Me quedé de pie, en medio de ese caos que yo mismo había creado. Mi respiración era pesada, y cada latido en mi pecho resonaba como un martillo golpeando mi conciencia. Una parte de mí quería correr tras Ángel, explicarle, rogarle que entendiera. Pero, ¿cómo podía justificar lo injustificable?
Mi mente revivía cada segundo de la mirada lastimada de Ángel, su voz temblorosa. Cada palabra que había dicho. Sabía que había ido demasiado lejos esta vez. Las drogas, la fiesta, todo era un intento desesperado de escapar de la presión que sentía. Pero en el proceso, había dejado atrás a la única persona que realmente importaba.
Camino por la casa, dispersando a los rezagados que todavía se encontraban allí, mi mente estaba decidida a solucionar este desastre. El sonido de una risa desde un rincón me llevó a la mujer que había estado sentada en mis piernas anteriormente. La miré directamente y, con voz firme, le dije: —Vete. Ahora.
Ella intentó protestar, pero una mirada amenazante fue suficiente para hacerla retirarse. Una vez que la casa estuvo vacía, me senté en el sofá, la cabeza en mis manos, tratando de procesar lo que había sucedido.
Así que, con determinación en cada paso, salí de la casa, dispuesto a corregir mis errores y luchar por el amor que estaba en peligro de perder para siempre.
Las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia, iluminando el camino que llevaba a la mansión Ferratti. Mi mente estaba llena de pensamientos confusos y de remordimientos. Había cometido un error grave, uno que amenazaba con destruir todo lo que había construido, no solo como líder de supremo, sino como pareja de Ángel.
Estacioné el auto en el garaje y me quedé allí por un momento, tratando de encontrar algo de claridad en medio de la tormenta de emociones que me consumía. Las drogas y el alcohol habían alterado mi juicio, y mi comportamiento esa noche era inexcusable. Mi deber como líder de la mafia era mantener el control, no perderme en una espiral de autodestrucción.
Finalmente, me aventuré a salir del automóvil y caminar hacia la casa. Sabía que Ángel estaría furiosa, y con razón. Había herido profundamente su confianza y la había empujado lejos de mí. Me di cuenta de que tenía mucho que explicar y aún más que reparar.
El silencio de la casa era abrumador cuando entré. Normalmente, habría sido bienvenido por la risa de Ángel, por su sonrisa que iluminaba la mansión. Pero esa noche, la casa estaba llena de un vacío desgarrador.
Comencé mi búsqueda en busca de mi mujer, pero las habitaciones estaban vacías. Susurros de su nombre llenaban mi mente, y sabía que tenía que encontrarla, que no podía permitirme perderla. ¿Qué había hecho? ¿Cómo podía haberme dejado llevar por la autodestrucción de esta manera?
Finalmente, la encontré en el estudio. Ángel estaba frente a la cadena de música, y su mirada estaba perdida en un lugar distante. Me acerqué con cuidado, consciente de que mi presencia podría no ser bienvenida en ese momento.
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Legado de Sangre: Saga "Linaje Oscuro" #2(PAUSADA)
RomansaLos recuerdos son fragmentos difusos en mi mente, desvaneciéndose justo cuando intento aferrarme a ellos. Pero esos dos, Alessio y Nicolai, se han vuelto mis anclas en una vida que siempre se ha sentido como un mar embravecido. Si bien su presencia...