Un beso y una flor

Relato 23 | Yo quería

[Tercera y última parte de: "No te pude retener"]

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¿Como recuperar a la persona que tanto amas? ¿Cómo sanar todo ese dolor que le causaste? No será fácil, pero Fernanda estaba dispuesta a luchar por ese amor, ese amor que siente hacia su May, la mujer que siempre ha estado a su lado sin importar nada.

Conversar con sus hijas le sirvió mucho, sacar todo lo que viene si tiendo desde hace años y escuchar que contaba con el apoyo de ambas, sin dudas era algo que necesitaba. ¿Qué quedaba por hacer? Tenía claro que quería recuperar a May, reparar todas la piezas de su roto corazón, hacerla feliz como se lo merecía y cumplirle con las promesas que le hacía cuando estaban juntas.

Pero las dudas y miedos seguían haciéndose presentes en ella, May querrá estar con ella a pesar de todo? No lo sabía y la única forma de saberlo es preguntándoselo, pero quién sabe qué pasa por la cabeza de Fernanda que prefiere no hacer nada, simplemente esperarse a que las cosas pasen por sí solas.

- ¡Ya no puedo más, Fer! Ya no quiero seguir siendo tu amante, quiero que me des mi lugar, que me demuestres que soy la persona a la que realmente amas.

- May, necesito tiempo, no es...

- Sí, ya se lo que me dirás "no es fácil para mí". - Dijo en tono de burla. - Estoy cansada de tus discursos, de tus mentiras, de tus excusas y tus falsas promesas. ¿Cuánto más tengo que aguantar verte en sus brazos? ¿Cuánto más tengo que aguantar que me digas que me amas y luego te vas muy feliz con él?.

- May, yo he sido sincera contigo siempre. Cuando te digo que te amo, es porque realmente lo siento. Se que esta situación te tiene cansada, créeme que a mí también, pero está de por medio mi matrimonio, mis hijas y nuestra carrera. Nadie va a aceptar que estemos juntas.

- ¿Y que importa si los demás lo acepten o no? Yo te amo y si tú me amas realmente, harías las cosas bien, pero haces todo lo contrario. ¿Sabes lo horrible que se siente hacer el amor con una persona que está casada? ¿Sabes lo que se siente ilusionarte con las promesas que te hacen? ¿Sabes lo doloroso que es ser la otra? No, no lo sabes y no lo sabrás nunca!.

María y Paloma seguían ahí, a su lado, abrazando a su mamá, dándole la fuerza que sabían que no tenia. Sabían que al igual que su mamá tenían que reparar el daño que le hicieron a Mayte, porque su lejanía con ella, también fue uno de los detonantes para que Mayte hiciera lo que hizo, para que llorara todas las noches y solo se refugiara en las películas de Disney.

Ellas tampoco aguantaban más, amaban a Mayte como a una segunda mamá y alejarse de ella les dolió mucho. Se reprocharon el haber creído todo lo que les dijeron, el haber dudado de su tía, el preferir quedarse calladas antes que hablar y expresar lo que sienten... igual que Fernanda, llenas de dudas y miedos. Definitivamente, de tal palo tal astilla.

- Ma... - Dijo María apoyando su mano en la pierna de su madre. - Creo que hay algo que tienes que saber.

- ¿Qué pasa? ¿Están bien? ¿Les hicieron algo?. - Pregunto preocupada.

- No, ma, nada de eso. - Suspiro. - Es sobre porque nos alejamos de la tía May. - Dijo Paloma.

Héctor, quien aún estaba detrás de la puerta, palideció un poco al escuchar a su hija menor. Sin tocar, entró a la puerta con una fingida sonrisa en su rostro y sus hijas lo miraron incómodas.

- ¿Qué tienes, mija?. - Se agachó frente a su esposa. - ¿Por qué esa cara?.

- ¿Qué haces aquí?. - Preguntó mirándolo sin ninguna expresión en su rostro.