"Pensamientos Turbios"

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En la vasta mansión, cada paso que daba resonaba con autoridad

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En la vasta mansión, cada paso que daba resonaba con autoridad. Llegó al pasillo de las habitaciones de los empleados y tocó con firmeza la puerta de Lucas.

Unos segundos después, la puerta se abrió, revelando a Lucas, ligeramente despeinado, evidentemente sorprendido por la visita a esas horas.

—¿señorita Ángel? ¿Estás bien? —preguntó Lucas, con evidente preocupación en su voz.

Con mi postura erguida y una mirada desafiante, simplemente respondí —No soy Ángel. Al menos no ahora. Y necesito que hagas algo por mí.

Lucas frunció el ceño, reconociendo inmediatamente la personalidad dominante que ahora se manifestaba.

—¿Qué necesitas? —preguntó, su voz ahora más firme, adaptándose a la situación.

Me acercó, mi voz era un susurro seductor pero amenazante. —Necesito que me lleves fuera de la ciudad. Hay algo que debo hacer y no quiero ser interrumpida. Y, Lucas... si Alessio llama, no le digas dónde estoy.

Lucas asintió, reconociendo la gravedad de la situación. —Entendido. Prepararé todo para salir en diez minutos.

Simplemente asentí y me di media vuelta, dejando a Lucas preparándose para lo que tuviera en mente. Mientras me alejaba, el teléfono sonó nuevamente. Sin siquiera mirarlo, lo apagué y continúe mi camino.

De vuelta en mi habitación, busqué una mochila y saqué un conjunto de ropa totalmente negra, ajustada a mi figura, con cada prenda meticulosamente seleccionada para la ocasión. Mientras vestía cada pieza, mi reflejo en el espejo me devolvía la imagen de alguien completamente diferente de la Ángel que todos conocían.

Las botas de cuero, los pantalones ajustados y la chaqueta eran la armadura que necesitaba para la tarea que tenía por delante. Ajusté un cinturón con varios compartimentos para llevar lo esencial, y luego miré mi reflejo con una mirada desafiante. No era Ángel en ese momento; era Fénix, la parte de mí que se liberaba en situaciones de extrema urgencia.

Cuando estuve completamente vestida, tomé un último vistazo a la habitación antes de salir por la ventana. Había un deber que cumplir, y no podía permitir que nada ni nadie se interpusiera en mi camino. Con cada paso que me alejaba de la mansión, dejaba atrás la seguridad y las restricciones de mi vida cotidiana, y me adentraba en la oscuridad de la noche, donde mi verdadera naturaleza podía florecer.

Lucas ya estaba esperando en el auto, con el motor encendido. Al entrar en el coche, me coloqué el cinturón mientras él se dirigía hacia la salida.

—¿Dónde vamos, fénix ? —preguntó Lucas, intentando mantener un tono neutral.

—A la Torre Ferrati —respondí con voz firme.

Lucas no respondió, simplemente asintió y cambió de dirección. A pesar de que era consciente de que algo grande estaba sucediendo, Lucas confiaba en mí lo suficiente como para no hacer más preguntas.

Legado de Sangre: Saga "Linaje Oscuro" #2(PAUSADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora