"Identida"

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El miedo se enredaba en mi pecho como una enredadera espinosa, una sensación que había olvidado pero que ahora regresaba con la fuerza de una tormenta

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El miedo se enredaba en mi pecho como una enredadera espinosa, una sensación que había olvidado pero que ahora regresaba con la fuerza de una tormenta. ¿Cómo podía ser posible que este niño, Apocalipsis, compartiera mi sangre? La posibilidad parecía desafiar toda lógica.

Mis pensamientos giraban en un torbellino sin fin, cada vez más convencida de que había una conexión entre nosotros. Pero la información sobre mi familia era un libro cerrado, con Giovanni como el guardián de sus secretos.

Una semana había pasado desde que la noticia cayó sobre mí como un rayo. Alessio había partido a Nueva York, dejándome en París con la promesa de regresar, pero en ese momento no me importaba que diablos estaba asiendo, Alana se mantenia pendiente de todo lo que hace. Aún no me gusta su cercanía, no tengo opcion. Camil movilizó a todo su equipo para saber más sobre apocalipsis.

Cada pista que descubríamos solo abría nuevas incógnitas, un laberinto sin salida aparente. La incertidumbre me consumía, pero la llama de la curiosidad ardía con más fuerza, impulsándome a buscar la verdad de un pasado que me había sido arrebatado.

Persistí en la búsqueda, pero el éxito se me escapaba como arena entre los dedos. Decidida a enfrentar mis temores, me acerqué a Apocalipsis, pero él reaccionó con una violencia inesperada, atacándome con una furia que no parecía pertenecer a un niño.

Instintivamente, me defendí, pero la situación se intensificó rápidamente. Fue entonces cuando Camil intervino, su mano firme deteniendo mi brazo en el aire.

—¡Ángel, detente!— exclamó, su voz un ancla en la tormenta de emociones. —No es él quien te ataca, es el miedo y la confusión. Debemos entenderlo, no combatirlo.

—Joder......

Respiré hondo, permitiendo que la calma de Camil se infiltrara en mi ser. Miré a Apocalipsis, ahora tranquilo, y supe que Camil tenía razón. Este niño era más que un enigma; era un espejo de mi propio pasado oscuro y turbulento.

Cansado de tanto pensar y sin tener alguna respuesta, decidí volver a la mansión de los Di Marco. Necesitaba un momento para ordenar mis ideas y encontrar el siguiente paso en esta búsqueda.

Al llegar, me dirigí directamente al baño. El agua caliente siempre tenía un efecto tranquilizante en mí, y esperaba que un baño pudiera ayudarme a despejar mi mente. Me quité la ropa, sintiendo el peso del día caer con cada prenda, y me sumergí en el agua.

Mientras el calor envolvía mi cuerpo, cerré los ojos y dejé que mis pensamientos fluyeran. Apocalipsis... el nombre resonaba en mi mente como un eco interminable. ¿Quiénes serían sus padres ? ¿Porque Luciano lo tendría en la granja ? Las preguntas giraban en mi cabeza sin cesar.

El vapor llenó el cuarto, creando una atmósfera de aislamiento que me permitía concentrarme. Recordé los momentos compartidos con Camil y cómo su serenidad parecía atravesar cualquier barrera. Necesitaba esa claridad ahora más que nunca.

Legado de Sangre: Saga "Linaje Oscuro" #2(PAUSADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora