━━━ Chapter 015

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(POV Violet)

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Las palabras de afirmación son esenciales para nutrir una relación, ya que tienen el poder de hacernos sentir únicos, especiales, y valorados por la persona que amamos. Sin embargo, no basta solo con lo que se dice; son las acciones las que realmente reflejan la autenticidad de esos sentimientos. Los pequeños gestos cotidianos, a menudo pasados por alto, son los que verdaderamente suman y refuerzan el vínculo entre dos personas, construyendo una base sólida de confianza y afecto.

Estos actos de amor, grandes o pequeños, son el verdadero secreto para mantener viva la conexión. Las palabras pueden hacer que nos sintamos como la única persona en el mundo a los ojos de nuestra pareja, pero cuando esas palabras están respaldadas por acciones, nos sentimos profundamente amados y deseados.

Al llegar a mi casa, Fezco, como siempre, me ayudó a bajar de la camioneta. Se quedó de pie junto a la puerta, apoyado contra el marco, con esa mirada intensa que siempre parecía ver más allá de lo que mostraba. Me giré hacia él, sintiendo un cosquilleo en el estómago. Dudé solo un segundo antes de hacer la pregunta que había estado rondando en mi cabeza.

—¿Te gustaría pasar? —pregunté, intentando sonar casual, aunque por dentro mi corazón latía más rápido de lo normal.

Fezco levantó una ceja, con una sonrisa suave curvando sus labios. —¿Estás segura, ma'? —su tono era juguetón, pero sus ojos brillaban con algo más profundo, como si entendiera el peso de la invitación.

—Sí, claro. —respondí con una sonrisa, mientras ponía el código en la puerta y empujaba el pomo, dejándolo entrar en mi espacio.

La casa estaba impecable, resultado de la cena de la que habría esta noche. Las luces suaves y el aroma a bergamota flotaban en el aire, creando una atmósfera acogedora y relajada. Fezco observaba su entorno con curiosidad, su mirada recorriendo cada detalle como si intentara comprender un poco más de mí a través de mi espacio.

—Que bonita casa, Vi. —comentó, caminando lentamente detrás de mí hacia las escaleras, sus pasos tranquilos y seguros.

—Gracias. —respondí con una sonrisa, guiándolo hacia mi habitación—. Puedes subir para acompañarme, si quieres. Solo me tomaré unos minutos para arreglarme un poco.

Fezco sonrió de manera traviesa, pero no dijo nada mientras subíamos juntos las escaleras. Al llegar a mi cuarto, él se acomodó en la cama con la misma despreocupación de siempre, apoyado sobre un codo, sus ojos curiosos no dejaban de recorrer cada rincón de la habitación. Me hacía sentir como si estuviera siendo observada en todo momento, pero en lugar de ponerme nerviosa, había algo en esa mirada que me hacía sentir a la vez segura y un poco inquieta, de la mejor manera posible.

; Sweet | FezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora