Relato 12 | Mi corazón reclama

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Principios del 2020

May

El sol me hizo despertarme poco a poco de mi sueño, odio tener la luz en mi vista tan temprano. Me moví un poco y sentí un brazo a mi lado, abrí los ojos asustada y voltee a ver quién era la persona que se encontraba en la cama conmigo. Mis ojos casi se salen cuando vi la espalda descubierta de mi Negrita.

Me senté rascando mi cabeza confundida, bajé la mirada a mi cuerpo y me encontraba desnuda. Sentí como mis mejillas se calentaban por los nervios y me levanté envuelta en la sábana, busqué mi ropa con la mirada y no habían señales de ella. Reconocí de inmediato la habitación, es en la que siempre me quedo cuando voy a casa de Isabel, pero mi pregunta es: "¿Cómo llegamos a aquí?".

Salí de la habitación asegurándome de que la sábana esté cubriendo bien mi cuerpo, caminé lento para llegar a la habitación de mi hermana, no quería despertar a nadie y que me encontraran así. Como siempre Isabel estaba profundamente dormida. Cerré la puerta con mucho cuidado y me acerqué a ella.

- Mana. - Susurre en su oído moviéndola un poco. - Mana, despiértate. - Se quejó y siguió durmiendo como si nada. Agarré un vaso de agua que estaba en su mesita de noche y le lance el líquido a la cara.

- Se despertó de un brinco asustada. - ¡Mayte! ¿Estás loca o qué te pasa?. - Me dijo molesta.

- Perdóname, gordita. - Se sentó en la cama y yo me senté a su lado.

- ¿Por qué estás así?. - Preguntó frotando sus ojos.

- No sé, acabo de despertar con Fer a mi lado y ambas estamos desnudas. ¿Qué pasó anoche?.

- Si no sabes tu, menos yo. - Se balanceó un poco. - Me duele la cabeza, también necesito saber que pasó anoche.

- Me levanté de la cama y comencé a caminar por la habitación nerviosa. - ¿Me acosté con Fer? ¡Dios, no! Eso no pudo pasar.

- ¿No me digas que no querías que eso pasara?. - Alzó una ceja.

- Sí, pero no de esta manera. Ni siquiera se si pasó o no, no me acuerdo de nada.

- Tu primera vez con la Negrita y no te acuerdas, así no se puede Mayte.

- Isabel, no empieces.

- No empieces tú con tu drama, María Teresa. - Se levanta de la cama y camina hasta su baño. - Déja me quito la pijama que me mojaste y vamos a ver que fue lo que pasó. - Me gritó ya en el baño.

Busque algo en el clóset de Isa y encontré un vestido que había dejado hace tiempo, me lo puse rápidamente. No sé ni dónde está mi ropa interior, pero por lo menos el vestido cubre mis partes. Ambas salimos de la habitación y despertamos a las demás.

Fer se despertó al igual que yo, asustada y confundida. Su ropa tampoco se encontraba en la habitación que compartimos y fui al baño a ver si encontraba algo que pudiera colocarse, agarré la bata que suelo usar cuando me quedo ahí y se la di para que cubriera su cuerpo desnudo. Salí de la habitación y fui a la sala donde estaban mi hermana, y nuestras compañeras.

Fer bajó las escaleras y se sentó a mi lado. Todas nos miramos en un incómodo silencio, nuestro aspecto no es el mejor. Tenemos el maquillaje de la noche anterior todo regado por nuestras caras, nuestros ojos están rojos y el dolor de cabeza, insoportable.

- ¿Qué pasó anoche? Ustedes dos nos llevaron a ese lugar. - Dijo mi hermana señalando a las Flans.

Luego de una dura conversación y darse cuenta que el matrimonio con su esposo no iba bien, Isabel decide divorciarse del padre de su hijo. Algo muy duro para la mayor del grupo, pero con el apoyo de sus amigas y hermana, todo era menos doloroso.

Un beso y una flor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora