Un beso y una flor

Relato 11 | Amor eterno

[Tercera y última parte de Rota]

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Fernanda no evolucionaba como debería, su cuerpo seguía muy débil y estaba quedando sin fuerzas. Lo único que había por hacer, es hacerle una última cirugía, para controlar la enfermedad.

Los días que pasaron la morena los vivió sola en su habitación, aveces rodeada de doctores y enfermeras, pero no de las personas que amaba. La familia Lascurain se estaban quedando en casa de doña Margarita, pero los hermanos mayores tuvieron que regresar a sus casas por el trabajo.

Las dos hermanas integrantes de Pandora, también tenían que volver a México, pero Mayte se negaba a separarse de Fer y no sin antes, hablar con su tía sobre lo que pasó con la menor. La rubia estaba muy nerviosa, no sabía si la mamá de Fer entendería lo que pasó entre ambas, pero sabía que su mamá sí lo había entendido, así que posiblemente su tía también lo haga.

- No estés tan nervios, no soy un monstruo. - Ríe.

- Lo sé, pero igual estoy muy nerviosa por esto. La única con la que he hablado ha sido Isabel.

- Pues ahora lo harás conmigo, dime, que pasó entre ustedes?.

- Tía, yo me enamoré de Fer y perdidamente. Fue cuando ella regresó a Pandora que me di cuenta de estos sentimientos, pero me quedé callada por miedo a ser rechazada. - Suspira. - Hace dos años, Fer vino a mi casa a visitarme y no se porque, pero sentí una necesidad muy grande de confesarle mis sentimientos.

Pandora llevaba mucho tiempo desde que anunció su retiro. Las cantantes casi no se veían, Isabel y Mayte siempre estaban juntas, son hermanas y no soportan estar separadas. Fernanda se reunió un par de veces con Isabel, pero no con Mayte.

Un día estaba en su casa viendo un par de fotos de sus inicios en Pandora, algunas les sacaron un par de lágrimas y otras una sonrisa. Al ver sus fotos con Mayte, quiso verla, saber cómo estaba y compartir un rato a su lado.

La morena llegó a casa de la bajita sin avisar, obviamente fue bien recibida por su compañera. Se sentaron en el sofá de Mayte y tomaron un par de copas de vino. La charla entre ambas estaba un poco aburrida, hablaban de muchos temas relacionados con Pandora y de cómo les ha ido en su vida desde la última vez que se vieron.

Mayte no dejaba de ver ni un segundo a Fernanda, la miraba sin disimulo y pequeñas sonrisas se formaban en su rostro. Fernanda de daba cuenta de la mirada de la mujer a su lado, pero hizo como si no se diera cuenta y en una de esas, la agarró desprevenida y la miró fijamente a los ojos.

Mayte se puso muy nerviosa, dio un trago a su copa, volvió a mirar los ojos de Fernanda, suspiró, se acercó un poco a ella y soltó las palabras que pedían salir de su boca hace mucho tiempo.

- Estoy enamorada de ti. - Agachó su mirada.

- Yo también, mi May. - Se acercó más a la rubia. - Te amo y no se en que momento pasó.

Desde ese día se veían casi todo el tiempo, Fernanda apenas llegaba a casa de Mayte, la besaba con con mucha pasión y amor... Mayte se sentía cada vez más feliz por estar con la dueña de su corazón, pero esa felicidad desaparecía, cuando Fernanda se iba a su casa con su familia.

Aveces la morena inventaba excusas para irse rápido de la casa de Mayte o simplemente excusas para no aparecerse por allá. Y es que los malos pensamientos se adueñaron de su mente, sentía un miedo tan profundo de ser rechazada por las personas que amaba.

- Nunca imaginé que ustedes tuvieran una relación sentimental. Haber, el día que pasó todo, fue notorio lo que estaba pasando entre ustedes, pero antes no me di cuenta.