En la frontera entre los reinos de Elariel, la tensión se seguía palpando en el aire. Los lazos entre los monarcas se habían debilitado y las alianzas, una vez sólidas, ahora pendían de un hilo. Un incidente en la región disputada había avivado las llamas del descontento, llevando a un punto crítico las relaciones entre los reinos.
El Reino de la ciudad de las montañas celestiales acusaba al Reino de las Luz eterna de haber desatado una serie de eventos que perturbaban su paz ancestral. El Reino de las aguas Esmeraldas, comprometido con la armonía, buscaba mediar entre ambas facciones, mientras que el Reino de los vientos Aliseos veía en la situación una oportunidad para demostrar su poderío y superioridad.
Los embajadores y diplomáticos de cada reino se reunieron en un intento por resolver la crisis, pero las negociaciones se vieron obstaculizadas por el fuerte poder del hechizo de las Parcas. Las conversaciones se convirtieron en un duelo de palabras afiladas, cada líder defendiendo con vehemencia los intereses de su reino.
En medio de esta tensa situación, los ciudadanos de las fronteras clamaban por la paz, mientras los rumores se extendían, inflamando aún más los ánimos. El miedo a una guerra inminente se apoderaba de los corazones de la gente común. Se acercaba el día en el que las Parcas despertarían de nuevo y no estábamos unidos, el caos y la desesperación era notable.Me fui a dar una vuelta por el castillo del reino de La Luna Eterna ahora mismo tenía ganas de irme y es por eso que aquella noche cogí y me marché. Puede que inconscientemente no me di cuenta de que todo estaba planeado. Recogí mis cosas y nadie me impidió que me marchara, después de eso me marché cogí mis cosas las pocas que me quedaron y fue entonces cuando llame a mis mayordomos y regresé a mi castillo. Ya había pasado una semana y media por lo tanto el trato que teníamos ambos, ya no era válido; ya se había acabado por lo tanto no había nada que nos detuviera. Lo que no sabíamos es que nuestra conexión era tan fuerte que ni la magia más oscura podría borrar.
Después de pasar 4 horas de viaje aproximadamente me fui directa a mí habitación, allí dejé todas las cosas en su sitio, recogí las maletas y cuando me di cuenta era de noche. Esa noche no tenía sueño, mi cabeza no dejaba de darle vueltas a la situación a la tensión a los conflictos pero no porque me sintiera culpable sino porque estaba ingeniando una nueva estrategia para derrotar al resto de los reinos. Me dormí dos horas después de haber cenado pollo asado con patatas, los mayordomos me dieron la bienvenida y todos los guardias del reino me hicieron sus respectivas reverencias. El reino estaba solitario como si fuera un espacio oscuro y vacío. La luz que antes desprendía casi ni era palpable. Me duché y me puse el pijama y después de estar varias horas dando vueltas en la cama me quedé dormida.
Empecé a soñar con cosas extrañas, con una mujer que me resultaba familiar y entonces me di cuenta de que era mi madre; que estaba intentando sacarme de esa especie de maldición. Su luz, su magia fuera como fuese me ayudó a recobrar el sentido y a borrar la maldición y el efecto de esta en mi cuerpo y en mi mente. Cuando me desperté por la mañana me sentí como nueva, sentí que había dormido como dos años enteros como si fuera oso que se acaba de despertar de la invernación. Me acordé del mensaje que me transmitió mi madre.
-Hija mía sé que es duro pero te ayudaré a recordar; tienes que olvidarte de esta maldición yo te curaré pero tienes que reunir a todos los reinos. Sólo tengo influencia en este reino, es por eso que no puedo hacer nada por los demás pero tienes que encontrar el corazón eterno para poder romper la maldición y el hechizo de las verdaderas enemigas que son las Parcas y seguir buscando la verdad como antaño hacías. No te rindas hija mía, confío en ti y recuerda que te quiero mucho.
Vi a mi madre después de mucho tiempo; siempre había estado allí y ahora mismo me había devuelto las ganas y la fuerza por volver a luchar por el verdadero objetivo. Allí estaba yo sentada en la cama pensando todavía en lo que acababa de soñar y me di cuenta de lo que tenía que hacer. Así que me me puse a buscar en la biblioteca a ver si encontraba la flor que me había mencionado mi madre y me fui a buscarla. Me costó bastante encontrarla porque era una planta especial que no salía siempre que tú quisieras y además si no confiaba en ti no se dejaba ver.
Conmigo se abrió, tardo un poco en hacerlo pero conseguí; con mucha paciencia y mucho amor ganarme su confianza. Era como si fuera una persona y empecé a preparar las pociones para curar los hechizos. Fui a los distintos reinos y conseguí que todos aquellos que antaño estaban separados se volvieran a unir. Todos menos uno el reino de la Luna Eterna EL reino de las Estrellas Eternas. Aquella noche había conseguido liberar de la maldición a 4 de ellos pero era de noche y tenía que buscar un poco más de aquella planta. No era suficiente con lo que había conseguido así que me fui a dormir y me quedé dormida sumida en mis sueños y en mis pensamientos.
ESTÁS LEYENDO
Entre reinos rotos
FantasíaEn el reino mágico dividido y sombrío de de Elariel, Jenara una joven y hábil e inteligente guerrera y al mismo tiempo hechicera y Gonza un heredero de la nobleza triste y solitario son dos almas atormentadas por sus propios demonios y que prov...