Un beso y una flor

Relato 3 | Globitos

Uno nunca elige de quien enamorarse, nuestro corazón suele llegar a ser terco y se empeña en querer a una persona, pero aveces no se puede estar con la persona que nos dice nuestro corazón o nuestra mente.

Mayte es una mujer que no le ha ido bien en el amor, cuando llevaba pocos años de carrera, estuvo a punto de casarse con un hombre que era muy bueno con ella y la quería, pero su corazón terco quería Manuel Mijares, el famoso cantante y mujeriego que le rompió ese corazón que latía por él.

Y es que no era necesario tener una relación con él para que la hiciera feliz o la hiciera sufrir, Mayte se había enamorado como loca y el a pesar de que no sentía nada por ella, decidió usarla como consuelo. Cuando terminaba con una mujer o una mujer le terminaba a él, iba en busca de la bajita. Nunca pasó nada más allá de un par de besos, pero no era necesario ir más allá, ella se ponía nerviosa solo con mirarlo a los ojos.

Era obvio que ese hombre no era para Mayte, pero era tan necia que no podía pensar en nadie más que no fuera el y por eso terminó con su casi esposo, no podía casarse con un hombre sabiendo que amaba a otro. Gracias a Dios se dio cuenta de lo mucho que estaba sufriendo y decidió terminar con Manuel Mijares.

Después se enamoró de su manager y se casó con el, estuvieron solo cinco años y por qué? Porque su esposo Fernando le fue infiel y ella no pensaba volver a aguantar que volvieran a tratarla como les daba la gana. Así que, se divorció y después de eso no volvió a enamorarse, obviamente tuvo alguno que otro galán, pero también fueron relaciones cortas. Y es que Mayte se aburría rápido de ellos y les terminaba.

Ahora su terco corazón empezó a latir por alguien que ella denominaba "Imposible", ya que se trata de nada más y nada menos, que de su hermana del alma, su compañera de trabajo y cuasi prima. Obviamente era un imposible, la mujer que le quitaba el sueño estaba casada y jamás se fijaría en una mujer, menos en ella.

Eso era lo que Mayte pensaba, pero lo que ella no sabe es que su compañera siente lo mismo y no se atrevía a decírselo por miedo a perder su amistad. Fernanda, se enamoró perdidamente de Mayte y para ella, la rubia es la mujer más hermosa que existe.

Cuando tu y yo estemos lejos
Todo va a estar bien
En mi mente te tendré
Y en tu corazón yo estaré

Ninguna se atrevía a confesar lo que sentían, la única persona que lo sabía era Isabel, la hermana de Mayte y mejor amiga de Fernanda. La castaña ya estaba harta de escucharlas hablar de la otra y no hicieran nada para estar juntas, todo por el miedo que las invadía.

Pero no iba a seguir aguantándolas más, así que un día le dijo a Fernanda que fuera a la casa de Mayte, que ella estaba ahí y que iban a tomar unos vinos. Fernanda aceptó y se arregló un poco para ir a la casa de Mayte. Cuando le avisaron que Fernanda estaba ahí, la rubia se sorprendió y bajó a abrirle la puerta.

- Fer: Hola mi May. - Sonríe.
- May: Hola Fer, pasa. - Ambas entran. - ¿Qué haces aquí?.
- Fer: - Frunció el ceño. - ¿Cómo así? Isa me invitó, no te dijo?.
- May: No, no me dijo nada. - Suben las escaleras. - Que raro que te haya invitado, ella no está aquí y no me dijo que vendría.
- Fer: - ¡La mato!. - Pensó. - Isabel me dijo que viniera porque estaba ahí e iban a tomarse unos vinos.
- May: - Abre la puerta del living e ingresan. - Pues te mintió mi negra, ella no está aquí y si tiene pensado venir no me ha dicho nada.
- Fer: Que pena May, no quería interrumpirte. - Se acerca a la puerta. - Mejor me voy.
- May: No tienes porque irte mi Fer, me alegra ternerte aquí. - Sonríe y la otra volte devolviéndole la sonrisa. - Hace mucho no pasamos tiempo juntas, te gustaría ver una película y tomarnos un vino que compré hace poco?.
- Fer: ¡Acepto!. - Sonríe mostrando sus dientes.