Relato 7 | No sabes amar

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1999

Fernanda Meade, un joven y muy hermosa cantante. Una mujer que vive la vida al máximo, sin importarle lo que piensen los demás, todo lo contrario a sus compañeras de grupo. Fernanda era consciente de la belleza que tenía y la usaba para seducir a quien quisiera, en minutos lograba llevarse a alguien a la cama y pasaba una noche llena de placer.

El amor le parecía la cosa más estúpida y cursi del mundo, ella siempre se negó a sentir algo por alguien más allá del deseo. Sus amigas todas estaban casadas y con hijos, ella definitivamente no quería eso. No iba a perder la vida que viene llevando desde que tiene veinte años, solo para atar su vida a alguien y traer vida a un mundo que ella consideraba, asqueroso.

Había una persona que quería en su cama y no lo había conseguido, esa persona era su tímida compañera de grupo, Mayte Lascurain. Y es que a Fernanda no le importaba si estaba con un hombre o con una mujer, mientras la hicieran tocar las estrellas, era más que suficiente para ella. Pero su perdición fue esta mujer o mejor dicho, ambas fueron la perdición de la otra. Intentó todo lo humanamente posible para insinuarse ante su compañera y ella era tan tímida que no captaba sus indirectas.

Mayte, era una mujer que se enamoraba fácil, pero pocas veces entregaba lo más preciado para ella, su cuerpo. Era una mujer con tanta vergüenza que hasta le daba pena que su marido la viera desnuda, algo con lo que tuvo que trabajar poco a poco. Ella había encontrado a un hombre que amaba con locura y que ella creía que era mutuo, pero sus pensamientos cambiaron cuando empezó a sospechar de una posible infidelidad.

Dedico gran parte de su tiempo a investigar si sus sospechas eran cierta y como ojo de loca no se equivoca, comprobó que su marido venía engañándola hace un par de meses. A pesar de su timidez, ella tenían un carácter fuerte y cuando se enteró de la infidelidad de su compañero, empezó con los trámites de divorcio sin decirle nada y cuando el regreso de un viaje, no le quedó de otra más que firmar.

Isabel, estuvo para su hermanita en todo este proceso, no la dejó sola ni un segundo y hasta la acompañaba a dormir, sabía que su hermana necesitaba a alguien a su lado. Pero dejando la parte tierna de la cuarta Lascurain a un lado, ella tenia algunos momentos de descontrol y sin preguntarle nada a Mayte, la llevó a un lugar desconocido para la bajita.

Mimi y Gaby, se unieron a sus hermanas y sin saber tampoco a donde iban, estaban más tranquilas que Mayte. Isabel llevó a sus hermanas a un bar un poco lejos de su casa, al ver que eran las Pandoras, las dejaron ingresar sin problemas. Los hombres las miraban con mucho deseo y la rubia estaba súper incómoda, a diferencia de sus hermanas, las tres parecían muy felices.

Se sentaron en un gran sofá, era zona VIP y apenas iba empezando el show, un show de hombres que se quitarían las prendas delante de todas las mujeres y hombres calenturientos que estaban ahí. Obviamente Mayte al ver a los hombres casi desnudos, quitó su mirada y se puso a jugar nerviosa con el vaso que traía en manos. Quedó aturdida por los gritos de sus hermanas cuando uno de estos hombres les tiró una prenda.

Fernanda acostumbraba a ir a ese bar y en un par de veces se encontró con Isabel, pero siempre hacían como si no se hubieran visto. Todos las reconocían y sabían perfectamente quienes eran, pero Isabel mantenía una "apariencia" muy lejana a esa, y le daba mucha vergüenza que su casi prima la viera en ese lugar. Que irónico, debería ser al revés, ya que Isabel es mayor que Fernanda.

Ese día no iba a faltar por nada del mundo la menor, sabía del show que habría esa noche y ya se imaginaba lo mucho que disfrutaría, sin saber que su noche tomaría otro rumbo. Venía caminando por el lugar, viendo a los hombres bailar y cuando se acercaba a la zona VIP, sonrió al ver a la rubia sentada como una niña. Se sentó a su lado y Mayte la miró sorprendida, jamás imaginó que a Fer le gustaran esos lugares. Mayte la miró por un segundo y jugó nerviosa con sus manos cuando dos hombres se estaban acercando a ella.

Un beso y una flor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora