Mientras el sol italiano se ponía, pintando el cielo con tonos de naranja y carmesí, me encontraba caminando a paso decidido por las calles empedradas de una pequeña ciudad. Italia, con su rico patrimonio y sus profundas tradiciones, había sido siempre un terreno fértil para las operaciones de los Di Marco. Como la mano derecha de Alessio en la dinastía, estaba allí para supervisar qué todo estaba marchando bien.
Sin embargo, a pesar de la magnitud de las implicaciones y de lo que estaba en juego, mi mente constantemente divagaba hacia Ángel. Recordaba su risa contagiosa, la forma en que sus ojos brillaban cuando sonreía y cómo se movía con gracia . Había sido una presencia constante en mi vida desde que éramos niños, y aunque sabía que mi amor por ella era una chispa en un polvorín, no podía evitarlo.
Mientras me concentraba en los papeles en una elegante villa con vistas al mar Mediterráneo, cada vez que cerraba los ojos, veía a Ángel danzando, como si estuviera tratando de transmitirme un mensaje a través del tiempo y el espacio. Ese amor no correspondido me torturaba y alimentaba a partes iguales. Cada vez que me imaginaba a Ángel, en los brazos de Alessio. Una ola de enojo se apoderaba de mi sistema.
Todo estaba marchando bien, pero en lugar de sentir satisfacción, me sentía vacío. Una copa de vino en mano, me retiré a la terraza de la villa, mirando al horizonte, soñando con lo que podría haber sido y con la esperanza de lo que aún podría ser. Cada vez más, me daba cuenta de que, a pesar de mi lealtad hacia mi familia y mi hermano, mi corazón pertenecía a Ángel. Y tarde o temprano, tendría que enfrentarme a esa verdad.
Mientras seguía revisando papeles antiguos y fotografías amarillentas, una imagen llamó mi atención de inmediato. Era una fotografía antigua en blanco y negro, notablemente bien conservada. En la foto, se encontraba mi bisabuelo Giovanni Di Marco, el patriarca de la familia. Junto a él, estaban tres niños varones. Aunque la calidad de la imagen era más tenue, uno de los niños parecía destacar por alguna razón. Me acerqué más para examinar la foto con mayor detalle, con una creciente sensación de intriga.
Dos de ellos estaban vestidos de forma idéntica, con trajes oscuros y expresiones serias. Pero el tercero, aunque claramente relacionado con los otros dos, tenía una expresión rebelde y una sonrisa traviesa. Detrás de la fotografía avía una descripción: “La granja”.
—La granja—murmuré para mí mismo mientras observaba la fotografía. La mención de ese lugar me intrigaba, y me preguntaba si sería un rincón escondido de la historia familiar.
Al día siguiente, decidí que era hora de visitar uno de los campos de operaciones. Mientras caminábamos por el vasto terreno, no pude evitar notar cómo todo estaba meticulosamente organizado. Había hombres entrenando, algunos haciendo tratos y otros simplemente patrullando la zona.
—Has hecho un buen trabajo manteniendo todo en orden aquí —comenté, observando las operaciones que se llevaban a cabo.
El viejo Mariano sonrió con cierta astucia. —Es lo que hacemos, Nikolai. Pero sé que no has venido solo a elogiar nuestro trabajo.
ESTÁS LEYENDO
Legado de Sangre: Saga "Linaje Oscuro" #2(PAUSADA)
RomanceLos recuerdos son fragmentos difusos en mi mente, desvaneciéndose justo cuando intento aferrarme a ellos. Pero esos dos, Alessio y Nicolai, se han vuelto mis anclas en una vida que siempre se ha sentido como un mar embravecido. Si bien su presencia...