qué quieres?

—Hazme tuya. No aguanto más. Hazme tuya, por favor...

La dejó completamente desnuda. Richard se mordió los labios y recorrió todo su cuerpo con una mirada que la gustaba. Quería que continuara mirándola así durante toda la eternidad.

Comenzó a lamer su intimidad haciendo que el cuerpo de Kira se arqueara. Se agarró a la cama, rogándole que no se detuviera. Le agarró la cabeza para que continuara.

Sentía chispas y descargas eléctricas con solo su sentir su lengua entrando y saliendo de ella.

Inclinó la cabeza sobre la almohada, disfrutando mucho más la experiencia.

Podía oírse a sí misma, aullar y exclamar el nombre de Richard lo más alto posible dentro de su cabeza.

Se entumeció su cuerpo. Ya no sabía si seguía en la realidad o estaba soñando.

Love Me TenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora