Un beso y una flor

Relato 4 | Lagrimas y lluvia

Fer

Hace muchos años me casé con la mujer de mi vida, nos amábamos como locas y no nos importaba nada, solo queríamos estar juntas y tener una familia.

Ella quedó embarazada de nuestra primera hija María, a pesar de que Mayte no quería ser mamá, la contagie de mis ganas de serlo y llegó María a nuestras vidas. Pero así como llegó, se fue...

Lloviendo está
y a través de la lluvia
hay un triste adiós
y un amor termina

Cuando nuestra pequeña tenía dos años, decidimos tener otro bebé, más que todo para que María tuviera una compañerita y es así como quedé embarazada de Paloma.

¿Por qué nadie me dijo lo difícil que es estar embarazada? Tuve muchos cambios de humor y hasta me caí mal por pasar de estar triste, a estar feliz y a estar enojada, todo en cuestión de segundos! Pero mi May fue muy paciente y logró entenderme, lo cual es lógico, ella también estuvo igual de insoportable en su embarazo.

Dedicamos todo nuestro tiempo a nuestra hija y a mi embarazo, fue difícil lograrlo por nuestra carrera de cantantes, pero May y yo fuimos un gran equipo y supimos hacer las cosas sin problemas.

Estábamos tan felices porque cada vez faltaba menos para que nuestra chiquita naciera, pero la felicidad dura muy poco y en cuestión de segundos la vida puede cambiar radicalmente.

Veníamos de un largo día de trabajo, mi cuñada Isabel y nuestra mejor amiga Ale Tamargo, venían con nosotras en la camioneta encargada de dejarnos en nuestras casas. Mi May traía a María en brazos y todas estábamos conversando, y riendo con la bebé. Fue el último día que vi sus ojitos brillar...

Yo estaba sentada en la parte de atrás con May y Ale, Isabel estaba de copiloto. De repente el chofer se detiene y todas nos asustamos, no entendíamos que estaba pasando. Yo estaba del lado izquierdo de la puerta y cuando está se abrió, vi a un hombre encapuchado frente a mí. Escuché a Isa gritar y de su lado había otro hombre bajándola de auto.

En total eran seis y nos sacaron a todos de la camioneta, nos pusieron en la carretera arrodillados y poco a poco fueron quitándonos algunas pertenencias. El hombre que me bajó del asiento, se acercó a mi esposa e intentó quitarle a la niñ, May agarró a la niña con fuerza y se negó a soltarla.

Fueron tan rápidos sus movimientos, que cuando voltee a ver a mi esposa, estaba tirada en el piso con sangre en su cabeza y el hombre con mi hija en brazos. Intenté levantarme para agarra a mi hija, pero me quedé quieta cuando el colocó su arma en su cabecita y me dijo lo siguiente: No te muevas o la mató, y después la mató a ella. - Genial, ahora este imbecil le está apuntando a mi esposa!.

Isabel lloraba sin parar, Ale estaba en shock, el chofer lleno de nervios, mi May inconsciente y yo temblando. Mi cuerpo se volvió débil cuando vi que este hombre le apuntó a las dos mujeres de mi vida y sentí un fuerte dolor en mi vientre.

Los seis hombre volvieron a subirse en sus camionetas y yo con todo y el dolor que sentía, levanté a Mayte cómo pude y traté de despertarla. En ese momento todos medio reaccionaron y me ayudaron a subirla a la camioneta, seguíamos con los nervios al mil, pero teníamos que salir de ahí.

El chofer nos llevó a mi casa y de May, nos ayudó a cargarla hasta la habitación y después se retiró. Entre las tres despertamos a Mayte y le contamos lo sucedido, mi corazón se quebró cuando la escuché gritar desesperada por toda la habitación.

- ¡MI HIJA NO! ¡ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO!. - Dijo mientras caminaba por toda la habitación llorando.

- Te juro que hice lo que pude, pero ese hombre amenazo con matarla a ella y matarte a ti.