37 NO TE VAYAS

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Después de haberme despertado de esa especie de pesadilla, por fin recordé a quien quería a mi lado pero todo se complicó cuando me encontraba en medio de una batalla y justo cuando Jenara me iba a decir que me amaba de vuelta, note como se caía encima de mi, su cuerpo se desvaneció. Entonces cuando observé mis manos vi que estaban llenas de sangre. No te vayas por favor!!!

No puedes estar muerta, no ahora que me ha costado tanto recuperarte; por favor te necesito. No te vayas por favor dije entre lagrimas. Mi respiración se volvió entrecortada, me sentía vulnerable ante esa situación así que después de dejar a la pequeña Jenara en en el suelo, la rabia me inundó y entonces fui rápidamente a parar la batalla que habíamos empezado entre reinos. Los reinos de los vientos Aliseos de las aguas Esmeraldas y el Reino de las montañas Celestiales cesaron la batalla cuando vieron que todo había vuelto a la normalidad. Justo cuando les avisé de que pararan; ellos se dieron cuenta de que algo iba mal, y es que la princesa, su princesa yacía en el suelo con una herida causada por una daga.

Salía mucha sangre, sus ojos estaban cerrados y no respiraba. No podía ser que ella estuviera muerta. Es que no me lo podía creer. Era imposible. Después de todo lo que había pasado ella sola; ahora se había ido. En ese momento la rabia me inundó como nunca y me di cuenta de que el verdadero culpable había sido mi padre. Si no hubiera sido por el las Parcas no se hubieran despertado, esto no hubiera sucedido y Jenara ahora estaría viva.

Avisé a los mayordomos del Reino de las Montañas Celestiales para que llevarán a la princesa a su reino y volvería enseguida junto a ella. No iba a dejar a Jenara sola por mucho tiempo pero antes de eso tenía que hacer algo.

Me fui de allí cogí mi espada y me monte en Thunder y cabalgué lo más rápido posible para ver a Laurian. Le dije la noticia entre lagrimas. Mi corazón latía a toda velocidad y sentí la ansiedad recorriendo mi cuerpo. Él no podía creer lo que había pasado, su mirada se entristeció y casi se cae. Se tuvo que sujetar en sus propias rodillas para no caerse. Dios mío había perdido a su mejor amiga. Lo más difícil de todo sería contárselo a sus amigas pero para eso no están preparado todavía.

Después de comunicarle a Laurian que fuera a ver a su mejor amiga a la cámara, decidí que iba a enfrentarme a mi padre de una maldita vez. Primero se había llevado a mí madre, después había engendrado un hermanastro que ni siquiera sabía que existía y después de eso había invocado a las Parcas. Y por si fuera poco había sido el culpable de que mi amada muriera. Eso sí que no lo podía soportar.

Me dirigí hacia allí y entonces entré a toda velocidad, él estaba sentado en el trono, con una mirada bastante tranquila y serena para lo que estaba pasando. Así que me enfrenté a él le confesé que estaba harto de su tiranía, que no se merecía ese trono, que toda la vida había estado sumido bajo sus órdenes y que me había cansado. Que a partir de ahora no iba a obedecerle ni un día más que mi relación estaba rota y que ahora mismo no era mi padre y que no lo volvería a ser jamás. Que jamás podría perdonarle.

Estoy cansado de vivir bajo la opresión de mi padre así que reuní toda mi valentía y determinación para enfrentarlo. En un momento tenso y emocional, confronté a mí padre por fin después de años. Le expresé en términos claros y firmes su decisión de liberarse de esa influencia y control.

Con voz firme pero temblorosa, expresé mi agotamiento ante las manipulaciones y la opresión impuesta, confesando que ya no estaba dispuesto a seguir viviendo a su merced. Esta revelación se llena de emociones encontradas: rabia por las restricciones impuestas, tristeza por la desconexión entre ambos y, sobre todo, determinación para reclamar su propia identidad.

El padre, sorprendido y tal vez enojado por mi resistencia, intentó imponer su autoridad, tratando de mantener el control sobre mí. Sin embargo, me mantuve firme en mi decisión, reafirmando mi determinación de tomar las riendas de mi propia vida.

Sentí que este acto de valentía y afirmación personal marcó un momento crucial en mi historia. Es un paso hacia la autonomía y la libertad, representando un cambio fundamental en mi camino hacia la autorrealización y la búsqueda de mi propio camino.

Había soportado mucho desde que era pequeño pero me había quitado a la personas más importante así que me enfrenté a él y sin ningún rencor lancé uno de mis hechizos y le dejé aturdido así que esta vez iba a hacer justicia. Iba a hacer que mi padre pagará por todos los crímenes cometidos y la única manera de hacerlo es llevarlo ante las cortes suprema, los que crearon el reino.

Estas estaban a unos kilómetros de allí así que debía pagar por todo lo que había hecho. Tengo que confesar que mis ansias de matar eran muy potentes pero pensé en Jenara. Ella no querría eso; así que lo pensé bien y con detenimiento. Tenía que hacer que se hiciera justicia con ese hombre tirano que había causado tantos problemas. Después de encargarme de ese asunto decidí que era hora de encargarme de las Parcas pero no sabía si tenía posibilidades de derrotarlas ya que Jenara ya no estaba conmigo y ahora mismo lo único que me invadía era la tristeza y la desolación. No sé si estaba preparado para enfrentarme a tal problema. Esto era demasiado para mí.

Tenía que hacer un esfuerzo por ella, por el reino y por el universo, no podía quedarme y ella no querría que me quedará con los brazos cruzados así que ese era mi objetivo.



Entre reinos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora