Luna mira aquella puerta con ojos asustadizos, nerviosa. Sus pies se mueven al igual que sus manos de forma intranquila y de nuevo se centra en su respiración. Sobre todo, porque no quiere que la gente al otro lado se dé cuenta de su temor. Aunque seguramente puedan olerla, aun así.
Presentarse a los Alphas.
A pesar de que fue ella la que dijo que estaba preparada, sabe que es una completa mentira. El terror le invade cada vez que tiene que cruzarse con alguien que no sea Darius o Sara.
Casi como un tic, vuelve revisar su vestuario. Es sencillo. Unos pantalones que moldean sus anchas piernas y una blusa blanca algo arreglada. Lleva el pelo suelto, cayendo como una cascada sobre su espalda y rostro.
Así es mejor. Así podrá tapar parte de las ojeras causadas por el sueño.
No ha estado durmiendo muy bien. No desde aquella carta que decidió cambiarlo todo. Las pesadillas son recurrentes, y se despierta con un grito y la respiración entrecortada.
Darius siempre aparece cuando eso ocurre. Seca sus lágrimas y la reconforta hasta que vuelve a quedarse dormida. Ha sido mejor mate de lo que nunca había pensado. Aunque... No sabía que existían en primer lugar.
- ¿Estás nerviosa?- Luka se posiciona a su lado, saliendo de la nada y haciéndola sobresaltar.
Luna solo siente, algo intimidada por el hombre y por la situación. Hace mucho que no lo ve. Solo encontrándoselo de forma casual por los pasillos, donde él pasa con prisa y expresión de preocupación.
Es un hombre reservado pero amable. Siempre se ha portado bien con ella. Sin ir más lejos, fue él quien la salvó en aquel boque.
- No tienes nada de lo que preocuparte.- Sonríe de forma amistosa.- Conozco a mi amigo, no dejaría que nada te pasase ahí dentro. Y menos frente a aquellos hombres.
Una risa ligera sale del castaño como si recordase algo.
- Créeme cuando te digo que ni todos los Alphas del mundo podrían detener al de MoonWild.
Casi como si lo hubiese invocado, una voz resuena dentro de la sala. Una llamada que es la señal para que Luka de paso a la pequeña chica, abriéndole la puerta con mirada de apoyo.
Luna respira una última vez antes de dar el paso decisivo.
Inmediatamente todas las miradas se posan sobre ella, y pesan como mil piedras sobre su espalda por lo que baja la mirada intimidada. Es casi como si pudiese escuchar sus pensamientos. Sus juicios sobre ella.
- Os presento a la Luna de MoonWild.
Como marca el protocolo, como resortes, todos los hombres se levantan a la vez, dispuestos a reverenciar a aquella muchacha.
Sin embargo, el movimiento asusta a la castaña haciendo a Darius gruñir en desacuerdo.
- Sentaos. - Manda haciendo desobedecer a los de menor rango.
El resto de Alphas no tardan en hacerlo, con respeto.
Con un solo gesto de Darius, Luna sabe que debe caminar a su lado, donde una silla igual a las del resto le espera. No lo piensa antes de acelerar los pasos y sentarse, aún sin atreverse a mirar a aquellos hombres.
- Bienvenida, Luna.
Las voces suenan como un coro que la hace sonrojar. La mayoría parecen sinceras, aunque las miradas de intriga y curiosidad no se marchan.
Luna solo suspira una última vez antes de centrarse en la reunión.
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Interminable reunión. Para alguien que apenas sabe lo que hay en el mundo exterior, todos esos palabros y términos legales le parecen un rompecabezas.
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Si, Alpha
Werewolf¿Qué puedes esperar de la vida cuando no sabes nada de ella? Cuando aquella loba llegó a su territorio fue en las peores condiciones posibles. Aún así, comprendió que pondría su mundo patas arriba. A él, el Alpha al que nadie y nada podía parar. ¿Po...