Entre reinos rotos

22 GONZA

Después de pasar tiempo con uno de mis mejores amigos, de intercambiar secretos, curiosidades, de ponernos al día decido volver al castillo. El me acompaña y justo cuando llegamos allí nos encontramos que Jenara de ha quedado dormida encima del escritorio. Ya es de noche, le pido a los mayordomos que preparen una pequeña cama para mi mejor amigo y así lo hacen. Entramos en la habitación y vemos a Jenara allí, me encanta verla dormir, oigo como respira, está muy dormida.

Me da pena despertarla pero creo que no debería dormir en la mesa, es muy incómoda de hecho una vez me quedé dormido en el escritorio, tuve tortícolis durante una semana. Así que le digo a mi mejor amigo que me espere un momento que se vaya a cambiar al baño y que ahora mismo le atiendo. El me entiende y asiente; entonces fue en ese momento cuando volvimos a estar solos.

Mi mejor amigo se metió en el baño, le dejé un pijama y se metió a cambiarse y asearse. Después de eso me acerqué lentamente hacia la silla del escritorio. Le toco su hombro. Ella se asustó en cuanto mis manos contactaron con su cuerpo. No sabía que iba a reaccionar así.

-Perdona por despertarte pero creo que no deberías tumbarte en el escritorio es muy incómodo. Te has quedado dormido mientras estabas estudiando.

Ella bostezo y se enderezó lentamente mientras balbuceaba algunas palabras sin sentido, en ese momento estaba medio adormilada. Se levantó de la silla muy lentamente.

-Me has asustado un poco pero bueno en eso tienes razón; debería irme a dormir.

Ella se fijó en que olía diferente en la habitación y fue algo extraño porque se volvió un poco loca. Fue en ese momento en el que empezó a buscar por todas partes hasta que abrió la puerta del baño y encontró a mí mejor amigo. Me di cuenta de que ese chico me sonaba y entonces supe que era uno de mis amigos de la infancia. Él me había cuidado cuando era pequeña; cuando mis padres murieron se comportó como un hermano mayor e hizo que me sintiera muy bien conmigo misma. Además me ayudó a que no estuviera triste la mayoría del tiempo porque siempre intentaba sacarme una sonrisa. Siempre que podía intentaba que me sintiera mejor, me hacía reír, cuando estaba triste o pensativa me llevaba a hacer locuras por el bosque mientras corríamos por allí. Nos lo pasábamos muy bien. Al principio no me di cuenta de que era él pero me fijé más detenidamente en sus facciones y descubrí que aunque se había hecho mayor seguía siendo el mismo.

-Creo que nos conocemos dijo ella tímidamente, es que me suenas muchísimo.

-Emmm no sé 😅 puede ser la verdad dijo él frotándose la nuca.-Dijo mi mejor amigo

-Soy Jenara y si no recuerdo mal tú eres Laurian.

-Ahhh si ya sé quién eres, hace muchísimos años que no nos vemos. Eres mi amiga de la infancia. Jolines cuánto has crecido.

Ellos se conocían, después de eso estuvieron poniéndose al día sobre que habían hecho durante todo este tiempo, le contó sobre su ex, también le contó que sus gustos habían cambiado y un montón de temas más. Yo los observaba mientras se contaban como había sido su vida y como se sentían. No sabía que ellos hubieran sido amigos en la infancia. La verdad es que me sorprendió un poco pero era para bien. Eran buenos amigos y eso estaba bien porque ahora algo nos unía.

Mi mejor amigo se fue a dormir, enseguida se quedó dormido. Yo y Jenara nos quedamos un poco más hablando sobre cómo había ido nuestro día. Todo iba bien hasta que empecé a notarla extraña. Es como si quisiera cortar la conversación. La notaba muy rara, miraba al techo se frotaba las manos, tenía la mirada perdida así le pregunté que era lo que estaba ocurriendo. Ella seguía intentando invadir mis preguntas, algunas de ellas eran normales pero no sé porque no tenía ganas de hablar conmigo.

-Oye te noto un poco extraña; -¿te pasa algo ? Has estado extraña desde que he llegado y me gustaría saber qué es. Quiero que confíes en mí.

-Confío en ti de verdad el problema es que es un secreto muy fuerte que no te puedo contar porque no me siento preparada y puede que cambie todo entre nosotros. Todo es muy complicado en estos momentos.

Me estaba empezando a mosquear un poco la verdad, quería saber realmente que estaba pasando por su cabeza, porque no me contaba lo que le sucedía y ese secreto que era tan difícil de soltar.

-Necesito saberlo, da igual lo que pase; no va a cambiar nada entre nosotros.

-Yo no estaría tan segura dije. La verdad es que es un tema relacionado con tu familia. Creo que no te gustaría saber nada de eso.

-Cuéntamelo de verdad insisto, no va a pasar nada y no sé lo voy a contra a nadie sea lo que sea.

-Está bien ...bueno el caso es que...oí a tu padre decirle a un guardia que tenía que intentar esconder el cadáver de tu madre que nadie se podía enterar, que fue él quien la asesinó porque se estaba entrometiendo en unos asuntos sobre la familia o algo así.

-! Qué! Eso es mentira.

-¿Me estas llamando mentirosa ? En serio acabas de dudar de mi palabra cuando en realidad te estoy diciendo la verdad y te he contado todo lo que sé.

Me parece injusto por tu parte. Me habías dicho que podía confiar en ti y ahora me dices que soy una mentirosa.!

Ella se fue la vi largándose de mi habitación a toda velocidad, mientras sus lagrimas caían y balbuceaba un maldita sea en bajo. Creo que me había pasado de nuevo. Enseguida me arrepentí de lo que le había dicho así que corrí rápidamente, baje las escaleras siguiendo sus pasos hasta que llegamos al jardín. Ahora parecía nuestro jardín; siempre que nos encontrábamos allí era el lugar en el que por alguna extraña razón resolvíamos todos los problemas. Allí es donde la magia surgía de nuevo y todo volvía a su curso.
Ahora me daba miedo que esta vez no funcionará, que esta vez no fuera suficiente y que no me perdonara en la vida. Decido ir a buscarla, corro lo más rápido que puedo para no perderle la pista y la encuentro allí. Está sentada en uno de los bancos al lado de la fuente. Me siento junto a ella. Le pido perdón. Es lo único que puedo hacer.

-Lo siento mucho, me he pasado mucho contigo, sé que estás muy enfadada pero creo que te puedo compensar. Pídeme lo que quieras.

- No importa, te perdono lo único que quiero es que no vuelvas a desconfiar de mí porque no tengo ningún motivo para mentirte; todo lo que oí salió de boca de tu padre; simplemente solo quise que lo supieras porque no quiero que no haya secretos entre nosotros. Somos amigos y los amigos no se ocultan cosas.

-Me quedé un poco rayado, amigos había dicho amigos !!! No me lo podía creer, creía que estábamos avanzando pero parece que no.

Esa palabra se me quedó grabada en la mente durante todo el día incluso cuando ambos nos separamos.