9 JENARA (No quiero odiarte pero debo)

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Me desperté en una habitación muy diferente a la mía, era el Reino de la Luna Eterna y me di cuenta de que habíamos llegado allí en carroza.Me habían hechizado con una especie de maldición. Posiblemente la adquirí  cuando bajé al lugar Umbrío. Cuando me desperté 3 días después me encontré mareada y con la visión borrosa así que supuse que algo iba mal. Les pedí ayuda a mis curanderos y descubrieron que se trataba de una maldición muy poderosa que podría matar a cualquiera, así que buscamos diferentes soluciones para  poder radicarla pero tuvimos que recurrir a uno de mis enemigos potenciales; el Reino de la Luna eterna y me sentí tan vulnerable en ese momento que no quería ni ir;  pero me convencieron .

 Además no tenía otro remedio, no había otra manera de solucionar el problema así que mis mayordomos y yo emprendimos un largo viaje, unas dos horas hasta llegar al Reino de La luna Eterna, cuando llegamos el castillo estaba encima de una de las montañas más grandes del reino, estaba rodeado constantemente de luna y las estrellas brillaban en el cielo .

 Sentí que ese lugar era demasiado oscuro para mí. Aparcamos la carroza y nos abrieron las grandes puertas del enorme castillo. Cuando entramos por esta me llevaron a una camilla y fue en ese momento cuando mi vida cambió por completo. Me tomé el brebaje que habían preparado, me sentí mejor y conocí a una de las personas más maravillas y odiosas de la historia.

 Estaba en el reino enemigo el cual había dejado que mis padres se enfrentaran a los entes y a las Parcas con el resto de las princesas pero sin la contribución de este. Este reino  solo velaba por su poder y por su seguridad y seguramente si los hubiera ayudado ahora mismo no estarían muertos. Me desperté después de curarme en una camilla y todas las princesas del resto de los reinos estaban allí, se habían quedado conmigo a pesar de todos los que haceres que tenían en sus reinos y por eso las quería tanto porque eran verdaderas amigas. 

Fue en ese momento en el que vi al príncipe del Reino de La Luna eterna y en cuanto supe de quién era descendiente comencé a odiarle. Cuando le conocí no entendía quién se creía   para alzarme la voz  de esa manera, se que no estaba atenta en ese momento, pero no tenía ningún motivo para hacerme sentir así, así que de todas formas había algo en mí que lo odiaba y otra parte de mi quería besarle. Pero no podía, mis pensamientos debían ser claros y sin distracciones, tenía que luchar por mi reino y no podía tener intereses personales; no cuando mi reino y mi universo estaba en constante peligro. 


Tuvimos una pequeña disputa e incluso yo le contesté con un tono irónico y poniendo los ojos en blancos y él no respondió sino que se acercó a mi. En ese momento  mis músculos se tensaron, me miraba fijamente a los ojos, me miraba con cierta curiosidad y al mismo tiempo con esa mirada juguetona que me ponía nerviosa. Después de eso nuestros labios casi se rozan, nuestras respiraciones estaban entrecortadas, y sentí una pequeña chispa. Cuando se alejó de mí recuperé mi respiración, mi pulso volvió a la normalidad. Pasaron dos minutos hasta que me encontré del todo cuerda .

 Ahora mismo si se hubiera acercado un poco más le habría besado pero me di cuenta de que es el príncipe del Reino de La Luna eterna así que no quería odiarle pero no debo. Tengo que hacerlo, no era para mí, no puedo estar con una persona a la que odio a la que ha hecho tanto daño a mis padres. No puedo, es imposible, tengo que ponerle fin a esto dejando que mis sentimientos dejen de fluir.

Cuando salga de este castillo prometeré no acercarme nunca más a Gonza, será lo mejor para los dos; que estemos alejados (pero me equivocaba ) era la clave para que salváramos el reino. 

Cuando acabamos de cenar, nos fuimos a dormir, el Rey Tiberius me miraba constantemente con esa mirada desafiante. Cuando me he despertado esta mañana me he acordado de Gonza y  y no he podido parar de pensar en él. Ha sido nuestro primer encuentro y ya se ha colado en mi mente. Ahora mismo estoy sentada en la cama de un reino extraño y tengo ganas de salir ya de aquí así que me pongo mis zapatillas y mi vestido de seda pero como no hay nadie despierto, ni si quiera mi guardia no puedo volver a mi reino así que espero hasta que todos se despierten.

Entre reinos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora