Veinte años atrás, aquel edificio no se parecía demasiado a las modernas instalaciones que los cazadores tendrían después. El presupuesto era ajustado y muchos eran escépticos con este tipo de estrategia. La experimentación.
Tenían el plazo de dos años para tratar algún tipo de veneno aún más peligroso que la plata contra aquellos cambia formas. Los científicos estaban seguros de que lo lograrían.
El edificio estaba listo, las salas de experimentos y el material médico. Las celdas y los sistemas de seguridad. Solo faltaba una cosa. Los lobos.
Cinco hombres esperaban en la puerta del renovado edificio de ladrillo. Dos furgonetas derraparon en el camino de tierra rompiendo el sepulcral silencio. Ninguno de los cinco dijo nada hasta que el primero de los prisioneros bajó del vehículo y un hombre vestido con el traje de batalla se acercó a ellos.
- ¿Son quince?
Los hombres bajaban a regañadientes guiados por un escuadrón de guerreros que no les trataban con delicadeza, precisamente. Iban tan drogados y cansados que apenas podían poner un pie delante del otro, haciendo el movimiento de rehenes aún más complicado. Sin comprender muy bien que será de ellos.
- Catorce hombres lobos, machos y hembras de distintas edades. Como demandasteis.
- Muestras.- Le corrigió uno de los científicos con voz monótona de inmediato.- Son lo único que serán en cuanto crucen aquella puerta.
- Como sea.- Le restó importancia con un solo gesto el cazador.- La misión fue todo un éxito. Un saqueo como el que no habíamos conseguido en años.
- ¿No te pedimos quince? ¿Por qué uno menos?- Se quejó otro de los científicos sin importarle en realidad la forma en la que consiguieron a su objetos de experimentación.
Como si la pregunta se respondiese sola, el fuerte hombre tan solo señaló a la última mujer que salió del furgón. Se movía con dificultad y se veía desesperada a la vez que desorientada. Todo cobró sentido al ver el bulto en su estómago, ya claramente intuible.
- ¿Está embarazada?
Uno de los hombres parecía asqueado ante la idea. Sin embargo, el de la bata a su lado sonrió un poco con nuevas y horripilantes ideas.
- Podremos ver el efecto en la cría al testar a la madre. ¿No es fantástico?
- Es macabro.- Volvió a quejarse el primero.
Cinco minutos después no quedaba rastro de los furgones, que ya se han marchado después de dejar la mercancía. Tan solo quedaba de nuevo un denso silencio. Los hombres se despidieron de aquel guerrero y dieron media vuelta dispuestos a empezar con sus terroríficos planes.
La puerta del enorme edificio de cemento se cerró de golpe haciendo eco por el bosque. Dando comienzo a una eternidad de un horrible destino. Sobre todo, para la pequeña cría en aquel vientre. Luna.
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- Debemos adelantar el plan. Luna ya no está a salvo con ese maniático teniendo en su poder las fórmulas de los cazadores.- Se queja Darius de nuevo en aquel despacho del que no piensa salir hasta saber que Alan tiene los días contados.- No sabemos a qué nos enfrentamos, así que lo más seguro es que pidamos refuerzos.
- Pero... Alpha.- Trata de interrumpirle Luka.
Sus manos se mueven nerviosas arrugando un poco la carpeta que sostienen. Como si supiese que soltarla solo les traería más problemas.
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Si, Alpha
Werewolf¿Qué puedes esperar de la vida cuando no sabes nada de ella? Cuando aquella loba llegó a su territorio fue en las peores condiciones posibles. Aún así, comprendió que pondría su mundo patas arriba. A él, el Alpha al que nadie y nada podía parar. ¿Po...