El momento en que ví a Violet por primera vez, tuve la corazonada de que este verano sería radicalmente distinto. Era como si supiera lo que iba a suceder, una sensación de premonición que me decía que algo especial estaba en marcha. Tenía certeza de que Violet y Fezco estaban destinados a cruzar sus caminos y que sus vidas se entrelazarían de manera irrevocable.
Desde el primer instante en que sus miradas se cruzaron, Fezco sintió una determinación para proteger a Violet, y quizás, fue en ese mismo momento que nació una conexión, tal vez un poco obsesiva y dependiente, pero todos sabemos cómo es estar enamorado.
Sin embargo, la llegada de la familia de Violet al pueblo marcó un punto de inflexión en sus vidas. Nadie parecía encajar en su nueva realidad, comenzando por el padre de Violet.
Olliver, un hombre que irradiaba elegancia y riqueza a kilómetros de distancia. Todas las mujeres del pueblo murmuraban sobre él, y con razón, debía admitir que su carisma y éxito no pasaban desapercibidos. A pesar de que nunca lo expresé en voz alta, era evidente para cualquiera que lo viera. Evité hacer comentarios sobre ello en presencia de Violet, me preocupaba de que ella pudiera malinterpretar mis palabras. Pero, su padre, era un hombre indiscutiblemente atractivo.
El hermano de Violet, Matthew, también dejó su huella en el pueblo. Su aspecto alto y rubio atrajo la atención de todos en la escuela, incluso haciendo que Nate, sintiera celos de la atención que recibía, incluso por parte de Maddy. Matthew y Violet, ambos fuera de su entorno de privilegio, enfrentaron el desafío de adaptarse a una escuela pública en un lugar desconocido. Era una transición abrupta, y las razones detrás de su cambio podían ser diversas: quizás sus vidas de privilegio habían llegado a su fin, o tal vez, la opción más razonable era que aquella escuela en el pueblo era su única opción.
Violet, en cambio, personificaba la belleza y la perfección, lo cuál suele ser subjetivo. Desde el primer momento en que la vi, supe que estaba presenciando algo excepcional, era la chica más linda que alguna vez conocí. Era como si mirarla fuera ilegal, y desde ese momento, supe que su destino estaba entrelazado con el de Fezco.
Desde el mismo instante en que Fezco cruzó miradas con Violet en aquella fiesta, tuve la firme corazonada de que su destino estaba sellado, y que el lazo entre ellos sería imposible de romper. Fezco no ocultó su interés por Violet en lo absoluto; sus ojos no se apartaban de ella mientras observaba cada movimiento suyo, especialmente cuando estaba eligiendo qué bebida tomar.
Fezco no solo se limitó a observarla, sino que, de manera astuta, ofreció su ayuda. La sonrisa que se dibujó en su rostro al hacerlo dejaba claro que no solo estaba interesado en ser un espectador, sino que estaba dispuesto a ser parte activa de su vida.
Con Violet, la conexión fue evidente y directa. En un momento crucial mientras estaba en su cama, ella decidió confiarme sus pensamientos más íntimos.
― Rue, creo que me gusta tu amigo, Fezco, él es totalmente mi tipo.― me reveló con una mirada sincera y abierta en sus ojos. Era evidente para todos, pero a veces, expresar lo que sentimos en palabras es una liberación que necesitamos.
Pasaban horas conversando, compartiendo risas y miradas cómplices, un amor que se cocía a fuego lento pero que necesitaba emerger a la superficie. Aquel fue el comienzo de su historia de amor, una historia que, aunque era evidente para todos, debían descubrir por sí mismos.
Las palabras entre Fezco y Violet se entrelazaron como hilos invisibles, uniéndolos en un mundo donde solo importaba la presencia del otro.
― No podría, mi mundo gira en torno a ti.― se dijeron mutuamente, sellando su compromiso con palabras que resonaron en lo más profundo de sus corazones, ó algo así sucedió, pero, para ser honesta, no soy la narradora más confiable y no garantizo que mis palabras sean del todo precisas y ciertas.
Fezco, por su parte, era constante en expresar sus sentimientos a Violet. ― No permitiré que nadie nos separe, porque eres mi razón de ser.― le reafirmaba una y otra vez, como si tuvieran el tiempo contado.
Fezco estaba dispuesto a cualquier cosa por Violet, y no exagero en lo más mínimo. Su devoción hacia ella rayaba en la obsesión, aunque extrañamente, parecía que solo yo notaba el alcance de su amor. Fezco, a pesar de no haber tenido conflictos con Nate anteriormente, no fue hasta nuestra experiencia que pasó con Jules y conmigo lo que lo llevó a intervenir.
Con Violet, fue totalmente diferente, se aseguraba constantemente de que ella estuviera bien y segura. La gota que colmó el vaso fue cuando vio a Nate amenazando a su chica. Su corazón latía con una furia protectora que no había sentido antes.
Sin embargo, lo que verdaderamente desconcertó a Fezco, fue la revelación de una conexión previa entre las familias Jacobs y Virtanen. Aunque no me sorprendió, dado el inmenso patrimonio de ambas familias, pero, la tensión en el ambiente se intensificó cuando quedó claro que los Virtanen superaban en riqueza a todos los demás en el pueblo.
Para sorpresa de todos, incluido Fezco, Nate demostró un interés evidente en Violet, a pesar de estar en una relación con Maddy. Era innegable que Violet encarnaba el tipo de chica que Nate deseaba, e incluso más. La atracción de Nate hacia Violet añadió una complejidad inesperada a la ecuación, y Fezco, preocupado por la amenaza que esto representaba, no pudo evitar sentirse más decidido a proteger a su chica.
Honestamente fueron la pareja más sana y hermosa que pude ver. En un mundo de adolescentes tóxicos y percepciones erróneas del amor, la relación de Violet y Fezco se destacaba como un faro de salud y belleza. Sus almas parecían destinadas a encontrarse, y me hicieron creer que, en medio de la confusión, existe una persona especial para cada uno de nosotros. Su historia era un testimonio de almas gemelas que encontraron su camino.
