Relato 9 | Rota

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Pandora regresaba después de cinco años de retirarse, el Auditorio Nacional estaba lleno de gente y todos gritaban emocionados a la espera de las tres cantantes. En uno de los camerinos detrás del escenario, se encontraba una Mayte con los nervios al mil. Su corazón latía fuerte por la emoción que le causaba estar ahí después de los peores cinco años de su vida.

Una sonrisa apareció en su rostro al escuchar los gritos del publico, algunos llevaban su nombre. Mientras sus emociones aumentaban, ella estaba parada frente a su tocador retocando el maquillaje y se perdió en sus pensamientos. Una parte de ella seguía sin creer que en pocos minutos, estaría cantando arriba de un escenario nuevamente y otra parte, estaba apagada.

- Tenemos que hablar, May. - Dijo la morena mientras colocaba su pantalón.

- Dime. - Se acomodó en la cama.

- Creo que lo mejor es terminar con esto... Pensé que podía ser feliz contigo, pero me di cuenta que no. - Suspira. - No te amo como creía.

- Estás mintiendo, Fer. - Se acerca a ella. - Yo sé que me amas como yo te amo, me lo has dicho muchas veces y se que lo decías de verdad.

- Una cosa es decirlo y otra muy distinta es sentirlo. No siento nada por ti, no me gustas, no te amo y te veo, como lo que siempre hemos sido, primas.

- Pero mientras me hacías el amor no me veías como a una prima, me veías como a una mujer. - Limpio una lágrima que rodaba por su mejilla. - No sé qué te haya hecho venir a decirme esto, pero no te creo nada!.

- Mayte, no me importa si me crees o no, yo estoy diciéndote lo que realmente siento. Creí estar enamorada de ti, pero amo a Héctor, es el padre de mis hijas y el mejor esposo que pude haber tenido.

- ¿Por qué, Fer? ¿Por qué decías amarme cuando no era verdad? ¿Por qué dejaste que me ilusionara como estúpida?. - Golpea el pecho de la menor y ella le agarra las manos para detenerla. - ¿Por qué?... - Agachó su cabeza dejando sus caer sus lágrimas .

- ¡Cálmate May!. - Sus ojos empezaron a lastimarse. - Mi intención nunca fue esa, yo te quiero y...

- ¡No me digas que me quieres! Si me quisieras realmente, no estaría diciéndome todo esto. - Se suelta bruscamente del agarre de Fer y se levanta de la cama. - ¿Quieres terminar con esto? ¡Entonces vete de una vez! No te quiero ver.

- May...

- ¡QUE TE VAYAS FERNANDA!. - Gritó lanzándole su bolso y su blusa. - ¡VETE!.

Fernanda solo asintió y salió de la habitación de la rubia con sus lágrimas cayendo. Mayte cerró la puerta fuertemente y se encerró en su baño a llorar. Se miró en el espejo y recordó a Fernanda tocándola con tanta delicadeza, con tanto amor y deseo, que le costaba creer que lo que le había dicho era verdad.

Un grito lleno de ira escapó de su garganta y tomó entre sus manos una crema que estaba cerca de su lavamanos, miró el objeto en su mano por unos segundo y lo lanzó hacia el espejo frente a ella. Los vidrios cayeron casi que rodeando su cuerpo desnudo, uno de ellos se quedó atrapado en su pie y ella solo veía el camino de sangre que se hacía en el piso.

Agarró uno de los vidrios y vio en el su cara toda agotada, cansada, triste, roja y con ojeras. Se quedó para ahí, no sabía que hacer, su cuerpo estaba tenso y por más que lo intentó, no podía moverlo. Su mente estaba procesando todo lo que le dijo Fernanda y lo que acababa de hacer, tanto era así el shock en el que entró, que la herida profunda en su pie parecía no importarle.

Llegó la hora de subir al escenario, en el pasillo se encontraron las tres cantantes y caminaron hasta la parte de atrás de donde se subirían a cantar. Se agarraron de manos y empezaron a rezar para que todo saliera bien. Cuando las manos de Fernanda y Mayte se unieron, la morena miró la unión con una gran sonrisa, mientras que Mayte mantuvo su cara normal. Ella estaba tratando con todas sus fuerzas ignorar a Fernanda.

Un beso y una flor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora