Relato 32 | Tu amor me desespera

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Tantos años amándose y no poder vivir ese amor, tantos sueños en donde todo duele menos y no pueden hacerlos realidad, tantas sonrisa provocadas por la otra y ver como poco a poco van desapareciendo, tantas lágrimas derramadas que se podría decir que sus ojos quedaron completamente secos.

El amor duele, sí, el no poder estar con la persona que amas duele más. Duela más que sentir que te clavan una estaca en el corazón, duela más que sentir llamas quemar tu cuerpo, duele más que recibir el impacto de una bala...

¿Quién invento el amor? ¿A quien se le habrá ocurrido la idea de que nuestro corazón y alma deben pertenecerle a alguien? O mejor dicho, a quien se le ocurrió la idea de amar a alguien imposible? Definitivamente tenía que ser una mala broma, la vida no podía ser tan dura como para poner a dos personas a amarse y prohibirles estar juntas.

El amor es angustiante, doloroso, desesperante, triste, aveces feliz, en este momento, la felicidad para Mayte y Fernanda no existe. Sus sonrisas son fingidas, sus vidas "perfectas" también lo son, su necesidad de hacerle creer a los demás que están bien se convirtió en algo constante, cuando realmente ninguna está bien.

Una aferrada a un matrimonio que dejó de serlo hace mucho tiempo, a un matrimonio que sabía que mas temprano que tarde llegaría a su fin y la otra aferrada a la soledad. ¿Qué las llevó a esto? El darse cuenta de que es mejor estar separadas, que es mejor guardarse ese amor y llevarlo a la tumba, el creer que en la otra vida vida podrían sentir eso que llevan sintiendo hace tantos años. Pero eso era lo que ellas creían que era lo mejor, cuando la realidad es que no necesitan esperar a la otra vida, necesitan un pequeño empujón para que abran los ojos y se den cuenta que su amor sí puede ser, solo que las cosas van a su tiempo.

Su distanciamiento fue repentino, inesperado y preocupante para sus fans, quienes estaban acostumbrados a verlas siempre juntas, a verlas mirarse, reír y acariciarse en cada entrevista y concierto, pero de repente, eso cambió. En las entrevistas se sentaban lejos de la otra y no había interacción en ambas, en los concierto casi ni se miraban, ni se sonríen como antes. ¿Qué fue lo que sucedió para llegar a esto?.

La decisión más dura y dolorosa para ellas, fue la de alejarse. Mayte lloraba en el patio de su casa con una copa de vino llena a su lado, suplicándole a la luna, a las estrellas, al cielo, a Dios, al universo, a sus padres, a la vida o a lo que sea, que su amor por Fernanda desaparezca o que le dieran las fuerzas necesarias para confesarle su sentir desde que era una jovencita de 20 años que descubrió lo que era el amor cuando unos hermosos ojos verdes llamaron su atención.

¿Cuál habrá sido el deseo de Mayte que se cumplió? El de confesarle su amor a Fernanda, así que ahí estaba Mayte Lascurain, dando el primer sorbo a su copa mientras marcaba el número de la dueña de su corazón y al escuchar su voz a través del celular, le pidió sin dejar de llorar que fuera a su casa y Fernanda al escucharla, se levantó lo más rápido posible y agarros sus llaves para manejar a la casa de su amiga. No le importaba la hora ni lo lejos, le importaba saber que le estaba pasando.

Mirándola a los ojos, con sus manos agarradas, sus lágrimas cayendo y la luz de la luna sobre ella, Mayte le confesó a Fernanda que estaba enamorada de ella. Sabía que después de esa confesión podría perder su amistad, que tal vez Fernanda no quiera volver a verla, pero se sorprendió al escucharla decir también esta enamorada de ella y su sorpresa se hizo más grande al sentir sus labios sobre los suyos.

Querían quedarse ahí, en ese beso para siempre, olvidarse del mundo y ser solo ellas, pero Mayte se separó de sus labios negando con la cabeza. Ese beso fue un error, Fernanda estaba casada y Mayte jamás se permitiría ser amante de alguien, por más que ame mucho a esa persona y tampoco permitiría que Fernanda acabará con su matrimonio, no permitiría que hiciera sufrir a su compadre que es un buen hombre que la ama y mucho menos, se permitiría que sus hijas sufrieran.

Un beso y una flor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora