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Cuando llegué a este pueblo, temí que adaptarme fuera un desafío tanto para mí, como para mi familia. Habíamos dejado atrás nuestra vida para aventurarnos en un lugar completamente desconocido. La inseguridad y la ansiedad me consumía mientras nos acercábamos a nuestro nuevo hogar.
Observaba a través de la ventana las casas del vecindario, todo se veía muy tranquilo. La luz del atardecer se filtraba entre los árboles. Aunque la belleza del entorno me reconfortaba, aún me sentía como un pez fuera del agua.
—Espero que no te sientas abrumada viviendo aquí, Violet.— dijo Matt, con su voz llena de emoción y optimismo, parecía que a él si le agradaba vivir aquí. Sus palabras me reconfortaron, infundiendo la confianza que necesitaba.
Mientras nuestro padre resolvía algunos negocios, nos dejó a nuestra suerte para venir solos. En unos días, cuando cerrara su negocio, planeaba unirse a nosotros para finalizar la mudanza. Por esa razón, Matt y yo decidimos adelantarnos, explorar el lugar y disfrutar de la tranquilidad antes de que nuestro padre llegara y la casa se llenara de personas para cenas y charlas de trabajo.
Las únicas indicaciones que nos dio nuestro padre fueron para el chófer, y aunque el camino resultó un tanto monótono, a Matt parecía no importarle en absoluto. Desde el momento en que salimos del aeropuerto, se sumió en una conversación por Facetime con su mejor amigo Enzo. Mientras avanzábamos por carreteras que atravesaban campos interminables, Matt y Enzo compartían risas y anécdotas que me hacían sentir más tranquila.
El paisaje iba desplegándose ante nosotros y mi atención que se centraba en el trayecto, se vio alterada ya qué me uní a la conversación de Matt, siguiendo el juego de charlas y chistes entre ellos. Enzo, soltaba comentarios que provocaron risas y molestias para Matthew.
—¿Sabes, Matt? Creo que Violet y yo terminaremos juntos.— soltó Enzo con una sonrisa, acompañada de un guiño dirigido hacia mí.
—Quisieras que eso pasara.— dijo en respuesta Matt, aunque pronunciada con una ligera sonrisa, demostraba su enojo. Él sabía que Enzo estaba jugando y solo quería hacer reír, pero, no le agradaban ese tipo de comentarios.
La conversación entre ellos continuó con risas y comentarios sarcásticos. Enzo, persistente en su tono juguetón, continuó soltando comentarios sobre hipotéticos escenarios románticos entre él y yo. Cada uno de sus chistes era recibido con una mezcla de risas y amenazas por parte de Matthew.
En un intento por cambiar el tono de la conversación, Matt giró el teléfono hacia mí, invitándome a participar en la broma.
—Violet, Enzo está convencido de que van a terminar juntos. ¿Qué opinas al respecto?— La mirada cómplice de Matt indicaba que quería transformar la tensión en algo más ligero y divertido.
